Aún.

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......♥


-Kōki. -Nada. - ¡Kōki!

No volvió su rostro, no quería mirarlo o tan siquiera dirigirle el la palabra; no es que se encontrara furioso o molesto, todo lo contrario, se sentía dolido, engañado. No sabía de él desde hacía cuatro años. Ni una carta o llamada; y ahora venía con esas de arreglarlas en cuestión de minutos y una disculpa.

Él no las aceptaría, por más al borde de quedarse en la locura por permanecer días solos en un gran lapso, no le daría ni los saludos.

A él y a Reo. ¡Oh!, no hay que olvidarse de Nebuya. ¡Ese chico come carne en exceso prometió no hacer nada que lo sacara de sus cabales! ¡¿Y saben qué?! Fue lo primero en hacer.

La casualidad de encontrarse a los llamados reyes sin corona no fue eso, podía asegurar sin la necesidad de argumentos que Mibuchi y Kōtaro planearon esto desde su estadía en Japón. Ya le extrañaba que el rubio de Rakuzan se comportara tan serio, tan calmado. Debió haber prestado más atención a sus gestos; prácticamente era un libro abierto.

- ¡Oye! ¡¿Qué crees que haces?!

Estuvo a punto de caer de la cama al sentir como los brazos de Akashi lo tomaban de la cintura; estilo cucharita. Con el rostro sonrojado y el ceño fruncido a más no poder admiro de manera seria a Seijurō; admitía que no se lo esperaba de él.

-Creí que dormías. -Dibujo con sus labios una línea recta. Al frente el pelirrojo parecía tan sereno como le era costumbre desde la preparatoria. - ¿Por qué me evitas?

-Tengo hambre. -Paso de largo la pregunta, alzándose y dejando al varón con la palabra -literalmente- en la boca. No teniendo consideración con él. Tomo la cobija y ando descalzo, creando un contraste por la diferencia de temperaturas; percibiendo a la lejanía pasos apresurados, los ignoro.

Abrió con brusquedad la primera alacena que se posiciono frente suya, notando al instante la inhumana coexistencia de alimentos que cabían en ese reducido espacio; le dio mala espina, si era lo que se imaginaba correría sangre.

"Por lo menos sobreviviremos"

- ¿Por qué estas tan molesto? - Abrió el envoltorio y mordió el comestible; ahora revisaría el refrigerador. - ¡Kōki! - Al parecer acabo con la faceta de tranquilidad que lo caracterizaba cuando de un golpe no le permitió entre-abrir la puerta; asustándole.

- ¡Seijurō! -Dejo caer la barra por la sorpresa, preservando aun la calentita manta sobre sus hombros. - ¿Qué sucede? No hagas eso, pudo ocurrir algo malo.

El apetito se fugo a alguna parte al momento que lo tomo de la cadera y la coloco sobre la mesa de marfil; dándole acceso de mirar sus orbes.

-Quiero que me prestes atención. -Susurro. - ¿Crees poder hacerlo?

Su dignidad se perdió en alguna laguna de ojos escarlatas, atontado asintió; vieron eso ¿Cierto? En todo caso de no hacerlo les dirá, era su juramento de la ley del hielo huyendo por algún pasillo de la cálida cabaña. -Habla rápido...

- ¿Por qué me ignoras?

Kōki alzo una ceja en confusión. - Creí que querías que te prestara atención, no que hablara.

Un gruñido escapo vibrante y amenazante de Akashi; Furihata lo estaba molestando con toda la intensión. Pero no le daría el gusto. -Bien.

-Bien. - Contesto él.

"Es peor que Kuroko cuando esta enojado"

-Disculpa. -Silenció cuando le vio abrir la boca. - No por evadir cualquier tipo de contacto contigo... sino por esto. - ¿Por esto? ¿A qué se refería? pensó. Poco a poco las piezas del rompecabezas se fueron acomodando en el palacio de su memoria. - El que ofreció la idea de hacer que nos encerraran en una cabaña fui yo.

Su boca se explayo en una perfecta figura circular al terminar de comprender por completo el significado de tal descubrimiento; Si antes se encontraba decepcionado en esos momentos la indignación la carcomían a fuego lento. Cerró los ojos inhalando a lentitud, pero consiguió todo el efecto contrario.

- ¿Por qué demonios hiciste eso? Idiota - Espeto sin restricciones. - ¿Por qué haces las cosas sin tan siquiera tomar mi opinión en cuenta? - Por segunda vez en ese día mando al demonio todo lo que dijo hace pocos segundos. Pero es que, dios, ya ni siquiera sabía qué hacer. - ¿Por qué Seijurō? -Los apreso un incomodo silencio por un minuto o más, que importaba. A punto de deshacer la prisión, algo le retuvo; una calidez reconfortante.

Se arrepintió de volver el rostro hacía abajo

La cabeza recostada sobre su hombro le proporcionaba una vista de su desordenada escarlata y acceso directo a sus profundas pupilas.

- ¿Akashi? - Su voz sonó fuerte, sin ningún titubeo en ella. - ¿Por qué regresaste de Kyoto?

-Quería verte y tratar de arreglar las cosas. -Suspiro su aroma, plasmándolo al instante. - No quiero perderte.

- ¿Cómo sabes que no lo has hecho ya?

-Porque de ser así tu ya hubieses salido por esa puerta sin importar la tormenta.

"Tiene razón"

-Kōki... Te extrañe demasiado. - Desvió su mirada un poco, avergonzado que aun pudiera hacerlo sonreír.

Odiaba que pudiera doblegarlo.


.........♥

Holiwiss......

Lo se, algo soso. Pero a mi me gusto.

bueno, en fin. quería decirles sobre una nueva idea que me surgió en la cabeza, es una historia que se me ocurrió.... pero, he aquí lo malo, no es Akafuri.....

Es de otra pareja fuera de KnB.

Byebye~


SencillamenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora