Teacher or Daddy (Hetalia x Lectora fanfic)

¡Por fin, vacaciones!

Unas cuantas semanas más pasaron. (T/n) había estado lo suficientemente tranquila como para terminar el semestre satisfactoriamente. Su tranquilidad se debía a que el profesor Kirkland había conseguido un trabajo para ella de medio tiempo que no interfería con sus estudios y que, además, la paga era buena. Era en una tienda de libros ubicada muy cerca del campus, así que trabajar ahí no se le hacía difícil en lo más mínimo.

Mientras tanto, Mr. Jones se había mantenido al margen para no interferir en los estudios o en el trabajo de la joven. Aunque ¡Claro! Se moría de ganas de hablar y convivir con ella como antes. En realidad, la extrañaba demasiado.

Mr. Kirkland había arreglado con la librería que (T/n) tuviera sus vacaciones para que fuera libre de ir a su país natal con su familia o para que fuera libre de poder ir a donde quisiera y descansar. Sin embargo, no esperaba tener la siguiente conversación con su alumna:

— Y amm... ¿Piensas ir a ver a tu familia para vacaciones? — preguntó como desinteresado. Realmente era una pregunta que hacía por cortesía para que su repentino encuentro de la biblioteca no fuera tan incómodo.

— No creo poder ir, profesor Kirkland — dijo con pesar. Quería ver a su familia, los extrañaba demasiado. Pero, aunque en su trabajo hubiera un buen sueldo, lo que había ahorrado no alcanzaba más que para un vuelo de ida.

— ¿Eh? ¿Por qué? — el rubio sacó su mirada del libro para poner atención a lo que su alumna decía. Se había sorprendido ¿Es que acaso habría tomado clases especiales para sus vacaciones?

— No reuní el dinero suficiente ¡Pero debo ser positiva! Quizá para las próximas vacaciones-

— Quiero ir contigo — soltó de repente, interrumpiendo a (T/n). Su rostro fue sonrojándose poco a poco, lo había dicho sin pensar.

— ¿Qué? — preguntó (T/n) desconcertada ¿Había oído bien?

— A (T/p), quiero conocer (T/p)... ¡N-no me mal interpretes! M-me han dicho que su gastronomía es muy buena.

— Creo que no me escuchó — dijo entre apenada y confundida—. No tengo dinero para un vuelo en avión...

— Si me haces de guía podría costear el viaje de ambos — le respondió más calmado —. Sería molesto que fuera estafado por una agencia de viajes. Es mejor que tú me hagas conocer el lugar.

— Creo que debo declinar su oferta, es demasiado.

Mr. Kirkland sonrió ladino ¿Demasiado? ¿Un simple viaje en avión era demasiado? Él podía viajar en su propio jet privado, o incluso comprar un avión comercial. Además, que pensara que era demasiado para ella se le hacía una tontería; una mujer tan inteligente y hermosa merecía ser consentida. Poco a poco, su sonrisa se desvaneció, dándose cuenta que su mente estaba pasando por un escabroso camino.

— Bien, cómo quieras. La invitación sigue en pie durante dos semanas — después de eso, volvió a meterse completamente en la lectura mientras caminaba hacia una mesa.

Justo ahora, estaba en su turno de trabajo atendiendo la librería. Sus vacaciones no empezarían sino hasta el día de mañana, por eso, ese día estaba esforzándose en hacer bien su trabajo para dejar todo en orden antes de cerrar. La tarde estaba haciéndose presente y parecía que ya nadie iba a venir por algún libro.

Afuera de dicha librería había alguien de pie simulando ver que títulos bestseller salieron en la semana. (T/n) no se dio cuenta en ningún momento que alguien miraba en su dirección desde afuera del local.

— ¡Señorita (T/a), que gusto verla por aquí! — dijo Mr. Jones entrando a la librería. A (T/n) casi se le sale el corazón por la garganta.

— ¡Dios! ¡Profesor Jones, casi me mata de un susto!

— Disculpa, linda — le dijo, acercándose al mostrador.

— ¿Buscaba algo en especial? — el profesor Jones se recargó sobre la barra del mostrador, sonriente de oreja a oreja, cosa que hizo sonrojar a (T/n).

— No... Bueno, sí — Mr. Jones se notaba nervioso ¿Y cómo no estarlo frente a ella? —. Estaba pensando... ¿Tienes a dónde ir estas vacaciones?

Eso tomó por sorpresa a la joven ¿Por qué parecía que todo el mundo se interesaba por sus vacaciones? Oh, no. Esto no estaba bien.

— ¿P-por qué lo pregunta?

— Hace mucho que no utilizo mis días de vacaciones. Estaba pensando que, si no tienes a dónde ir, podrías acompañarme a California. No es divertido viajar solo. Además, ya estoy muy viejo ¡Qué tal si me pasa algo y no hay nadie conmigo!

(T/n) estalló en risas junto a Mr. Jones por las ocurrencias que tenía éste.

a) — ¿Cómo qué podría pasarle, Mr. Jones? — respondió entre risas.

b) — ¿Viejo? ¡Vamos! Usted es todo, menos viejo.

Como ven, aquí el fanfic se parte en dos rutas. Elijan sabiamente.