Capítulo 6

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¡Mierda! ¡Mierda!

JungKook no sabía qué hacer en esos momentos. Parecía que su cerebro se había desconectado por completo, pues su cuerpo no reaccionaba y sus piernas no paraban de temblar. Quería hablar, pero no podía.

Jimin lo miraba penetrantemente y con un semblante serio.

JungKook se recordó que quería arreglar las cosas con el pelinegro y que ese era el momento perfecto para disculparse. Respiro profundo y se obligó a hablar.

—Hola—saludo tímido.

Jimin sonrió amablemente y con un leve asentimiento le devolvió el saludo. Ambos se miraron durante segundos y luego se sumergieron en un incómodo silencio.

El castaño estuvo a punto de hablar, pero Jimin se adelantó.

—JungKook quiero...

¡Oh no! ¡No! ¡No!

JungKook no iba a permitir que Jimin se disculpara. El castaño merecía haber sido tratado así por el más bajo e incluso peor.

—No digas nada— se apresuró a hablar— Lo entiendo, no tienes que disculparte— Jimin entreabrió los labios—Yo... Yo soy el que debería de pedirte perdón por...

—JungKook— el pelinegro lo interrumpió— Por favor no hablemos del pasado... Yo solo quiero que... Dejemos todo atrás, ¿está bien?

El corazón del castaño se estrujo y unas inmensas ganas de llorar lo invadieron.

—Estoy de acuerdo Jimin, pero aun así yo fui un asco de persona y quiero discul...

— ¡Ya basta!— el pelinegro alzo un poco la voz— Por favor, no quiero hablar de eso... Permíteme olvidar.

JungKook tragó saliva, tratando de eliminar el nudo que se había formado en su garganta. Jimin aprovechó el silencio del castaño para continuar.

—Ayer Suni habló conmigo y me hizo darme cuenta que mi actitud hacia ti, había sido muy grosera — relamió sus labios—Y la verdad es que tiene razón, no debí tratarte así.

JungKook iba a contestar, pero Jimin lo detuvo haciéndole un gesto con su mano libre—Por eso quiero disculparme contigo— termino de hablar.

—Yo... Jimin... No tengo nada que perdonarte. Créeme que entiendo tu actitud y si yo hubiera sido tú, me hubiera tratado peor— Ambos rieron suavemente — De verdad, no te preocupes.

El pelinegro sonrió y extendió su mano, JungKook la miró y fue cuando se dio cuenta que Jimin sostenía un café.

—Lo compre para ti— aclaró el más bajo—Es un mocachino... Recuerdo que te encantaba el café capuchino y el chocolate.

JungKook sonrió enternecido. No podía creer que después de tres años, Jimin aún recordara sus gustos.

—Entonces ¿Si lo quieres? — El castaño parpadeo y miro a Jimin confundido, el pelinegro señaló al café y entonces JungKook regreso a la realidad.

— ¡Oh! ¡Claro que sí! No te hubieras molestado — Se apresuró a recibir el café— pero muchas gracias.

—De nada— Sonrió amablemente— ¿Por qué no lo pruebas? Así sabré si te gusto o no— JungKook asintió, dirigió el vaso hacia sus labios y sorbió un poco del líquido achocolatado y espumoso — Y ¿Qué tal?

El castaño relamió sus labios para retirar la espuma que había quedado, notando que el más bajo siguió con su mirada el recorrido de su lengua. Sus nervios incrementaron.

—Está muy rico... Gracias Jimin.

El mencionado desvió su mirada y carraspeo la garganta —Qué bueno que te gustó— guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón— Con esto quiero decirte que no hay rencores, puedes estar tranquilo.

JungKook abrió sus ojos por la sorpresa —Eso quiere decir que...— Jimin asintió y el castaño sintió un extraño calor en su estómago, que descifró de inmediato como felicidad.

— ¡Muchas gracias Jimin!— JungKook no supo en qué momento, pero cuando abrió sus ojos, se encontró a sí mismo abrazando al más bajo. Jimin se tensó y JungKook lo notó. Se separó de inmediato —Perdón... Yo no debí.

—No te preocupes— liberó una risita, mientras trataba de arreglar su ropa— Bueno, ya es hora de que entremos a nuestras clases ¿No crees?

Es verdad, las clases. Pensó el castaño.

—Sí... Ya es tarde— rasco su nuca nervioso— Nos vemos y muchas gracias otra vez— comenzó a dirigirse a su salón.

—JungKook espera— el castaño se detuvo y volteo a ver al más bajo— ¿Qué tal si nos vemos a la hora del descanso?

JungKook sonrió. En esos momentos podría morir de felicidad.

— ¡Claro! — contestó muy emocionado. Demasiado para su gusto —Quiero decir... Claro— dijo más tranquilo.

Jimin sonrió y con su mano se despidió del castaño, dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria. JungKook miro todo el recorrido que el pelinegro hizo por el pasillo, hasta que desapareció.

No podía creerlo. ¡Park Jimin lo había perdonado! Y un peso inmenso comenzó a desaparecer de su pecho.

JungKook retomó el camino hacia su salón, cuando entró divisó a su nuevo amigo Hoseok sentado a un lado de su lugar. Sonrió. Ambos se miraron y se saludaron a lo lejos.

Sorbió un poco más de su café y con un suspiro de satisfacción, se dirigió a su lugar.

Hoy sería un gran día.

MI DULCE KARMA #1 - (JIKOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora