capitulo 1

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Me llamo Sara, tengo 32 años y soy bombera.
Mi madre es italiana pero se fue de vacaciones a Corea del Sur y conocio a mi padre, yo soy el fruto de su amor junto con mis dos hermanos pequeños.
Nací en Corea del Sur y desde pequeña he vivido en Seúl.
Quiero contaros mi historia porque uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, el tan sólo poder caminar es algo que hay que agradecer, aveces no nos damos cuenta que una cosa tan corriente como hablar, caminar, correr... Es algo que muchas personas no pueden hacer.
Cuando era pequeña una vez al año teníamos que participar en una carrera en el colegio, en esa época no me gustaba nada correr y envidiaba a aquellos que no corrían por tener un esguince o cualquier cosa, ahora me doy cuenta de que estaba muy equivocada de envidiar a esas personas, de lo mucho que me duele no poder correr, si lo hubiera sabido antes habría aprovechado más mi tiempo, habria andado más en vez de quedarme en la cama viendo peliculas...
Bueno creo que me estoy adelantado,
Hace dos años mi vida cambio completamente...

— Últimamente te ves muy cansada, ¿ estas descansando lo suficiente ? —
Me preguntó mi jefe

— Si, no te preocupes —
Le contesté con una sonrisa en la cara

— Sabes que necesitamos tener nuestros 5 sentidos en este trabajo, un pequeño error y podría causar la muerte de muchas personas incluido la nuestra, en el último trabajo donde lograste impedir que un suicida saltara por la ventana tropezaste torpemente y casi fuiste tu quien cayo, eres muy buena en tu trabajo pero como sigas así no tendré más remedio que pedirte que te quedes en casa —
Contestó mi jefe con una mirada de decepción

— No volverá a pasar —
Antes de que pudiera terminar de hablar, la alarma Sono

— ¡ Tenemos que darnos prisa subid todos a los vehículos ! —
Grito mi jefe

Nos subimos todos en los vehículos, teníamos la información de que un terrible accidente automovilístico se había producido, un camión había chocado contra un autobús y varios coches también habían sido dañados.
Llegamos en pocos minutos, ya podía ver el cadáver de dos ancianos y muchos heridos, todos habían logrado salir de sus vehículos excepto una pareja con su hijo.

Dos bomberos cogieron la manguera para apagar el incendio de los coches mientras que un compañero fue corriendo junto a mi a ayudar a aquella pareja que estaba atrapada.
La parte delantera del vehículo estaba destrozada, la mujer tenía las piernas atrapadas y el niño tenía varias heridas, el hombre desesperado intentaba quitarle el cinturón a su hijo para que pudiera salir y rogaba a su mujer que no cerrará los ojos.
Mi compañero corto el cinturón y pudo sacar al niño del vehículo, yo intentaba convencer al padre para que saliera del coche pero no quería apartarse del lado de su mujer.

Había perdido mucha sangre y casi no podía mantener los ojos abiertos, sabía que las posibilidades de salvarla eran excasas, Mi compañero sacó al hombre del vehiculo a la fuerza, me acerqué a la ventanilla del lado de la mujer para intentar ayudarla pero de pronto empezó a salir humo del vehículo y las llamas aparecieron, no quería abandonar a esa mujer mi conciencia no me lo permitía, oía los gritos de mi jefe diciéndome que me apartara del vehículo pero el llanto del hijo y del esposo de la mujer resonaban en mis oídos.
Fui corriendo a buscar un separador que me ayudaría a mover o levantar obstrucciones creando aperturas de rescate pero justo en el momento donde empecé a correr, mis piernas me fallaron y me caí al suelo dándome un golpe en la cabeza.

El fuego cada vez iba a más y los gritos de mi jefe se volvían cada vez más desesperados y angustiados, me levanté enseguida pero en ese mismo instante el coche exploto, yo intenté correr lo más rápido posible pero las llamas alcanzaron mi brazo povocandome una quemadura de segundo grado.
Por suerte las demás personas estaban a salvo pero no pude salvar a esa mujer y me sentía fatal al pensar que ese pobre niño había perdido a su madre frente a sus ojos.
Las ambulancias llegaron y se llevaron a todos los heridos al hospital, incluyendome a mi.

