El juego del muñeco 2: Un nuevo comienzo.

Tiempo

No sé que pasa conmigo, toda esta venganza que quiero tomar me está consumiendo, pero al mismo tiempo me mantiene vivo, todo está ira, está tristeza, junto con este poder soy imparable tanto que ni el propio Luzbel podría contra mí; sin embargo, aún tengo ese vacío en mi corazón que no se llena con nada, aunque mis manos sigan manchandose de rojo, mi corazón mas me abandona... Ya ni siquiera sé si lo tengo conmigo y fue consumido por la oscuridad quedando como una estúpida broma.
Aún te recuerdo sabes, a la perfección, tus ojos, tu boca, tu sonrisa aquellas cosas que llenaban mis días de alegría que hacían que vivir valiera la pena, aún no logro entender porque todo terminó así como ahora, cómo llegué a ser uno de los seres oscuros más poderosos del universo. Ahora todo es diferente, todo mi ser es muerte ahora, las plantas, los animales, todo, muere ante mi presencia e incluso el aire se vuelvo tóxico, lo suficiente para provocar un holocausto mundial.
Aún sigo aquí, no puedo hablar, no puedo sentir, no puedo vivir, este cuerpo me mantiene atado a un tormento que promete no tener fin. Aunque haya pasado lo más horrible del mundo, aún te amo con lo que me resta de corazón, pero lo estoy perdiendo, el infierno grita mi nombre ahora, haciendo que mi pecho se vuelva huevo y más fácil extirpar el corazón, pero no puedo porque hay algo aún que me conecta a ti, algo que es más fuerte que cualquier otra cosa, un elemento inexistente en la tabla periódica  pero sí existe en las personas, ese sentimiento tan aberrante que me ha impedido matarte durante todo este tiempo, todo el tiempo que utilice en planear un genocidio, una purga de la inmundicia del mundo mortal, pero tu me lo has impedido con el simple hecho de existir. Pero debo seguir adelante, ya no hay a qué volver, ni un hogar, ni una familia, ya no hay nada que me pertenezca, lo único que debo hacer aún.... Es mataste. Solo te pido algo de tiempo.