Caminé a paso agigantado y me paré para poder respirar antes de abrir la puerta. Con la mano todavía en la manilla de la cafetería seguí maldiciéndome mentalmente. Me había quedado dormida solo 2 horas antes de que sonase el despertador y ahora me encontraba sudorosa, con agujetas y una bronca debido a la impuntualidad. Me había pasado casi toda la noche restante pensando en el encuentro con aquel chico, Min Yoongi. Pensando sobre quién debía ser y que le había hecho ser tan arrogante, tan arisco.
—Sori, si sigues así te van a despedir, el mes pasado fuiste la empleada del mes, y no tenemos empleada del mes, ¿me vas a decir que te tiene así?
No sé como escuché la voz de Hye de fondo entre tanto pensamiento, pero lo hice. Opté por inventarme una excusa.
—Solo estoy cansada Hye. -realmente no era mentira, combinar trabajo y estudio puede ser una bomba, yo estaba encendiendo la mecha haciendo horas extra. Más que cansada estaba exhausta, y por lo visto incluso Hye lo había notado.
—Lo sé, llevas unos días que pareces un fantasma, ¿no has pensado en pedir un par de días libres?
—Quizá lo haga.
Jamás haría una cosa así a no ser que fuese totalmente necesario. Necesitaba el dinero que ganaba con cada gota de mi sudor. Esa era la única manera. El día transcurrió como cualquier otro, mi excusa parecía haber funcionado y la verdad, trabajar me estaba despejando la mente sobre el encontronazo de ayer.
—Mina, ¡mesa dos! - Jung Hoseok, otro compañero más, me tendió un café para que lo llevase.
Nada más cogerlo y escudriñar la mesa dos, lo vi. Vi su pelo negro más rebelde que ayer, vi sus ojos castaño oscuro con la mirada fija y vi aquellos auriculares que parecían no fallar.
—Sori, que es para hoy, ¿es que acaso te ha gustado alguna de nuestras visitas? - Hoseok siempre tenia ese tono pícaro y bromeaba. No era feo, de hecho, creo que tenia la sonrisa más radiante que había visto jamás.
— Cállate y dame el café, que al final te escuchará alguien.
Éste me dedicó una de sus perfectas sonrisas como hacia la mayoría del tiempo y yo me dediqué simplemente a coger el café, hoy no estaba de humor para seguirle el rollo con bromas.
—Aquí tiene, ¿quiere la cuenta ya? -dije sin darle importancia, como si no fuese él la razón por la que hoy tengo estas ojeras y mi expediente de empleada ejemplar ha sido manchado.
—Sí, quiero la cuenta ya. -se limitó a responder y extender el brazo con el dinero. -Quédate con el cambio Sori.
Empecé a tener un poco de calor, había pronunciado mi nombre, por lo cual se había acordado de él. Y para que mentir, su voz y mi nombre habían sido una de las mejores combinaciones hasta el momento.
—¿Qué? No, gracias. No nos dejan aceptar propinas Yoongi. -no tartamudeé y eso fue un éxito interno.
—He dicho que te lo quedes, si no lo necesitases no estarías haciendo horas extras, ¿verdad? Y no digas ni una palabra de nada que tenga que ver conmigo a Hoseok. -lo dijo todo con la misma expresión, una que continuaba siendo indescifrable para mí. Me sentí un poco confusa, ¿estaba siendo bueno desde la arrogancia?
Un momento. ¿Hoseok? ¿cómo sabia el nombre de mi compañero? Si este chico me parecía misterioso, ahora aún más.
— ¡Sori! -Antes de siquiera abrir la boca para preguntar, mi encargado ya reclamaba mis servicios.
Maldición.
No pude tener ningún tipo de conversación con Yoongi, estuve todo el tiempo atendiendo mesas. Pero al igual que el día anterior no se había movido un ápice, y volvió a hacer lo mismo. Empezaba a pensar que lo hacia expresamente, pero siendo él , y sin conocerlo, pensé que nunca se sabia. Me acerqué lentamente, como quién se acerca a un animal feroz con miedo a ser mordido. Cautelosa y en silencio. Aunque esta vez con más confianza que la anterior, cogí aire y me dispuse a echarle, no iba a esperar ni un segundo más que no me correspondiese aunque no tuviese contrato de trabajo. Encima me había dejado intrigada a tal punto que había conseguido cabrearme yo misma, comiéndome el coco. ¿Y si son pareja? Eso explicaría muchas cosas, sobretodo por parte de Hoseok, ¿pero de Yoongi? Quién lo diría.
—Disculpa. -nada.- Min por favor.
De repente su mirada estaba fijada en mí, pude apreciar muchísimo mejor sus facciones y por un momento sentí que flaqueaba, pero no.
—Llámame Yoongi. Ya me voy. -dijo sin ningún tipo de remordimiento.
—¿Qué? -me salió más como una especie de quejido que como la pregunta que era- No puedes irte.
—¿Ayer me echabas como si se acabara el mundo y hoy me vas a pedir que me quede? -dijo con una sonrisa triunfante, de aquellas que dan impotencia a quien la ve. Me di cuenta de lo que había dicho y como lo había dicho al escuchar su burla. No pretendía parecer una desesperada, pero lo había hecho hasta para mis oídos.
— Nadie ha dicho que te quedes, Brad Pitt. Pero, ¿no pretenderás irte después de todo lo ocurrido en estos dos días no? -quería explicaciones y las quería con impaciencia.
—¿Todo lo ocurrido en estos dos días? No sé que película te habrás montado, Steven Spielberg, pero aquí no ha ocurrido nada. - me rebatió de la peor manera posible cuando hablamos de mí, con mi misma medicina.
—Exacto, nada. No quieres que le diga nada a Hoseok sobre ti, que por cierto, no sé de que lo conoces todavía. Y para colmo, ¿quién tiene tanto tiempo para pasarse todo el día haciendo nada en una cafetería hasta altas horas de la noche? Sí, nada. -repliqué hasta el último suspiro.
—No te entrometas en nada, no quieras saber más de la cuenta y, Spielberg, el cliente puede pasar el tiempo que quiera mientras consuma, ¿no te lo enseñaron nunca? -dicho esto se colocó esos dichosos auriculares que tanto estaba empezando a odiar, se encapuchó y se fue en la misma dirección que ayer sin mirar atrás. Lo seguí con la mirada todo el tiempo que me permitió la calle. Me había dejado con la palabra en la boca y mil preguntas que supe que nadie me iba a responder.
Cerré la cafetería como de costumbre junto con mi compañero Junsun. Sumida en mis pensamientos y un poco molesta aún, miré el reloj con un suspiro acompañando la acción. Cuando vi la hora volví a desmoralizarme un poco, ya que eran las dos de la mañana y no dormiría mis horas otra vez. Todo empezaba a ser difícil de compaginar.
***
Nada más llegar a mi pequeño pero confortable hogar, me tiré a la cama como quien se zambulle en una piscina. Desde que empecé a trabajar este era mi momento favorito del día, pero era bastante efímero.
De un momento a otro recordé que iba a empezar en mi nueva preparatoria en cuestión de horas. Salí de la cama de un brinco, se me había olvidado por completo.
Cuando ya tuve todo listo para lo que me esperaba volví a mi paraíso personal, la cama. Sólo recuerdo haber cerrado los ojos un momento para caer en un sueño profundo a continuación.
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Cigarette | Suga - BTS
FanfictionMin Yoon Gi era lo más parecido a un cigarrillo. Se iba consumiendo sin pausa -o salvación alguna-, pero no esperaba ser salvado de aquel incendio que acontecía en cada rincón de su ser, se había acostumbrado a arder en su propio infierno. Todos sa...