1

17 2 1
                                    

Última semana de clases. Salí del instituto, como cualquier otro día. Era un día bonito, por lo menos para mi, un día lluvioso. De repente empezó a llover, más de lo que pensaba. No podia irme a mi casa, vivo bastante lejos del instituto y no llevaba dinero para pagar el autobús. En ese momento apareció un amigo, el cuál llevaba a mi lado desde mi infancia. Siempre nos habiamos llevado bien, a pesar de la distancia que hubo entre nosotros cuando él dejó los estudios. Me ofreció ir a su casa con dos amigos más, ya que el vivía al lado. Acepté. Tal vez fue la peor decisión que he tomado en mi vida.
Nos dirigíamos a su casa, él, dos compañeros más, y yo. Por el camino, uno de los compañeros se fue, supuestamente a buscar una consola. Cuando llegamos a su casa, mi otra compañera se fue también, a cambiarse de ropa a su casa. No me importó subir con él a esperar a los demás, pues éramos suficientemente amigos como para ello.
Cuando subimos a su casa, dejé mis cosas encima de la mesa del salón y fui a sentarme en el sofá, no había nadie en casa. Dejó sus cosas al lado de las mias y se sentó junto a mi. Comenzamos a mantener una conversación como cualquier otra, tal vez sobre el tiempo o sobre como iban nuestras vidas desde que nos distanciamos. Todo comenzó a oscurecerse cuando se levantó, bajó las persianas y se sentó más junto a mi. Me sentí reprimida, quería apartarme de él. Me preguntó varias veces que como me iba con mi pareja y si estabamos bien. En ese momento mi cuerpo sintió que algo no iba a ir bien, que debía salir de allí lo antes posible. Fue en ese momento cuando me dijo que echaba de menos mis besos. Yo me negué rotundamente, estaba bien con mi pareja y no tenía ganas de hacer nada con él. Insistió en que le diese un beso, que no importaba que yo tuviese pareja, que él estaba conociendo a alguien también.
Comencé a sentirme muy incomoda, quería escapar de aquella situación. Le envié un mensaje a mi pareja pidiéndole ayuda, acompañado de unos emoticonos de risa, ya que me estaba controlando el movil. En ese momento, él dió un giro y se puso encima mío. Me dijo que si no le besaba, no iba a salir de allí. Comencé a preguntar por nuestros otros dos compañeros, a decirle que llegarian en cualquier momento y a pedirle porfavor que parase. Él me contestó que se había ocupado de que no volviesen, que lo había planeado todo para estar conmigo a solas. En ese momento sentí que me encogí, que me hice pequeña, que no tenía nada que hacer.
Comencé a fortejear con él para poder salir de allí, pero me resultaba imposible levantarme. Me sujetó las manos por encima de mi cabeza y me intentó quitar el body, lo que causó que mi sujetador se rompiera. Quería irme de aquél lugar, no sabía que hacer. Intenté darme la vuelta para salir, lo cual parece ser que a él le gusto, pues me dijo que me quedase en esa posición. Inmediatamente volví a darme la vuelta, para evitar que pudiese hacer cualquier cosa. Fue en ese momento en el que intentó bajarme los pantalones, yo intentaba resistirme, pero cada vez tenia menos fuerza física y mental. Yo intentaba levantarme, y cada vez que conseguía escapar un poco, me volvia a coger, fue un infierno para mí. Cuando consiguió desabrochar mis pantalones, me hizo un rasguño en la cadera con sus uñas. Me resultaba imposible moverme, me tenía inmovilizada. Fue entonces cuando el decidió ser el que se iba a quitar los pantalones y llevar mi mano hacia sus partes. Esa fue mi oportunidad en la cual conseguí levantarme por fin y evitar que volviese a cogerme. Me abroché los pantalones, cogí mis cosas y me fuí corriendo, en lo que él venia detrás de mi, no queria dejarme ir. Antes de cerrar la puerta, recuerdo sus palabras, recuerdo como me gritó que no le dijese lo que había pasado a nadie y que le llamase cuando estuviese soltera.
Cuando por fin estuve en el rellano, ya fuera de su casa, me intenté poner la camiseta de tal forma que no se notase que mi sujetador estaba roto y me disponia a salir de allí, en el momento en el que mi llanto se apoderó de mi. No podia respirar, no podia asimilar lo que me acababa de suceder. Salí corriendo de aquel portal, necesitaba aire. Llamé a una amiga, necesitaba hablar con alguien. Nos reunimos en el parque de siempre, aquél donde soliamos vernos todas las tardes. Cuando me vió, vino corriendo hacia mi a preguntarme que habia pasado. Ella vino acompañada de otro compañero del instituto, un amigo mio. Les expliqué lo que había sucedido entre lágrimas, gritos y quedandome cada vez más sin aire. Llamé a mi pareja, necesitaba hablar con ella, debia contarselo.
Nos reunimos con él también en la plaza de siempre. Cuando apareció yo seguia llorando con mucha ansiedad, ni siquiers fui capaz de contarle aquello que acababa de suceder, pues tuvieron que contarselo mis amigos. Mi pareja en ese momento se puso histérica, quería ir su casa, y sin más rodeos, pelear con él. Mis amigos intentaron calmarlo. Cuando lo consiguieron, y yo estaba en condiciones como para poder hablar, me dijeron que debía ir a la policia, que aquello no podia quedar así. Me negué rotundamente, tenia miedo. Miedo a que al ver la denuncia, me hiciese algo peor, miedo a que sus amigos me hiciesen algo, miedo a ser violada un dia cualquiera por la calle. Pasé toda la tarde llorando, ahogandome en mi, sintiéndome culpable de lo ocurrido, pensando que si al finalizar las clases me hubiese dirijido a mi casa, nada hubiese ocurrido.
No se lo conté a nadie más, por miedo a que no me creyesen, sumándole a ello que no quería hablar del tema.
Esa noche no pude dormir. Me pasé más de media noche mirándome al espejo, sin pantalones y con el sujetador roto puesto sobre mi pecho. Observé mi cuerpo durante horas, observé el rasguño de mi cadera y mi sujetador, pensando en todo lo ocurrido. Mi mente no pensaba, yo estaba frente al espejo sin más, observandome, tan sólo recordando todo lo ocurrido sin remordimiento, ni tristeza, ni dolor. Tan sólo se repetian en mi cabeza las imagenes ocurridas durante aquél momento, imagenes que jamás podré eliminar de mi cabeza.
El día siguiente fue un infierno para mí. A pesar de la calor de junio, decidí vestirme lo más tapada posible, me sentía insegura con mi cuerpo, tenía miedo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tres gotas de sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora