mi cabeza está estropeada, y mi mente se está convirtiendo en una mierda.
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las lágrimas caían por mi rostro sin detenerse, no entendía como era que siempre lograba arruinar el momento, Jungkook me lo repetía siempre. Estaba cansado, cansado de ser yo, de no ser suficiente para el hombre que amaba. Aquél pensamiento solo me hizo llorar más, me encogí en mi lugar, deseando que nadie me encuentre pero sabía que eso no era posible.
La puerta se abrió, ahí estaba él, con la misma expresión que usaba cuando algo estaba mal.
-¿otra vez llorando? ¿no te cansas de llorar? -preguntó bufando y se acercó a mí para tomarme del brazo y levantarme.
No te merezco -dije con un hilo de voz antes de abrazarlo.- lo lamento tanto, amor.
-No te preocupes, estoy acostumbrado -Dejó un beso en mi cabeza y me miró a los ojos.- deja de llorar, llorar es de tontos.
lo siento -repetí nuevamente y limpié mis lágrimas con el puño de mi sudadera.
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¡eres un idiota! -gritó Jimin- te está usando y me he cansado de repertirlo, no eres inútil y tampoco eres menos que él por decir lo que piensas o salir con tus amigos. Déjalo de una vez, te está quitando la libertad.
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cinco meses han pasado y pensé en acerca de dejarlo ir.
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amigo, Jungkook es el que no te merece, deberías pensarlo. -Dijo Namjoon mientras se sentaba en el sofá frente a mí.- las personas que te aman no te lastiman.
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hijo... ¿que tienes ahí? -señaló el moretón en mi brazo-
oh! nada, mamá, me tropece en casa y me caí. -mentí, sabiendo que ella no lo creería pero al menos se callaría. Me dedicó una mirada triste y asintió, en ese momento supe lo difícil que ella lo había pasado con mi padre, que tenía similitudes con mi pareja.
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pero, ¿y si eras tú y no era yo?
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-lo lamento tanto, bebé, realmente no quise hacerte daño. -Se acercó a mí y yo por instinto retrocedi.-
tú no me amas. - murmuré, dándome cuenta luego de tantas advertencias de mis amigos y familiares.-
no digas tonterías! seguro que eso te han metido en la cabeza tus amigos, ellos te mienten. -por su tono de voz noté que estaba enojado.-
si fueran tonterías no me hubieras golpeado -susurré y su rostro mostró una expresión sorprendida.
¿les crees? ¿realmente quieres dejarme? -me quedé en silencio, dándole a entender que sí. Su expresión se transformó, estaba verdaderamente enojado. - tú no vas a dejarme! Kim Taehyung, tú eres mío y si no estas conmigo no estarás con nadie más. -se subió sobre mí y llevó ambas manos a mi cuello para luego hacer presión, intenté alejarlo, realmente lo intenté, pero me superaba en fuerza y tamaño.
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Esa noche, luego de entrar a urgencias, entendí que el amor no siempre es sano y de color de rosas, a veces era doloroso, lleno de moretones, gritos e insultos. El amor era complicado.
Después de un año de relación, era doloroso dejarlo ir, pero me amaba lo suficientemente como para hacerlo.
Jungkook era una persona violenta, que amaba sentirse con poder, tenía un pasado oscuro que yo había intentado sanar pero no lo había logrado. El problema estaba en su mente, en su pasado, y yo no podía controlar eso.
Jeon necesitaba ayuda y había querido dársela, pero estaba encerrado en su miseria y aquello no le permitía conseguir ayuda. Yo lo había intentado todo y no había conseguido nada.
