»tom holland.

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See You Again
» How could we not talk about family when family's all that we got?
Everything I went through you were
standing there by my side,
And now you gonna be with me for the last ride

Me encontraba en el set de grabación para mi nueva película, Atix. Alrededor estaba una pantalla verde y yo llevaba el traje de batalla, el director gritó "acción" y comenzamos a rodar.

— ¡No! — me arrodillé junto a mi co- estrella, Dylan O'Brien (y también mi mejor amigo)—, no te atrevas a dejarme, ¡Steven! ¡No te vayas, por lo que más quieras no te vayas! — todo es más fácil con Dyl a mi lado, incluyendo actuar—, ¡Steven, despierta, quédate conmigo, anda, quédate conmigo!

— ¡Corte! —gritó el director—, buen trabajo muchachos, tomen un descanso de cinco minutos.

Me levanté y ayudé a Dylan a levantarse también.

— Muy bien hecho, pulga. Deberías ir a secarte esas lágrimas. Oh, creo que escuché tu teléfono hace rato, en el camerino, sonaba como el tono de llamada de Tom, no te lo dije antes porque justo nos llamaron para grabar.

— Genial, gracias por decirme, Dyl. Nos vemos en cinco minutos.

Me dirigí al camerino y busqué mi teléfono. Tenía tres llamadas perdidas de Tom, así que marqué su número de nuevo para devolvérsela. Pasaron varios toques y no respondió. Es raro, Tom siempre tiene su teléfono en manos y solo deja de contestar cuando está grabando, pero hoy tenía un día libre. Oh, bueno, quizás le llamaron por alguna emergencia.

Estaba por volver al set de grabación cuando el teléfono suena y rápidamente lo contesto.

— ¿Tom? ¡Hola cariño, yo...

No pude terminar, porque la voz de otra mujer me lo impidió.

— ¿Hola? Disculpe la pregunta rara, pero, ¿es usted alguna familiar cercana del señor Holland?

— Eh... Sí, soy su prometida, Carrie McQuaid, ¿pasó algo? ¿quién habla?

Alguien tocaba mi puerta, Dylan, llamándome para volver al set. Pero yo no podía moverme.

— Soy la doctora Aileen Montenegro y trabajo en el hospital de la avenida 15. Llamo para informar que el paciente tuvo un accidente automovilístico muy grave y se encuentra en estado crítico.

Casi pude sentir como mi piel empalideció.

— ¿Aló? ¿Señorita McQuaid? ¿Se encuentra bien?

— S-si... Yo... Iré haya en... En... Llegaré pronto...

— ¡Carrie ábreme! —gritó Dylan por el otro lado de la puerta, pero aún no podia moverme— ¡Si estás haciendo cochinadas te encerraré en el armario de suministros sin teléfono!

Tambaleándome, lentamente me aproximé a la puerta y la abrí, mostrando a Dylan muy preocupado.

— Hey, mírame, ¿estás bien? ¿qué pasó?, mírame a los ojos, Carrie, ¿qué te ocurre? parece que acabas de ver un fantasma.

Me dejé caer sobre él. Y lloré.

— Carrie, dime, ¿qué te pasa? ¿es sobre Tom? ¿te hizo algo? Lo mandaré directo al Laberinto si te hizo algo, yo...

— Él... Está en el hospital...

Dyl se quedó callado unos segundos.

— ¿Qué?

Me separé de él, lo vi a los ojos, y con las lágrimas corriendo por mis mejillas le dije:

— Está en el hospital, Dylan. Tuvó un accidente automovilístico y está muy grave en el hospita... Dylan... Dyl... ¿qué haré si se va?

Él me envolvió en sus brazos y acarició mi cabeza.

— Vamos a visitarlo, ¿sí? Seguro que estará bien, siempre sale de cosas como estas, es un tipo con suerte.       
 
                                   

— ¿Harrison? —digo, llorando, mientras abro las grandes puertas de cristal del edificio—, Harrison, Tom está en el hospital de la avenida 15. Por favor, llama a Nikki y a Dominic. No me veo capaz de decírselos.

