Parte única.

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El pequeño pelinegro iba corriendo por los pasillos del enorme castillo de piedra, atrasado para su clase de transformaciones con la profesora Mcgonagall. Era muy probable recibir una sanción por su atraso, quizá serían 5 puntos menos a su casa. Maldijo infantilmente y siguió corriendo.

Llegar hasta la sala y ver todas las mesas con alumnos de Ravenclaw y Huffelpuff le hizo sonrojarse, justamente al momento de ver a la mujer canosa y de anteojos rectangulares levantarse y mirarlo furtivamente.

- Señor Park, estas no son horas de llegar a la clase, espero tenga una excusa lo suficientemente convincente para permitirle entrar a mi clase y no restarle puntos a su casa. - Jimin bajó su vista avergonzado.

- No encontraba mi túnica, lo siento Profesora Mcgonagall. -

- 5 puntos menos para Huffelpuff, vaya a sentarse. -el chico asintió con las mejillas aún rojas y se sentó a un lado, junto a uno de sus compañeros. - Sigan son sus apuntes. - las cabezas que estaban alzadas por mirar al recién llegado volvieron a sus pergaminos y plumas para volver a ignorarlo por completo. Soltó un suspiro.

- Estoy seguro que uno de los chicos había escondido mi túnica. - se quejó con en silencio, mientras de su bolso sacaba un royo de pergamino y su pluma para escribir junto a su tintero.

El chico de tan solo 16 años, pertenecía a quinto año, al igual que todos los que estaban ahí. Jimin era amado por todos sus compañeros, incluso por chicos y chicas de otras casas. Era un chico tímido y amoroso, dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitara y un excelente alumno, se decía que había estado cinco minutos sentado con el sombrero seleccionador en su cabeza, sin saber a qué casa designarle, hasta que Huffelpuff fue la elegida por petición final de Jimin.

Sus padres habían estado orgullosos de él, aunque fueran no magos, o mejor conocidos como muggles y no entendieran muy bien las cosas dentro de la escuela de magia y hechicería.

- Señor Park. - Jimin salió de su burbuja, dejando de escribir todo lo que estaba diciendo la profesora de transformaciones para prestarle otro tipo de atención.

- ¿S-sí profesora? - la mujer lo miró desde su escritorio.

- Le pregunté qué cuáles son los tipos de transformaciones que hay. - eso era materia de tercer año, él podía recordarlo, pero se le adelantaron.

- Permutación, desvanecimiento, conjuración y destransformación. - un estudiante de Ravenclaw respondió antes de que Jimin pudiera abrir su boca.

- Maravilloso señor Kim, cinco puntos para Ravenclaw. - los de la casa del águila aplaudieron educadamente a su compañero. - Pero, le pregunté a Park Jimin. No vuelva a ser imprudente. - Jimin no era burlesco, no era propio de él, pero le sonrió con sorna a Geonwoong de todas formas.

***

Transformación pasó y Jimin salía en compañía de sus demás compañeros, arreglando el nudo de su corbata con torpeza, jamás había aprendido a hacer bien un nudo, por lo que quedaba un enredo de tela.

- ¿Te ayudo? - el prefecto de Huffelpuff se le acercó y el más bajo sonrió. Deshizo como pudo el "nudo" de su corbata y la entregó a su amigo.

- Gracias Hoseok. - el chico tomó la tela entre sus manos e hizo el nudo lentamente para que Jimin aprendiera de una vez a hacer el nada difícil nudo. - Con que así era... No era difícil. -

- A veces me pregunto cómo el sombrero seleccionador casi te deriva a Ravenclaw. - se sintió ofendido por esas palabras.

- Repítelo y te convierto en una cucaracha Jung. - amenazó cruzándose de brazos enojado. Si bien, era cierto, Jimin casi había terminado en Ravenclaw, pero no se tenía la confianza suficiente, y por eso había pedido Huffelpuff, pero también estuvo cerca de Slytherin. Una extraña mezcla, conocido como un Hatstall. La profesora Sprout le había explicado que era el primero desde hace 50 años.

Amortentia. «Kookmin» [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora