No hay forma de escapar

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Habían transcurrido semanas desde lo ocurrido, Neku comenzaba a pensar que todo había sido un sueño, el haber estado en el SM fue producto de su imaginación, nada de lo que había ocurrido era real.

Suspiro ante ese pensamiento, tenía todo lo que quería devuelta, no tenía ningún motivo por el cual querer regresar.

¿Pero porqué sentía que algo le faltaba?

Se alistó para ir al colegio y fingió prestar atención a todo lo que le rodeaba, se sentía agotado de una manera inexplicable y era difícil mantener el ritmo con las clases.

Por suerte había logrado disimular frente a Shiki, ella era muy perspicaz y no dudaría en preguntarle para saber que le ocurría y sinceramente no se veía capaz de explicarle lo ocurrido con lujo de detalles, solo lograría preocuparla al igual que los demás.

Luego de terminar las clases regresaba a su casa pensando que por fin dejaría sus problemas atrás cuando notó como de nuevo todo comenzaba a cambiar.

Nuevamente se encontraba en el SM, ¿que acaso el compositor no lo podía dejar en paz? está vez había sido enviado al pie de la estatua de Hachiko.

Casi al instante sintió una pesadez en su cuerpo, algo debía estar mal con él, no era normal sentir cansancios repentinos y dolores que le recorrían el cuerpo.

Mientras intentaba recuperarse de aquel repentino dolor, pudo ver como un Noise canino se acercaba a él balanceando su cola y lamió su mano en señal de afecto.

Se sobresaltó un poco al pensar que le atacaría, pero no fue así, aquel animal se comportó dócil con el e incluso quería que le acariciara.

— Veo que has hecho un nuevo amigo — dijo Hanekoma apareciendo repentinamente al lado de Neku.

— Sr. Hanekoma... ¿cuánto tiempo lleva ahí? — trató de disimular su malestar para no verse tan miserable a ojos ajenos, pero admitía que le estaba costando.

— No te presiones, tus poderes se han debilitado es normal que estés cansado

— ¿M-Mis poderes? ¿de qué esta hablando? ¿porqué estoy aquí?

— Estás aquí porque es tu deber, Josh te necesita, al igual que tu lo necesitas a él — Hanekoma hablo en acertijos para variar y ni siquiera contestó la primera pregunta.

— ¡Y-Yo no lo necesito! solo quiero vivir mi vida como lo he estado haciendo, ¡él solo esta jugando con los sentimientos de las personas nuevamente! — le contestó molesto pese a que sus propias palabras le provocaban dolor.

Neku comenzó a sentirse mareado y sin fuerzas, iba a desplomarse en el suelo, pero por suerte fue sujetado a tiempo por el pelinegro.

— Podrías engañar a cualquiera con esas palabras, si no hubieses dudado por un instante, si aceptas tu deber se que harás un excelente trabajo

Neku logró escuchar lo último dicho por Hanekoma, ¿Deber? ¿trabajo? que quería decir con eso?

¡¿Porqué nadie le explicaba de una vez que era lo que estaba ocurriendo?!

De un momento a otro comenzó a escuchar una tenue voz que intentaba decirle algo.

— No te preocupes Neku, nunca te dejaría solo— susurró la silueta de un chico tocando su mejilla con sus frías manos, el dolor era notorio en su voz, se estaba desvaneciendo frente a sus ojos y no existía nada que pudiese evitarlo.

Comenzó a escuchar sirenas y las personas seguían acumulándose a su alrededor, Neku se paralizó en ese instante, eso no era un sueño, era un recuerdo, uno que creyó enterrado en el olvido y que esperaba haber superado, aunque por lo visto no era así.

Intentó decir algo lo que sea, sin embargo las palabras parecían estar atoradas en su garganta, quería despertar, no quería ver más, no deseaba escuchar.

— N-Neku yo siempre te he...

Neku despertó abruptamente mientras las lágrimas caían por su rostro, no pudo ver su rostro ni hablarle por más que lo intentará, esa persona era la más importante para el.

Observó a su alrededor y no se sorprendió de estar en otro lugar, ya se encontraba acostumbrado pese a que eso era lo último que quería.

La habitación en la que estaba se sentía fría y vacía no quería quedarse ahí, debía regresar al MR cuanto antes.

— Sanae, no puedo permitir que Neku se quede aquí por más tiempo

Neku reconoció esa voz era Joshua, y al parecer hablaba acerca de el con él Sr.Hanekoma.

— Debes permitirlo Josh, si no lo aceptas Sakuraba Neku....

No pudo escuchar con claridad lo último que dijeron sobre el, aún tambaleándose intentó levantarse pero no pudo alejarse mucho de la cama ya que algo le impidió el paso.

Intento golpear el aire y al parecer había algo parecido a una barrera rodeándolo.

— Es inútil, no puedes escapar Neku — Joshua entró en la habitación con un semblante serio, algo que no era tan común en él y de cierta manera provocaba escalofríos, pero eso no cambiaba el hecho de que no se echaría hacía atrás.

— ¿Porqué haces esto? ¡¿porqué sigues trayéndome a este lugar?! — le reclamó con la poca fuerza que tenía, dejándose llevar por la cólera que sentía.

— ¿Crees que yo soy el culpable de que estés aquí?

— ¿Entonces de quién es la culpa? ¡la mayoría de las cosas que ocurren son porque tu las provocas!

El compositor ignoró el dolor que sintió ante esas palabras, es cierto que le había causado mucho daño, pero aún así pensó que Neku tendría algún cariño por él, no obstante notó que estaba equivocado.

— Lo siento, pero hagas lo que hagas no puedo permitir que regreses al MR —dijo con su mirada oculta bajo su flequillo, esperando poder disimular.

— ¡Al menos dime porque! — gritó Neku golpeando aquella barrera para luego caer rendido en el suelo.

— Prometo contarte todo cuando sea el momento — se acercó para tocar la mejilla del peli naranja.

Este apartó la mano del otro de un manotazo con un sonrojo en su rostro mientras sus ojos cristalizados intentaban no derramar ninguna otra lágrima, no valía la pena.

Joshua solo sonrió levemente ante la reacción del chico y salió de la habitación dejándolo solo.

Neku maldijo, dejó que sus emociones lo controlarán y había cedido ante sus caprichos.

¿Qué tanto era lo que no podían contarle? ¿de que poderes hablaban?

¿Porqué se sintió tan culpable por no haber medido sus palabras?

Ya no entendía nada, solo quería que todo se detuviese y volviese a ser como antes, esto era demasiado para el.

Sin embargo tenía el presentimiento de que nada volvería a ser como antes y su mundo volvería a distorcionarse una vez más.

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