por ser diferente

paseo agotador

Ya vestida salgo de la habitación y pieza de fruta en mano camino con paso firme pero ligero. Me extraña ver que nadie se encuentra fuera, pero no le doy importancia y continúo con mi camino. Para cuando llego a mi destino ya nada queda del melocotón a parte del hueso que tiro en la papelera más cercana con un rápido movimiento de muñeca. Empujo la gran puerta de cristal y me introduzco en la gran sala.

- buenos días- Saluda la grabe voz del simpático recepcionista.
- Buenos días- le imito sonriente.
Paso por el gran pasillo que me conduce hasta las taquillas y me asomo a la sala de máquinas. Se encuentra prácticamente vacía salvo por una chica que corre en las cintas y dos chicos que levantan pesas.

Ya frente a la gran taquilla metálica saco una ropa más comoda y después de cambiarme en los vestuarios guardo todo en su lugar. Observo la superficie de cristal que cubre la parte trasera de la puerta de metal y tras meter la contraseña pulsando los números iluminados, reviso mi rutina de ejercicios.

...

Levanto la toalla hasta mi frente para limpiar la fina lámina de sudor que se ha formado. Necesitaba centrarme en algo que no fuera el desconocido que ya casi acostumbraba a visitarme, así que tras completar la dura rutina continué con el ejercicio. Me siento agotada, mi pecho sube y baja con dificultad y a un ritmo descontrolado, mientras que intento recuperar la respiración. Me introduzco en las duchas del establecimiento y dejo que el agua fría cubra mi cuerpo por completo. Las suaves gotas de agua golpean mi piel provocando que el dolor acumulado en cada músculo de mi cuerpo vaya desapareciendo poco a poco. Ya más refrescada y algo más descansada, me visto de nuevo y guardo mi ropa de deporte.

Paso por paso camino algo torpe hacia la salida y tras despedirme amablemente del siempre simpático recepcionista, me dirijo hacia donde las armas permanecen guardadas. Al parecer no ponen seguridad respecto al tema, dudo que ningún alumno aparte de mí utilice a escondidas una de las armas de la escuela por gusto.
Paso junto al gran complejo de paredes azul marino y permanezco un par de segundos observando el gran logo que adorna la pared. Un precioso pero sencillo símbolo representa el agua, mi elemento. Paso de largo y sigo hasta llegar al campo de entrenamiento. Diviso el gran montón de armas que permanecen guardadas en los armarios de ventanales cristalinos, ocultos en el pequeño y único edificio en el campo de pobre césped. Me cuelgo el arco a la espalda y tras contar el número de flechas camino lenta y sigilosamente, intentando no llamar la atención.

Se me ha hecho algo tarde al casi doblar mi rutina, así que decido que será mejor correr. Pese al fuerte cansancio que aún perdura en mi cuerpo comienzo por un leve trote y voy aumentando la velocidad a medida que avanzo por el irregular camino de piedras. Siento como mis pulmones arden y las piernas comienzan a flaquearme, mas no me rindo. Continuo pese a que con cada uno de los pasos temo caer al suelo y no poder levantarme, pero también se que si freno o me dejo caer no seré capaz de levantarme.

Por fin llego hasta la gran maraña de ramas verdes y frescas que me indican que ya estoy frente al gran árbol que cada día visito. Un fuerte suspiro se escapa de mis labios antes de dejar caer el arco y el carcaj, para después caer yo también. Intento calmar mi respiración o por lo menos la velocidad de los latidos de mi acelerado corazón, sin éxito.
Al final acabo por caer por completo, agotada. Mis párpados cada vez se hacen más y más pesados hasta que acurrucada sobre la hierba seca del suelo, quedo dormida. Mi vista se nubla por completo, lo último que logro divisar son dos botas de montaña que se sitúan justo frente a mi cara y que se difuminan hasta mezclarse con la gran mancha negra que acaba por cubrir mi vista.

Abro los parpados lentamente y los cierro de nuevo debido a la luminosidad, un nuevo intento, esta vez lo consigo. Estoy en el bosque, froto mis ojos confundida. ¿Qué ha pasado? Me estiro mientras un bostezo se escapa de mis labios.
- por fin despiertas, pensé que tendría que llevarte a casa en brazos- suena una voz a mis espaldas y asustada me giro violentamente.

- ¿qué hora es?- digo ignorando su comentario

- digamos... que la hora de la comida se pasó hace rato- habla y le ignoro molesta- ¿siempre eres tan irresponsable, como para dormirte en la mitad del bosque?- me acusa.

- si, bueno no.

- vale, come algo y comenzaremos con la clase.

- ¿clase?- pregunto extrañada.

- claro, por algo estás aquí, ¿no?- Responde obvio rodando los ojos antes de lanzarme una pequeña bolsa que atrapo con dificultad. La abro lentamente esperando que algo peligroso o dañino saltará hacia mi cara. Pero solo encuentro un sándwich y un yogur. Extrañada reviso de nuevo el contenido, incapaz de creerlo.

- tranquila, no va a desaparecer- bromea mientras se ríe.
- ¿Es para mi?- hablo extrañada.
- no, para el árbol que tienes detrás así que dáselo ahora mismo- comienza a reír de nuevo- era para mi, pero ya he comido así que anda come. Date prisa- se queja mientras su expresión cambia drásticamente a una más seria y en la que el aburrimiento se hace notar.
- Valevale- resoplo antes de rodar los ojos y comenzar a comer.

♡♥♡♥♡♥♡

Holaaaa de nuevo. No se libraron de mi, espero que eso sea una buena noticia. Más os vale -_-
Aquí está el nuevo caaap, no me gusta demasiado es bastante aburrido. (no engañas a nadie, bastante se queda corto) callaaateeeee.
Bueno, si quieren saber el nombre de quiensabecomosellame voten o comenten pliiis.
Si quieren la paz mundiaaal, voten y comenten plis. (okno)
Si tienes wattpad vota y comenta .
Hasta el próximo cap, recuerden que si quieren algo hablarme por privi o comentarios. No muerdo.