2

636 67 8
                                    

Rubios

Escuela de Peter

Peter supo que su amigo Johnny estaba castigado desde el momento que lo vio en la distancia llegando a la escuela con un señor de cabello rojizo. El niño se veía enojado y cabizbajo mientras el señor se arrodillaba a la altura del rubito.

Cuando Johnny se acercó a él Peter no supo qué decir.

—¿Él es tu papá?—Preguntó el castañito tiempo después.

Johnny hizo una mueca.

—No, es mi tío Nano.

Peter soltó una risita.

—¿Nano?

—Se llama Nathaniel, mamá a veces le dice Nat—Johnny negó—, yo le digo Nano porque su apellido es Romanoff y cuando era más pequeño no podía decirlo bien.

Peter sonrió.

—Es genial. Yo tengo muchos tíos, mi tía Pepper y tío Happy trabajan con papá, y tío Rhodey es soldado, así que...

—¿Tienes un tío soldado?—Exclamó Johnny con asombro, interrumpiendo al otro—¡Mi mamá fue soldado!

—¡Wow!—Los ojos de Peter se iluminaron—Eso es muuy coool.

***

Cuando las clases terminaron para los dos pequeños amigos, Peter comenzó a preocuparse cuando el carro de su papá no aparecía; mientras tanto, solo podía ver con algo de inquietud como todos se iban, de poco a poco, hasta quedar solo unos cuantos alumnos.

—¿Tu papá no ha llegado?—Preguntó Johnny saliendo de las instalaciones.

—No—Musitó el castañito.

—Podrías...

—¡Johnny!

Peter y Johnny se giraron hacia la voz. Peter se quedó asombrado al ver a una mujer muy alta y de cabello rubio, vestida con un uniforme de policía acercarse a ellos.

—¿Esa es tu mamá?—Logró decir Peter a penas en un murmullo.

—Sip—Dijo Johnny con algo de orgullo al tiempo que caminaba hacia la mujer—. Mira mamá, él es mi amigo Peter.

La mujer lo miró con esos asombrosos ojos azules y le sonrió de manera cálida. La boquita de Peter se curvó automáticamente en una enorme sonrisa, y cuando se dió cuenta de su acción, sintió sus mejillitas ponerse calientes.

—Hola, Señora—Saludó Peter con voz bajita.

Stephanie soltó una suave risita que a Peter le pareció el cielo mismo; la mamá de Johnny era increíble.

—Hola, Peter—Stephanie se arrodilló, al tiempo que Johnny se abrazaba a su cuello y ella lo envolvía con su brazo—Johnny me contó que el día que escapó fue contigo a comer helado.

—¡Mamá!—Johnny bufó.

Peter se sintió avergonzado como nunca, al tiempo que asentía.

—Lo siento, Señora—Dijo Peter de manera cohibida, bajando su cabecita.

Stephanie se vio sorprendida por ese gesto. Era un niño demasiado adorable, Steph no creyó que podría pensar eso de un pequeño de esa edad, su propio hijo era un torbellino y había olvidado esa emoción de madre de querer estrujarlo en un abrazo o apretarle las mejillas.

—Tranquilo, solo la próxima vez no hagan planes sin antes decirme, ¿Está bien?

Peter asintió enérgicamente.

Pasemos PáginaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora