El demonio que vive dentro de mi.

CAPÍTULO 46.

¿Podría morir? ¿Qué significaba eso? Ella no iba a permitirlo aun si de eso se tratara su propia vida, cuidaría de su pequeño hermano y de toda su familia con su propio ser.
Ella adoraba a Renato y eso era algo que él sabia perfectamente, sabia que bastaba solo con mencionarlo para que ella tomara conciencia, no le temía a lastimarla, porque claramente ella no le importaba, el solo quería poder... y ella seria su aliada fiel

-Si mi pequeña, el podría morir, si no haces esto... vamos cree en mi y salvaremos a tu familia. - decía con toda la seguridad, quería darle seguridad a la chica mediante sus falsas palabras.

-Lo hare, pero explícame que es eso de ceremonia? . - el objetivo estaba logrado... ella lo haría.

-Esta noche te voy a enseñar a adorar, vas a sumergirte en la lealtad y vas a entregarte en cuerpo y alma a él.

-¿Él? ¿Quién es? ¿Dios? . - era muy ingenua pero su conciencia eso le decía, seria a Dios? Si es a el no hay nada que temer pues toda su vida creció escuchando sobre “Dios y lo bueno que es”.

-HAHAHAHA no me hagas reír pequeña, Dios no existe solo es un ser creado por la necesidad de los humanos para remediar la culpa de sus pecados mediante la oración, promulgando falsas creencias de que serán perdonados cada vez que cometan sus errores, para así cometerlos y luego no sentir tanta culpa y lo mas importante... sentir que siempre van a ser perdonados. – Alexia no podía creer lo que acababa de escuchar, ese no era el concepto de Dios que le promulgaban en su hogar. – Ah y no puedes volver a mencionar ese nombre aquí, OK? Va contra las reglas.

-Entonces a quien vamos a adorar? - pregunto curiosa.

-A mi padre. – una sonrisa apareció en su semblante.

¿Había dicho a su padre? Iba a conocer al padre de su amigo, eso no se lo esperaba, pero estaba contenta. ¿En cierta forma que tan malo podría ser?
Alexia comenzó a arreglar su ropa que se encontraba un poco arrugada, y a peinarse los pocos pelos que se encontraban fuera de lugar, su amigo le observó confundido por la repentina actitud.

-¿Qué haces Alexia?. – le miraba confundido.

-Me arreglo, vamos a conocer a tu padre. - en sus palabras la alegría se hacía presente.

-Vamos a adorar a mi padre, no te he dicho que vas a verle…no es tan fácil. – la inocencia de la joven le hacia un poco de gracia.
-P-pero por qué? No es justo tu conoces a mi padre, y yo ¿porque razón no puedo ver al tuyo? - detuvo sus pasos enojada, eso no era para nada justo, el conocía a toda su familia, la amistad se trata de eso... ella quería que el la presentara de igual forma.

-No pares Alexia, escucha... para conocer a mi padre requiere que sigas ciertas reglas. Debes adorarle solo a él, hacer su voluntad y entregarle tu alma, es muy celoso con lo que es suyo … con esto quiero decir que serás solo de él.

-No se dice así, Es “adorarle en cuerpo y alma” Sonia siempre dice eso, lo que me pregunto es ¿cómo es que no es el mismo padre? - alexia miraba a su amigo quien empezaba a irritarse con tantas preguntas que hacia la joven, el solo quería que hiciera las cosas hablando solo lo necesario… alguien cállela pensaba.

-SHHHH calla y despeja todo pensamiento de tu conciencia, olvida todo, veras cosas que nadie ha visto y habrá una ceremonia dedicada a ti.. por tu cumpleaños, así que ya no digas nada, no preguntes mas solo, solo confía en mi ¿lo harás? . – le tomo por los brazos para situarla justo frente de el y mirarle a los ojos.

No entendía que tenia de malo conocer al padre de su amigo, no entendía que tenia de malo preguntar, no entendía nada, así que haría lo que su amigo le decía.

-si esta bien. – se soltó del agarre de su amigo y empezó a caminar nuevamente mientras este la veía desde atrás para entonces empezar a caminar.

Sus pasos iban al unisonó y se adentraban mas y mas , él se detuvo ante unas grandes puertas de hierro que le impedían seguir avanzando, ella se quedó observando curiosa, el ser empezó a recitar unas palabras para que aquellas puertas oxidadas dieran paso, Alexia pensaba que todo era extraño… muy extraño, ¿ que para abrir puertas no se necesitaba llaves? ¿ de que siglo viene este amigo suyo? ¿ es tonto será? Pero todos sus pensamientos la condijeron a una conclusión y es que el problema era la puerta… ellas eran diferentes pues se abrían mediante una oración. Se arrepintió de no poder prestar atención a aquellas palabras, se sumergió tanto en sus pensamientos que apenas pudo notar que ellas empezaban a abrirse. Con un fuerte chillido la puerta dio paso a las dos personas ante ella, mientras avanzaba más impresionada quedaba, solo podía pensar en lo increíble que era lo que estaba pasando… ¡era una ciudad dentro del cementerio!

-No lo puedo creer, ¿es una ciudad perdida? ¿esta era la sorpresa? Estoy feliz .- daba saltos de emoción, todo era algo mágico, algo fuera de la realidad… algo fuera del mundo que conocía.

-Claro mi pequeña, me encanta que te esté gustando de verdad. - acaricio su cabeza mientras le brindaba una sonrisa.

Pobre ingenua era todo lo que podía pensar …..