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19/03/19

Soy orgullosa.

Lo soy, y mucho.

Nunca admitiré algo, aunque lo sepa.
Pero... creo que llegó el momento de liberarme.

Sé, y tengo claro, que el motivo por el cual saqué buenas calificaciones en primero, fue por él. Pero mi orgullo nunca me dejará admitirlo.

Escribirlo es diferente.

Yo pienso que todos somos como un auto. Necesitamos un motor para avanzar, alguna meta o algún ejemplo a seguir.
¿Qué sucede cuando el motor se descompone? Supongo que tenemos dos opciones: arreglarlo o reemplazarlo. Aunque si no tenemos el "dinero" para hacer ninguna de las dos, nos quedaremos sin motor hasta que logremos juntar dinero.

Yo creo que ese "dinero" es un obstáculo.

En mi caso sería la autoestima o la depresión.

Para empezar, ¿cómo aceptar que el motor se descompuso cuando pensaste que algo así era imposible de suceder?

Lo más triste es que siempre se descompone cuando pensabas que todas tus inseguridades se habían ido, cuando pensaste que tu vida por fin estaba arreglada.

¡Pero finalmente se descompuso!

Las inseguridades vuelven, te sientes estancado, por más que te lo propongas, SIEMPRE, terminarás con un gran vacío.
¿Cómo reemplazarlo? No encuentro cómo.

Principalmente, ¿de qué hablo?

Aunque no lo admita, aunque me moleste siempre que lo veo...

Todas las calificaciones, todos los trabajos y tareas entregadas fueron por él.

Fue tiempo después que me di cuenta que todo, lo hacía de cierta forma porque quería verlo orgulloso de mi.

ÉL fue mi ejemplo a seguir, mi motivación. ¿Quién llegaría a pensar que se iría?

Cuando recién me dieron la noticia, me sentí muy triste, pero pensé; "vamos a mejorar, después de todo, esa era mi meta principal".

¿Recuerdan lo que dije? ¿La metáfora del auto y el motor?

El motor no estaba, y hasta hoy en día, me sigue afectando demasiado.

Aún está ausente ese motor.

Y lo he visto pocas veces desde que se fue. Aquí entra lo primero que dije, siempre que lo veo, soy muy grosera con él. Al verlo mi subconsciente piensa que me traicionó o algo por el estilo. Y por no terminar llorando, ni admitir que me dolió su partida, actuó así con él. El orgullo nunca me dejará admitirlo.

Sufro, y sufro mucho, pero finalmente, yo fui la que se metió en su propia prisión.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2019 ⏰

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