Al llegar vi a Dereck, un doctor de 24 años especializado en neurología, alto y guapo, con una mirada que derretia a cualquiera, al ser bombera venía muchas veces al hospital a traer a los heridos asique me lo cruzaba casi todos los días, nos mirábamos un par de segundos y después seguíamos con nuestras vidas, este día fue la primera vez que me dirigió la palabra.

— Vaya, ¿ estas bien ? —
Me pregunto mientras observaba mi brazo muy atentamente

— Si, sólo ha sido un pequeño accidente, me lo curaran enseguida —
Aunque si me dolía no quería aparentar debilidad frente a el asique le contesté eso.

Me dedico una cálida sonrisa y siguió caminando, un doctor vino enseguida a atenderme.
Mi brazo estaba inflamado, Tenía ampollas, el color de mi piel se volvió rojo oscuro y me dolía bastante.
Me puso un paño mojado embebido con agua fría aplicado sobre la piel para aliviar el dolor, crema antibacteriana para ayudar a prevenir infecciones, otras cremas para disminuir el dolor y la inflamación, vendaje no adherente que tenía que cambiar todos los días, me mando medicamentos como acetaminofén o ibuprofeno para el dolor y la inflamación y una vacuna antitetánica.

Al salir del hospital, Mi jefe me estaba esperando con los brazos cruzados.

— ¿ Te das cuenta de que podrías haber perdido la vida hoy ? —
Me preguntó con un tono muy enfadado

— Yo... no podía abandonar a esa mujer —
Le contesté algo intimidada

— Si quieres ser un buen bombero tienes que aprender a escuchar a tu superior, no sólo arriesgas tu vida también la de los demás...
Eres buena en esto pero últimamente te caes mucho y cometes muchas tonterías que nos ponen en peligro a todos, por eso pienso que deberías tomarte un descanso —
Me dijo mi jefe con la cabeza agachada

— Lo siento, se que tendría que haber escuchado pero por favor déjame trabajar, sólo estoy un poco cansada pero ahora mismo me voy a la cama y mañana estaré como nueva —
Contesté con la esperanza de que cambiará de opinión

— La decisión esta tomada Sara, además te he pedido una cita con un doctor mañana, quiero que te revisen puede que lo único que tengas es cansancio pero tengo que asegurarme—

— De acuerdo pero verás que te preocupas en vano, y cuando veas que no me pasa nada me dejaras trabajar ¿ trato hecho ? —

— Si, trato hecho —

Podía entender su preocupación al fin y al cabo era mi jefe desde hace cinco años y siempre nos habiamos llevado muy bien, era como un segundo padre para mi.

El día siguiente fui a ver al doctor que de paso miró como estaba la quemadura, le dije que últimamente me caía mucho.

— Puede ser por el cansancio, ser bombero es difícil ¿ Como sueles caerte ? —
Me pregunto el doctor

— Es como si mis piernas me fallaran, no hay ningún obstáculo y sin embargo tropiezo y me caigo, siempre me doy en la cabeza, mis brazos no tienen tiempo de reaccionar para apoyarme en el suelo y parar la caída—

— Entiendo... Te haremos unas pruebas para descartar cosas, pero no hay de que preocuparse seguro será cosa del cansancio y del estrés —

Me hicieron las pruebas y me dijeron que me darían los resultados en un par de días, volví a casa y descanse un poco.
El día siguiente el hospital me llamo para darme los resultados de la prueba, pero me dijeron que querían verme asique me arreglé y fui al hospital.
Al llegar, Dereck se acercó a mi y me dijo que lo siguiera, estaba algo confusa ¿ porque un doctor especializado en neurología iba a darme los resultados de la prueba ?
Mi corazón empezó a latir a mil por hora y las manos me sudaban, empezaba a preocuparme.
Llegamos a su despacho y me pidió tomar asiento.

— ¿ Ocurre algo malo ? —
Le pregunté con la voz temblorosa

  — ... Me temo que lo que te pasa es algo mucho más grave que un tema de cansancio o estrés  —
Me contestó con un tono muy desanimado y mirada de preocupación

El aire me empezaba a faltar, me estaba angustiando ¿ Qué es lo que me pasa ? ¿ Es tan malo como parece ?

Continuará....

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