Ahí estaba Qian Kun, un estudiante normal buscando trucos de magia, como cualquier chico normal. La finalidad era más que un poco de entretenimiento o un trabajo mal pagado en fiestas para niños, Kun quería impresionar al chico de intercambio que estaba en un curso inferior, el chico parecía modelo, y podía serlo si quisiera. Con su cabello negro azabache cayendo delicadamente sobre su frente, centímetros arriba de sus rasgados pero no pequeños ojos que parecían reflejar cual espejo; y no hablar de su esbelta figura, curvilinea pero masculina al mismo tiempo, en conclusión, el chico es hermoso y trae loco al pobre Qian Kun que no conforme con los trabajos escolares ahora intenta aprender magia.
Torpemente Kun logra completar un truco simple, sacar flores de una manga o galera, como a nuestro mago en cuestión no le sobra el dinero como para comprar una galera optó por la salida más barata, sacar las flores de la manga, flores que claramente son sacadas del jardín de su madre, para qué mentirnos.
Tras practicarlo lo suficiente como para agarrarle la mano a la secuencia, se fue a dormir con un gran sentimiento de satisfacción, dispuesto a conquistar a su enamorado a la mañana siguiente.
Y tal como planeó, a la mañana siguiente se encontró con el azabache, dispuesto a declarar su amor. La escena era algo particular, el castaño estaba nervioso preparando su acto estelar y el tailandés con expresión confusa pero divertida mirandolo con detenimiento.
El momento llegó, su acto estaba siendo realizado y las palabras que practicó toda la noche estaban por ser pronunciadas, Chittaphon estaba más que encantado con el truco y con una sonrisa sincera en su rostro. Luego de la torpe declaración el castaño ansioso por una respuesta miraba las facciones del contrario, preparado para cambiar de ciudad si las cosas terminaban en vergüenza.
En segundos que parecieron horas el extranjero se acercó al avergonzado mago para darle un beso, apenas siendo un roce, en la mejilla y seguido caminar tranquilo hacia su clase, dejando a un desconcertado Qian Kun en el pasillo, quien luego de un momento reaccionó y con un brillo en los ojos se puso a pensar en nuevos trucos de magia para enseñarle a Chittaphon.