Capítulo 19: "♫Yo te amo, pero no lo sé♫"

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Los sentimientos, complejo conjunto de sensaciones que hacen enloquecer a más de un ser humano, y que, a su vez, a veces les provoca ser arrastrados a las más terribles tinieblas o los empuja a llegar al nirvana. No obstante, aquí hoy podemos presenciar un desequilibrio que no lleva ni a un extremo ni al otro, el cual era expresado especialmente por Alik Reverse, ese joven un tanto atrevido, mal humorado y atractivo.

—Sigo sin entender qué tiene que ver una cosa con la otra —mencionó Iris, quien se encogió de hombros y miró al suelo, pues ya su cuello se había cansado de tanto mantenerse erguido para observar al perfecto muchacho.

—Bueno, no necesito que lo comprendas. Pero sí te diré una cosa —aseguró él—. Deja de hacerme enfadar; odio a la gente que es falsa como tú —Alik había implementado un argumento altamente lastimero, y eso no pudo dejarlo pasar la joven, de ahí que volvió a levantar la cabeza y lo enfrentó, pero esta vez con más seguridad sobre lo que sentía por aquel sujeto, puesto que esas palabras le dieron la pista que necesitaba.

—¡Yo no soy ninguna persona falsa! —le recalcó.

—¡Claro que lo eres! ¡Primero me dedicas una canción a mí y luego le dedicas la misma a alguien más! ¡Eso es ser una persona que no piensa en los sentimientos ajenos! —le reprochó.

—¡Te atrapé! —lo señaló ella con su dedo.

—¿Qué? —apagando un poco los gritos entre ambos, Reverse observó a la chica desconcertado.

—¡Ya sé lo que tienes en mente Alik Reverse! —aseguró mostrando una sonrisa de orgullo—. Y quizás tengas razón en el sentido de que no debí haber hecho eso, pero estaba segura de que no habías recibido mi canción, así que haré lo siguiente —ella corrió para subirse a la fuente logrando ponerse a la altura de él.

—¡Oye! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Baja de ahí o te vas a lastimar! —le reclamó inquieto y algo preocupado de que resbalara del borde.

—¡No! —ella se puso firme y lo miró seriamente—. Ahora tú serás el que me escuché a mí, y lo harás plenamente consciente, así que estate bien atento, porque esta canción es solo para ti.

—¿Qué? ¡Espera, si lo haces todo el mundo te escuchará! —exclamó él notablemente tenso y esto volvió a hacer que su rostro se encendiera en un terrible rubor—. ¡No tienes que hacerlo! —le rogó moviendo las manos nerviosamente en el aire sin saber si sujetarla para bajarla o no.

—Uno, dos, ¡y tres! —el pequeño cuerpo de Iris empezó a moverse a un ritmo encantador y gracias a eso su hermoso vestido blanco le seguía de una forma tierna su danzar, de ahí que de pronto un piano eléctrico hizo acto de presencia dándole un motivo a su baile tan único. Más adelante, unas notas empezaron a volar alrededor de ella y el escenario comenzó a cambiar como la primera vez que cantó, llenando así todo de un emblemático color salmón que luego fue decorado con chispas de colores.

Ahora cariño escucha bien mi canción,

No hay colores si no escuchas mi entonación,

Daré todo mí para llegar a tu tierno corazón.

Luego de hacer esa pequeña introducción dio un giro sobre uno de sus pies lo que hizo que su pelo se elevara, de ahí su cabello cambió a un hermoso albino, y sus ojos ahora despedían ese intenso polvo estelar que salían cuando daba todo de sí, por lo que, desde luego, cuanto plantó ambos pies empezó a mover ligeramente sus caderas a los lados siguiendo la tonada. En el proceso en que ella marcaba aquellos compases, la fuente detrás de ella decidió introducirse en el juego, en consecuencia, se vio cómo las aguas montaban un espectáculo muy radiante.

Note Max ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora