⟻XXX. DONDE VIVEN LOS MUERTOS.⤛

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La construcción subterránea de la morgue estaba perfectamente diseñada para no afectar al cementerio, apenas entras y una luz blanca de hospital te ataca directamente a los ojos, es como entrar a un laboratorio de ciencia ficción, pero cuidado que sale mal un experimento y se crea un apocalipsis zombie, o esa es la impresión que me da al estar aquí. Al bajar las escaleras que a plena vista era un túnel muy claro y muy futurista, lo que más me llama la atención siempre es que las escaleras tienen pequeñas telas acolchadas por encima para impedir en algo el ruido metálico al bajar y subir, todo muy misterioso, me les quede mirando como una niña al bajar y note que una estaba arrancada de un lado, cosa que es mejor no darle importancia. Terminamos de pasar y nos encontramos caminando por un pasillo con cristales en las paredes, se podía ver todo en cada habitación, menos algunas que poseían cortinas amarillentas, pasamos alrededor de 4 habitaciones para llegar a nuestro destino.

—Hey Iván, no vas a matarnos para experimentar con nosotros —dijo Oliver en forma de broma por todo el misterio del asunto, Iván sólo se dedicó a sonreír y eso hizo poner cara de susto al pobre Oliver— ¿O sí? —al fin entramos y todo estaba mucho más refrigerado que antes, era la única habitación sin la gran ventana. Había medianas puertas cuadradas en las paredes, que con mi experiencia sé que allí es donde refrigeran a los muertos. Una vez me tuve que meter en uno de esos para matar a una loca de un pueblo cercano, me congele horrible.

—¿Y qué piensas mostrarnos de unos pobres cuerpos sin vida, congelados, que esperan pasar por tu bisturí?

—Te has vuelto muy impaciente pequeña Mac —abrió la nevera y sacó la lengüeta metálica mostrando lo que sería un cadáver cubierto por una sábana blanca— Está es Mara clonfil.

Me aproximó a quitarle con delicadeza la sábana de la cara.

—¿Puedo?

—Claro —al quitarla se veía lo que alguna vez fue una chica hermosa con rastros de agresión.

—¿Que le paso?

—Otra víctima de maltrato doméstico, pero lo peor no está aquí —remueve la sábana hasta la cintura.

—¡Ay Dios! —Exaltación de Oliver— ¿¡Esto es obra del maltrato doméstico!?

—Ya va ¿no que era un saqueo? Eso es por lo que vinimos —Sis se aproximó a expresar su duda.

La pobre muerta de Mara estaba completamente abierta de un solo lado del tronco, y se veía claramente como le faltaban todas las costillas del lado izquierdo. Iván se me quedaba observando mientras yo analizaba el cuerpo de Mara detalladamente con la mirada, y los otros dos discutían.

—Lo notaste ¿verdad?

—Alguien removió meticulosamente las costillas de su cuerpo —este asintió dándome la razón— ¿Pero esto que tiene que ver con el caso?

—Le quitaron las costillas post mortem —me le quede mirando un poco confundida y un poco impactada de lo que podría significar— Nuestra pobre Mara vino completa a la morgue, la deje aquí anoche y al volver.

—Le robaron las costillas —termine la frase de Iván y me quedo viendo a Mara de nuevo.

—Y ella no fue la única —mire a Iván con cara de terror. Calme a los chicos de su larga y muy infantil discusión, no sé cómo terminaron discutiendo por caricaturas de ponys. Iván nos mostró los otros cadáveres, a muchos les faltaban los huesos de las piernas, brazos y manos, recogimos mucha información y llamamos a dos de los de negro para que cuidarán las entradas por los momentos. Digamos que ahora la morgue tiene mucho más la protección de la mafia que antes. La familia Brown siempre fue muy neutral con respecto a política y Mafia, pero hay que admitir que hasta la ley hoy en día es una basura.

Nos fuimos de la morgue, Oliver nos llevó a Sissi y a mí, a mi casa, para luego el ir a donde sea que se esté quedando.

...En mi cuarto...

—A donde piensas ir —Sis estaba sentada en mi cama ojeando algunos libros sobre mi cama.

—¿Quieres ir? —le pregunto mientras me recargo en el marco de la puerta del baño, para así ponerme mis botines de tacón encuerados amarillos y de punta.

—No sin que antes me digas —se recuesta en mi cama estirando uno de mis libros y verlo con muecas, al mismo tiempo abro mi closet y sacó una chamarra de cuero negra, esta tiene un león muy peculiar grabado atrás, y me la pongo. Esta chaqueta me la regalaron anónimamente hace mucho tiempo atrás.

—Olvídalo.

—¡Hey, espera!

—¡Hey, espera!

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MAC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora