El Precio Del Silencio

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¿Has escuchado hablar sobre el hilo rojo del destino? En caso de que no, te contaré de qué se trata: El hilo rojo del destino es una creencia asiática, la cual reza que "un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, distancia o circunstancia. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper". Pero con base a esto ¿Qué pasaría si por alguna razón permanente, una persona no llegase a conocer a la persona que está al otro extremo de este cordón? Quizás ahora estarás pensando «¿Pero se supone que el hilo no puede romperse? ¿Entonces a que se refiere con 'razón permanente'?». Si es eso en lo que estás pensando déjame y te explico con mi historia, y de paso responderé la pregunta que formulé anteriormente sobre qué pasaría si estas dos personas no se conocen o por lo menos... si estas nunca llegan a estar juntas.

Mi nombre es Johnson, pero mis conocidos me llaman John. Cuando tenía 20 años ya me encontraba en el octavo semestre de la universidad, mi horario era muy parejo, ya que de lunes a viernes tenia clases de entre las 6:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde. Mi rutina diaria consistía en, despertar, ir a la universidad las horas que me correspondían cada día, volver a mi apartamento, realizar mis tareas, jugar o ver televisión el resto de tiempo que me quedaba de la tarde y por ultimo acostarme a dormir, los fines de semana variaban un poco más, ya que a veces salía a caminar, jugaba o veía tv, e incluso salía a fiestas, aunque no muy a menudo, quizá una vez cada cuatro fines de semana.

Un lunes como cualquier otro, desperté y comencé a realizar mi rutina diaria. Fui a el baño, me di una ducha, me aliste, comí y me dirigí a mi universidad, estaba relativamente cerca, por lo menos lo suficiente para que pudiese ir caminado hasta ella y no demorarme más de una hora en llegar.

Cuando llegué me dirigí a el salón de clases que me correspondía ir ese día, me senté y luego de un rato llego el maestro, justo ese día tenía que presentar un parcial, así que el maestro dio las instrucciones, para luego entregarnos las hojas de los exámenes con sus respectivas hojas de respuesta y todos empezamos a realizarlo. A pesar de que había estudiado todo el día anterior para ese examen, este se me hizo muy complicado, tanto que a la mitad del examen ya estaba muy estresado, lo que hizo que ya no supiese si lo que estaba contestando estaba bien o mal. Cuando el profesor indicó que se había acabado el tiempo del examen, yo no había avanzado mucho más de la mitad, para mí era casi obvio que había reprobado el examen, por lo que el resto de día estuve muy desanimado. La verdad no acostumbraba a reprobar exámenes ya que era uno de los mejores académicamente. Terminé las horas de clase correspondientes de ese lunes, que iban desde las 10:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde.

Aunque el examen había sido llevado a cabo casi cuatro horas atrás, aún me sentía muy desanimado por el hecho de que lo había reprobado, empecé a caminar con la cabeza agachada en dirección a mi casa, mirando hacia el suelo y fijándome en cada paso que daba.

Mientras caminaba, por alguna extraña e inexplicable razón, levanté la mirada. Había una parada de autobús con una banca. Pero esto no fue lo que me llamó la atención, sino una chica que estaba sentada en ella, tenía el cabello largo y de color café oscuro, piel clara, vestía unos jeans y una blusa de color blanco. Ella volteo a mirar hacia atrás sin aparente razón, lo que me permitió ver su rostro, sus ojos eran de color café claro y sus labios gruesos, era simplemente angelical.

En lugar de continuar mi camino, decidí acercarme a aquella banca y aparentar esperar un autobús, solo para sentarme junto a ella y admirar su belleza.

Me senté a un extremo de la banca y ella se encontraba en el otro. Miraba en su dirección disimuladamente constantemente sin que ella lo notara ya que estaba distraída con su teléfono. Estuvimos sentados allí durante un tiempo, hasta que el autobús que ella esperaba arribó, ella subió a este y se marchó. Luego también me levanté de la banca y me dirigí a mi casa.

El Precio Del SilencioWhere stories live. Discover now