Capitulo 10 |No te voy a dejar alejarte de mi

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- Papá, ya a sido suficiente - Le dijo Tristán - No estamos en posición de ganar -
- Marcus, larguense - Le dijo Tamia - No tiene porque correr sangre -
- No, sobrina, si tiene -
- ¿Sobrina? - Le dije poniéndome de pie - ¿Ustedes son familia? -
- ¿Cuál fue la mentira que le contaste al chico? - Le dijo Michael a Marcus
- Eso no te incumbe -
- Tu sabes que si - Parecían apunto de explotar
- Ya es suficiente - Nicola se interpuso, y menos mal que lo hizo - No empezaremos otra guerra hoy -
- Hazle caso a mi hija y vete, Marcus - El pereció analizarlo un poco y luego miró a sus lobos, quienes estaban dispuestos a matar y morir por el en este momento
- Bien, nos iremos - El se separó un poco y los demás se acercaron - Todos nosotros - Dijo mirando a Blake, esto iba a acabar mal, aquí o en otra parte, Blake iba a terminar mal
- Ve - Le dijo Tamia - Estaremos cerca, sólo debes aullar -

Comenzamos a bajar por la orilla del río, era bastante silencioso pero algunos murmuraban sobre lo que pasaría al llegar. Podía ver algunos movimientos al otro lado, supuse que sería la manada de Michael.
- Hasta aquí - Dijo Marcus - Los que quieran volver y no ver esto sigan hasta casa, los demás pueden quedarse - Nadie se fue, sólo se formó un círculo al rededor de Blake y Marcus quienes habían quedado uno frente a otro - Muy bien, será bastante público -
- Muchos lo estaban esperando hace tiempo - Le dijo Blake
- Nos traicionaste, Blake, me traicionaste -
- ¿Cuánto tiempo creías que iba a ser tu perro, Marcus? Me cansé, de siempre hacer el trabajo sucio tuyo y de tus hijos -
- No es excusa -
- No, pero fue razón suficiente para volver - Marcus se abalanzó sobre el y comenzaron a pelear

Intente interponerme pero Nick me tomo del brazo y negó con la cabeza. Si bien la juventud y agilidad de Blake le daban una buena ventaja, la experiencia y fuerza de Marcus estaban ganando. Marcus comenzó a golpearlo en la cara sin parar, si alguien no lo paraba iba a matarlo, todos lo sabíamos, pero nadie hacia nada.

- Ni lo pienses - Me dijo Nick
- Lo matara -
- Dejalo, o habrá dos lobos muertos -
- Si fuera Connor me dejarías, el problema no es Marcus, es Blake - El pareció enfadarse un poco
- El te convirtió -
- Y siempre odiare eso, pero odiarlo a el aquello es diferente, no soy así -
- No dejaré que te mates por el -
- No es tu decisión - Me solté de su mano pero cuando iba a interponerme alguien se me adelantó,  Tamia
- Niña tonta - Dijo Marcus con furia dispuesto a matarla
- Detente, Marcus - Dije y me planté frente a el
- Hazte a un lado, Christian -
- No voy a permitir que los mates -
- Esta no es tu pelea, lobito - Dijo Blake detrás de mi
- Ya escuchaste a tu novio, alejate -
- Tendrás que matarme si me quieres fuera de tu camino -
- ¿Me estás retando? -
- No, porque se que no matarás a la ventaja que tienes sobre otras manadas, no matarás a tu lobo blanco por un mísera traición, eres más listo que eso -
- No se si eres valiente o idiota - Me dijo mirándome a los ojos con odio - Si vuelvo a verte cerca de alguien de mi manada, Blake, tu y ese lobo están muertos, no me importa un bledo si es blanco, negro, marrón o violeta - Dijo y se fue
- ¡¿ Qué demonios crees que haces, Christian?! - Me grito Blake cuando la gran mayoría de las personas se habían ido
- Sólo quería evitar que te mataran -
- ¡Hacer que te maten a ti no ayudaba en nada! -Me dijo
- ¡Perdón por querer ayudar! -
- Ese es el problema, Christian, que no ayudas, sólo entorpeces todo - Sus palabras habían dolido - Crees que entiendes esto, pero no es así, las palabras no arreglan guerras aquí, tu no sabes nada de este mundo porque no perteneces a el -
- Blake - Le dijo Nick - Ya entendió -
- No, no lo hizo - Blake se soltó de Tamia quien lo mantenía de pie - Tu no eres un lobo, Christian, no me importa que tu pelaje sea blanco, tu no eres más que un estúpido niño necesitado de amor que se hace el héroe -
- ¡Si querer ser el héroe es querer ayudar a un amigo, si, eso quiero! - Le grite
- ¡NO SOMOS AMIGOS! Entiende eso, Christian, tu y yo no somos nada -
- ¡Blake! - Nicola le grito - Ya es suficiente -
- Puede que tengas forma de lobo, pero tú nunca serás uno, en cuanto antes lo entiendas mejor - Luego de esas palabras se perdió entre los árboles del bosque
- Christian - Connor se acercó a mi - Sabes que no dice la verdad -
- No, Connor, eso es lo peor, que tiene razón - Mire a mi amigo - Puede que sea un lobo blanco, pero nunca pertenecere aquí, no soy parte de la manada y jamás lograré serlo -
- Claro que eres de la manda - Dijo Tristán
- No, y fingir que si es perder el tiempo de todos - Dije y me fui

