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Miyaji Kiyoshi es un chico que desde que nació no fue bien recibido por sus padres, pues ellos esperaban más expectativas de él, a los pocos años nació su hermano Yuuki, el cual fue el centro de atención de sus padres, pero eso jamás fue motivo para odiarlo, al contrario siempre estuvo al cuidado de él, así como Yuuki de más grande lo estuvo de su hermano.

Ambos crecieron en una familia conservadora, la típica familia que quería mantener buena imagen, y no soportaban lo "anormal" como llamaban a todas esa personas con sexualidad diferente. A aquellas personas que para ellos eran anti-morales y otras cosas, sin embargo sus hijos aceptaban todo, pues quien era el que decidía lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Miyaji desde la edad de los 13 años se dio cuenta de su sexualidad y lo atribuyó a que eran confusiones de niño, pero no fue asi, este decidió estudiar periodismo, se le daba bien, salí con excelentes calificaciones, todo era bueno, pero en cuanto al amor, era otro cuenta, había perdido amigos por su orientación, pero poco y nada le importo, pues su hermano, seguía ahí, sabía que lo aceptaria, aun que aun no se lo haya dicho. Durante su estancia en la escuela conoció a Aomine Daiki, la persona de la que se enamoró,y de la que siempre lo estaría sin importar que.

Aomine Daiki por su parte, se especializó en modelaje e ingreso a la academia de policía, no era de excelencia pero era bueno en lo que hacía, al contrario de su rubia diversión, ya que no eran pareja, solo era como una diversión, o así lo veía él , su familia era muy acogedora y feliz, no tenían prejuicios por nada, les daba igual todo siempre y cuando no fueran problemas graves, en este caso las leyes, aunque con un hijo policía, poco le preocupaba eso.

Han pasado 3 años desde que cada uno terminó la escuela y aunque quería vivir juntos, Miyaji tenía miedo de la reacción de sus padres, no sería buena, por lo que siempre rechazaba esa idea con la excusa de que no estaba listo, en este momento, decidió quedarse todo el fin de semana con su pareja. Y como era costumbre.... estaban discutiendo por algo tonto.

-Oe Oe no te parece nada- dijo el rubio mirando la televisión-

-Eh?- el moreno lo miro mal- no me hagas azotarte con el látigo - se giró a un estante y sacó el látigo-

-Quiero ver que lo intentes- dijo para arrancar a correr-

-En serio? -el moreno sonrió con malicia y mientras corre hacia él para luego atarlo- y ahora que dices?~ -le pone la cara en el suelo y el trasero al aire- jejeje te azotare muy fuerte~

-Espe... -no se dio cuenta en qué momento lo tenían en esa posición- O-oe.... -se removió intentando soltarse-

-Jajaja- el moreno se burló mientras que le azota el trasero- calla, parece que no te enseñaron modales... Pues yo lo are~ -Le azota nuevamente-

-N-no.... -se muerde el labio para no gritar debido a la nalgada- E-enseñarme tu? -dijo en cierto tono de burla-

-Si~ tengo unos buenos recursos -rápidamente el peliazul le toma del cabello para que lo viera en la cara- seria genial usarlos en ti~

-Mngh~ -el rubio soltó un gemido de dolor al sentir la fuerza en su cabello- ha si? Cuales?~ -no se dejaría intimidar-

-Tranquilo te los mostraré -el moreno se lo colocó en los hombros- pero vamos a mi cuarto ahi esta las herramientas -sin más camino en dirección al cuarto-

-En tu... -este paso un poco de saliva- Oe.. Bájame -decía más no hacía el intento por bajarse-

-No estoy aburrido y seras mi diversión hoy~ -dijo con un tono pícaro en su voz-

El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora