Uno.

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I'll be your home.

MinHyung parpadeó reiteradas veces, intentando enfocar su mirada en un punto que se dibujaba sobre él. Ese era su pasatiempo, darles forma a las líneas esparcidas de manera descuidada en la superficie del techo, esperando a que las horas pasaran y regresara alguno de los enfermeros o los doctores que le asistían constantemente. Las risas que provenían del patio se colaban en su ventana, pero el chico se encargaba de ignorarlas con vehemencia, tratando de concentrar toda su atención en el material blanco que cubría las paredes.

Hacía tiempo que MinHyung había dejado de cerrar los ojos e imaginarse jugando con los demás niños que visitaban el hospital, se había cansado de recrear su propio cuerpo siendo capaz de correr y saltar, recorriendo todo el lugar mientras bromeaba tranquilo con sus viejos compañeros de colegio. Una casi imperceptible sonrisa se asomó por la comisura de sus labios al recordar los rostros de quienes compartieron con él en los escasos años que asistió al instituto... Esta vez, relegando el habito que había adquirido de juntar los relieves del cielorraso para crear elocuentes dibujos, se permitió batir sus parpados sobre sus orbes cansadas.

La primera imagen que llegó a su mente fue el recuerdo de una amplia sonrisa meliflua que le dedicaba un pequeño niño rubio. No pudo evitar sonreír ante sus memorias, al recordar con nostalgia la intacta silueta del joven chino que tanto le había sacado risas en su momento. Oh, querido Chenle ¡Incluso pudo traer de vuelta la risa escandalosa que evocaba el menor! MinHyung estuvo casi seguro de que afuera, los niños que jugaban reían a la par de su reminiscencia.

De la misma forma, el menudo coreano se esforzó en recordar otro de los rostros que acompañaban la estela de Chenle en su cabeza, y no pudo evitar pensar en el niño que jamás se apartaba del chino. ¡JiSung-ah! El tímido pequeño que lo seguía en todas las travesuras, ¿Cómo podía olvidarlo? MinHyung apretaba las sabanas que placidas se extendían bajo su cuerpo, pues realmente extrañaba la presencia de esos chicos.

-¿En qué piensas?- La ligera voz del enfermero DoYoung le hizo salir de su ensimismamiento, los ocelos del pequeño se abrieron lentamente y giró un poco el rostro para así poder ver a su hyung. Una atenuada sonrisa por parte de aquel le recibió, al observar su cara.

A veces quisiera ser como los otros niños. Pensó, sin embargo, ninguna palabra fue pronunciada, y DoYoung no insistió. MinHyung agradeció internamente la prudencia del hombre que le cuidaba, pues no quería demostrarse débil o diferente solo por estar enfermo.

-¿Puedes darme tu mano, Mark?- Preguntó de nuevo, amablemente, más un nudo se formó en su garganta al escuchar cómo el enfermero le llamaba por ese apodo.

Así solía decirme JaeMin.

MinHyung se limitó a levantar el brazo y extenderlo en dirección a su emisor. DoYoung tomó entre sus dedos una pequeña mota de algodón, la impregnó de alcohol y acarició la piel de Mark con un pedazo. El pequeño levantó la mirada, y recibió una sonrisa tranquilizante por parte del castaño que sostenía con delicadeza su mano.

-Esto no va a dolerte nada. – Afirmó cantarinamente, a la vez que golpeaba con sus falanges una aguja, de esa forma evitaría que la jeringa tuviese burbujas de aire. MinHyung suspiró volviendo su mirada al techo, pues en realidad nunca se había acostumbrado a las inyecciones en esos dos últimos años que había pasado interno. – Puedes contarme algo, si quieres, mientras termino aquí.

No era mala idea, con tal de que la mente del menor se enfocara en otra cosa que no fuese el objeto puntiagudo atravesando su vena, a MinHyung no le importaba hablar un poco de banalidades con DoYoung.

-¿Sabes, hyung? – La suave voz con la que comenzó Mark, hizo que DoYoung dejara un momento de fijarse en la aguja que pronto estaría dentro del otro, y le observó, esperando que prosiguiera. – Antes de estar aquí, tenía amigos.

➳ I'll be your home | NCT Dream.Where stories live. Discover now