Los días pasaron y no volví a saber nada de Blake o de Tamia, habían desaparecido como fantasmas de mi vida, si bien podía ir a buscarlos a las cabañas en el fondo no quería verlos, lo que Blake había dicho me habia dolido y no estaba seguro de querer volver a verlo, y lo peor no era que el había querido que me doliera, sino que cada palabra era verdad, no había tenido necesidad de decir nada mas que la verdad para hacerme daño, no era parte de la manada, no era un lobo, el y yo no éramos nada, yo no pertenecía a ese mundo, y era la verdad. Por otro lado, Nick, Connor, Tristán y Nicola habían aparecido muchas veces en mi casa, pero mi madre siempre les decía lo mismo "Esta encerrado en su cuarto", las primeras veces subieron e intentaron hablar a través de la puerta pero se rindieron.

Ese día había salido a caminar, las calles estaban cubiertas de nieve recién caída, todo era blanco en el pueblo. Entre a mi cafetería favorita donde vi a Nick quien me miró preocupado, pero mi vista se dirigió a sus acompañantes, Connor, Tristán, Nicola, Tamia y Blake, sabía que no había razón, pero sentía como si el hecho de que todos estuvieran ahí, juntos, era una traición.

- Christian, pudo explicarte - Dijo Nick acercándose a mi
- Ahorraremos nuestro tiempo, no la necesito - Dije y salí del lugar
- ¡Christian! - Lo escuché gritar mi nombre pero yo ya estaba corriendo lo más lejos que pudiera de ahí

Comencé a correr por las calles sin dirección alguna, hasta que poco a poco perdí la urbanización y los árboles comenzaron a rodearme, sentía el viento gélido golpear mi rostro y la nieve volvía mi vista confusa, comencé a chocarme contra los árboles hasta que caí y rodé varios metros cuesta abajo. Al frenar simplemente comencé a llorar, cerré los ojos y sólo deje salir lo que había contenido dentro desde que me había convertido en lobo, simplemente deje que todo saliera. Sentía el sabor de sangre en mi boca, pero poco me importaba en ese momento estar herido. Al cabo de un rato abrí los ojos y mire a mi alrededor, sólo habían árboles y nieve, me puse de pie y comencé a caminar sin rumbo, todo me parecía exactamente igual, eso era lo malo del bosque.

- Christian - Oí a Blake a mi espalda, me gire y le mire - Dios ¿que te paso? - Mire mi cuerpo, tenía toda la ropa rota y manchada de sangre, no quería imaginarme como debía de estar mi cara
- Nada - Le dije
- Christian, yo, lo lamento -
- Ya no, Blake, ya no quiero que me mientan, así que no digas que lo sientes, porque no es verdad, querías que me doliera, y me dolió, felicitaciones -
- No es verdad -
- Vete - Le pedí en un susurro, pero sabía que me había odio - Vete - Le dije ahora más alto - Si tu no te vas, yo lo haré -

Comencé a caminar y escuche sus pasos detrás de mi. Odio correr. Me convertí y comencé a correr por los árboles intentando perderlo pero aún podía sentirlo cerca. De algún modo habíamos terminado al final del bosque, donde todo comenzaba ser campo llano, este estaba todo blanco. Me tropecé con una piedra y caí al suelo, ahí me hice un ovillo cerré los ojos.

- Christian - Paso un rato hasta Blake me encontró, le mire, el era humano - Lo lamento - Suspiro y se sentó sobre la nieve - De verdad lo siento, Christian, no quiero que pienses que creo esas cosas que dije, porque no es así - Me puse en pie y volví a mi forma humana
- ¿Tanto te cuesta dejarme sólo? -
- Sólo quiero que me escuches -
- Te lo pido, Blake, alejate -
- No, no te voy a dejar -
- ¡QUE TE LARGUES! - Le grite con todos los sentimientos que tenía dentro - Por favor - Note que había comenzado a llorar por el calor de las lagrimas en mi rostro
- No te voy a dejar alejarte de mi - Dije y se acercó a mi y me tomo el rostro entre sus manos - No soporto la idea -
- Y yo no soporto tu presencia - Quería que se alejara, no me importaba si debía herirlo para ello
- No sabes mentir -
- ¡Qué me dejes en paz! - Comencé a golpearlo pero el simplemente me abrazó fuertemente - Ya déjame, por favor -
- Querer a alguien es saber cuando alejarse, Christian - Lo mire  - Y yo te quiero -

El acortó la poca distancia que había entre nosotros, fundiendo nuestros labios en un tierno beso. Este hombre iba a volver loco, pero disfrutaría todos los momentos hasta la locura total, de eso se trata amar, perderte en el otro y disfrutar lo hermoso de estar perdido en la oscuridad.

Little WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora