"Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible liberarse. Y es una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos que se escriba." Clarice Lispector.
A mi mejor amiga le gusta la poesía. Escribir y compartir sus textos le ha servido para exorcizarse y al dar talleres de escritura creativa algo recurrente es lo maravilloso que tiene la gente para compartir y lo mucho que ayuda para comprenderse. "La literatura salva" pareciera que es su lei motiv. Yo por el contrario estoy tan lejos de su poética, de su alma eterea que mi cabeza es un caos de esos irreproducibles donde a la pregunta "¿Cómo estás?" la única respuesta posible se da en la dicotomía "estable/inestable". A pesar de eso acá estoy, frente a una página en blanco a riesgo de hacer cualquiera solo para justificar el no hacer terapia y no quemarle la cabeza a mis amigos ya cansado de responder lo mismo: "Y... sí, es raro. Fijate".
Nunca fui muy adepta de las pelis románticas a pesar de que el maldito ideal del tipo que te demuestra constantemente que le interesás con esa mirada que siempre te perdés me pesa. Y sí, ¿qué esperaban que ocurriera si me taladran la cabeza? Ahora bien, resulta que la vida no son esos 60 minutos y todo es más complejo (maldita psicología humana). Pero esto es el colmo: de todos, absolutamente todos los raros, especiales, particulares, bah, de todas las malas elecciones que podría hacer, este es l mayor por lejos. Ni siquiera toda la teoría sobre comportamiento humano ni todo el marketing del amor del que hago uso dando clases me sirve para explicarlo. Podrán decirme "pero no, es obvio que está interesado sino no haría...", "naaa, ¿no te das cuenta que si te escribe es porque algo hay?", pero creanme que toda conversación sobre él termina en "y sí, es raro". Incomprensible. Fuera de la norma. Complejo. Impredescible. Difícil. Y así es como me enganché con él.
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Experta en malas historias de amor
General FictionCuando pensaste que nada podía sorprenderte aparece la persona más rara, complicada, indescifrable e insufrible que existe. Y sí, te enamorás. ¿Qué hacer? Una experta en malas historias de amor lo sabe perfectamente.