Corriendo, y con Dylan pisándome los talones, llego a la recepción y pregunto por Tom.

— Está en la habitación 34, segundo piso.

Tomo la mano de Dylan y nos dirigimos al ascensor. Sigo temblando.

— Hey, tranquila ¿si? Estará bien. Estará muy bien. Ya verás que dentro de unas semanas estarán frente al altar tal y como lo planearon.

El ascensor abre sus puertas y salgo tal corriendo. Busco la habitación  y cuando la veo, entro con cuidado. Ahí está él. Lo más frágil y débil que lo he visto alguna vez. El amor de mi vida está en peligro y no puedo hacer nada para ayudar.
Me siento en la silla al lado de la cama y tomo su mano.

— Oh, Tom... —digo, no he parado de llorar y no tengo intenciones de hacerlo—, aún recuerdo cuando te conocí. Éramos tan jóvenes e inexpertos. Pero sin embargo, quisimos darnos una oportunidad.

Dylan me toca el hombro y lo aprieta, como para demostrar que me apoya. La puerta se abre bruscamente y puedo ver al pequeño Paddy con los ojos brillosisímos por las lágrimas. Detrás de él están Nikki, Dominic, Sam, Harry, Harrison y una enfermera.

— Tendrán que esperar a que ella salga —dice ella— y entrar en  parejas.

— No se preocupe —respondo—, Dyl y yo ya vamos a la sala de espera.

Salimos del cuarto y enseguida entran Nikki y Dom, los padres de Tom. Harry y Sam se abrazan, mientras que Paddy está parado frente a la puerta, me da alusión a un pequeño cachorro. Lentamente camino hacia él.

— Padster — lo llamo por detrás —, no te preocupes cariño. Él estará bien, te lo prometo.

— Por favor, Carrie — me responde —, si algo le pasa, no vuelvas a decirme Padster.

¿Lo entiendo? Claro que lo entiendo. Tom le inventó ese apodo, si algo le pasa, Pads se quedará sin su más grande compañero.

Al cabo de un par de días, vuelvo a visitar a Tom. Veo a Nikki sentada en una de las sillas de la sala.  Seguro que apenas a vuelto a su casa desde el día del accidente. Le entrego un vaso de café y un sándwich que compre en una cafetería de camino. Me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Me dirijo al cuarto de mi prometido y me siento en la silla al lado de la cama, tal y como hace unos días.

— Oh, cariño... Tranquilo, sé que estarás muy bien...

Él abre sus ojos poco a poco. De mis ojos saltan lágrimas y lágrimas de felicidad.

— ¡Tom, amor! Ay, mi vida, no sabes lo preocupada que estaba. — apenas se me entiende una palabra pero estoy tan feliz de que haya despertado.

— Dile a todos que los amo —responde, débil.—, nunca me olvides amor, te amo tanto, tanto que me duele. No dejes que nadie me olvide. Sé feliz, mi vida, sé la mejor actriz del mundo, no borres tu sonrisa por nada. Te amo, por favor, jamás, jamás me olvides.—débilmente alza sus manos y las pone a los lados de mi cabeza, poco a poco me acerca hacia él y me da un pequeño beso en la frente, luego otro en los labios.—, eres la dueña de mi corazón, hoy y siempre.

Lentamente cierra sus ojos y empieza a sonar ese sonido con el que estoy tan familiarizada. Ese sonido que quiere decir que su corazón ya no está latiendo.

— ¿¡Qué?! ¡Tom!, ¡amor, no, no te vayas, por favor no me dejes, quédate conmigo, quédate conmigo! ¡por favor, amor, te acabo de recuperar, no puedo perderte de nuevo, no puedo, no puedo! ¡Nikki!, ¡Nikki, por favor! —me recuesto en su pecho mientras lloro, esperando que solo esté soñando—, quédate aquí...

Nikki entra histérica al cuarto, pero yo apenas soy capaz de pensar y asimilar lo que acaba de pasar...

Perdí al amor de mi vida.
Algún día lo voy a encontrar, lo juro por Dios que lo volveré a ver. No dejaré ir tan fácil a la persona que más feliz me hizo.

-M

» one shots ; PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora