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Al tercer día de viaje Brienne ya no sabía a quién debía preguntar, los inmaculados no decían una palabra sin que su reina les diera permiso, los dothraki apenas la entendían y los que lo hacían se reían de su apariencia. Los miembros del consejo encabezaban la partida y Brienne no conseguía que los guardias le dejaran pasar a hablar con Lord Tyrion. «Seguro que él podría decirme dónde está Ser Jaime.»

Cuando Brienne había ido a despertarlo la mañana en que partieron, Jaime no se encontraba en su celda, había salido en su busca y no había conseguido hablar con nadie que supiera responderle (o que quisiera), y Podrick tampoco había vuelto a ver a Lord Tyrion.

-No podéis enfrentaros sola a un ejército de inmaculados, mi señora, Ser.

-No.-Sabía que era una locura, pero no se le ocurría otra forma de que le permitieran hablar con Tyrion.-Claro que no.

-Tal vez podríamos intentarlo por la noche cuando instalen el campamento. Los hombres de los ejércitos beben vino hasta caer rendidos por las noches.

-Estos no Pod, los inmaculados apenas parecen hombres, más bien parecen animales adiestrados, no hacen nada que no les hayan ordenado; y los dothraki luchan mejor borrachos que sobrios.

-Tenéis razón, Ser, pensaba en Bronn.

En ese momento Brienne lo habría abrazado, pero no le parecía apropiado.

-¡Eso es! Tenemos que hablar con Bronn, será más fácil llegar hasta él y que él llegue hasta Ser Jaime.

Cuando llegó la noche Brienne salió de su tienda con Podrick siguiéndola y buscó la de Ser Bronn, no tardó más de 20 minutos en ver al mercenario compartiendo un pellejo de vino con dos mujeres y 3 hombres dothraki; se detuvo a cierta distancia para prepararse mentalmente, tratando de calmar esa voz interior que siempre la perseguía y que por grande que fuera la hacía pequeña ante ciertas situaciones. Podrick se dio cuenta, Podrick siempre se daba cuenta, y aunque era prácticamente un crío y hasta hacía poco no supiera nada de la vida, aquello no se le daba mal del todo.

-Mi señora, Ser... habéis hecho cosas mucho más difíciles.

Tomó una bocanada de aire y comenzó a caminar.

-Ser Bronn del Aguasnegras-Sabía que adular a aquel hombre iba a darle mejor resultado que decir lo que realmente pensaba de él-soy Brienne de Tarth, me gustaría hablar con vos, Ser.

Bronn la miró con cierta expresión de sorpresa, la mujer de su regazo con extrañeza, tras observarla de arriba a abajo. El mercenario miró a Podrick, al ver la seriedad de su rostro dijo algo en, un probablemente desastroso, dothraki y sus acompañantes se marcharon.

-¿Te has chivado de nuestros juegos nocturnos, Pod?

Iba a contestar pero Brienne se adelantó.

-Necesitamos saber si Ser Jaime está bien.

-¿Ser? ¿Creéis que aquí alguien lo llama Ser?

-Vos lo hacéis, el otro día lo llamásteis Ser Jaime Lannister.-Podrick decidió en ese momento que el Señor del Aguasnegras no lo asustaría nunca más.

-¿Cuánto vino había bebido?

-Eso no es lo importante, Ser-Brienne observaba como la conversación se perdía en tonterías, mientras lo importante quedaba atrás.-Necesitamos vuestra ayuda para encontrarlo.

-¿Qué me podéis ofrecer?

Brienne sabía que Bronn no le ayudaría a cambio de nada, pero también sabía de su temor hacia Ser Jaime.

-No tengo nada que ofreceros, Ser... pero tengo pensado encontrar a Ser Jaime con o sin vuestra ayuda, y Podrick como testigo neutral se encargaría de que esta conversación se supiera.

No hizo falta más para que el hombre se levantara y acudiera a la tienda del Gnomo en busca de información. Les había dicho que esperaran allí y así lo hicieron. Unos 10 minutos después había vuelto y Lord Tyrion lo acompañaba, cuando entraron en la tienda Brienne se levantó.

-Mi señor.

-Mi señora.-Tyrion se sirvió una copa de vino, casi parecía que aquel era su saludo al entrar en una estancia.-Bronn me ha contado que queríais hablar conmigo.-Lo miró un momento haciéndole entender que quería privacidad. Bronn salió a regañadientes, Podrick al verlo iba a imitarlo pero Tyrion lo detuvo.-Pod, tú puedes quedarte.

-Mi señor, hace días que no sé nada de Ser Jaime y-las palabras habían salido atropelladas de su boca al poder al fin hablar con alguien que podría ayudarla.

-Mi reina no se fía de mi hermano, sigue siendo un prisionero. Como mano le podría aconsejar mandarlo de vuelta a Desembarco, pero por lo que he podido hablar con él, el recibimiento allí sería peor.

«Así que era verdad, Cersei se había acabado...».

-Mi señor, me gustaría hablar con la reina, solo yo he visto en primera persona el cambio de Ser Jaime, no es la misma persona que era, me gustaría explicarle

-¿Que quien mató a su padre ya no lo va a hacer más?

Brienne comprendió en ese momento que sería más difícil de lo que esperaba, pero no por ello iba a dejar de intentarlo.

-¿Podéis conseguirme una audiencia con ella?

Tyrion la miró pensativo, preguntándose si habría algo que aquella mujer no haría en nombre de la lealtad.

-Lo intentaré.

FUCK LOYALTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora