*Narra Yatoki*La mañana empezó como cualquier otra, solo con una diferencia, el silencio, el silencio penetraba mi mente y me recordaba que una vez más estaba solo. Cuando me preparaba un café, un golpe en la puerta principal me alarmo de repente, corri hacia la puerta y la abrí de un golpe, era Takashi, tenía a Natsu en sus brazos y una extraña expresión en su rostro:
-La encontré en un callejón, esta malherida, no ha hablado y tiene miedo de cualquier sonido, lo lamento.
-Oh.....
Caí de rodillas al verla así, la chica fuerte que yo conocía ahora solo era cenizas, estaba llena de moretones, rasguños, cortes, y tenía una mirada perdida y su ropa estaba tan rasgada que era irreconocible. Apareció en casa con un vestido rosa, su cabello estaba enredado, y su cuerpo estaba sucio. Me levanté mudo y la tomé en mis brazos, le dije gracias a Takashi en voz baja y antes que pudiera detenerlo, se había ido, lentamente llevé a Natsu adentro, la deje lentamente en el suelo y no podía mantener el equilibrio, apenas sus pies tocaron el suelo su cuerpo tambaleo de nuevo hacía mí. La agarre de nuevo y con una mano tome su ropa y una toalla, y prepare su baño. Estaba esperando afuera cuando escuché su voz llamandome, cuando abrí la puerta, estaba de espaldas y dijo ''mira''.
Cuando miré su espalda tenia una profunda herida en forma de dos líneas, una vertical y otra horizontal, recorriendo toda su espalda, no supe el propósito de este símbolo pero inmediatamente agarre a Natsu del brazo y la lleve a un hospital, soturaron su herida y di un nombre falso y una excusa lo mayormente creíble a pesar de ser una herida tan extraña. Nos resetaron unos medicamentos para la recuperación de su herida y para mejorar su condición física, cuando llegamos a casa le pedí que se diera un baño, y lo hizo, sin decir una palabra, ya habian pasado dos horas y ella aún no salía, entonces comencé a golpear la puerta, no hubo respuesta, dije con una voz alta ''Natsu voy a entrar, ¿esta bien?'', y cuando entré, ella estaba desmayada en el piso, la llevé a un hospital cercano, y me dijeron que se había desmayado del cansancio y por el estado de sus heridas, entonces volvimos a casa.
Cuando regresamos, la deje en su cama, y estuve al lado de ella toda la noche, no pude dormir, quise protegerla todo el tiempo posible. A la mañana no despertó como de costumbre, estaba en silencio y apenas podía caminar, a diferencia de como siempre había sido, no dijo ni una palabra.
Natsu estuvo tres meses en recuperación, de a poco perdió el miedo y volvió a ser quien fue, era la primera noche en la que Natsu volvió a salir a eliminar demonios y fue conmigo.
Estabamos caminando y después de un rato conseguímos el primer demonio de la noche, solo era uno, terminé con el rápido, pero de pronto aparecieron mas demonios y paso...de nuevo...Natsu fue atrapada y secuestrada por alguien nuevamente, esta vez un demonio y me llevaron con ellos.
Estuve inconsciente hasta llegar a un castillo de aspecto siniestro y obscuro, las paredes estaban decoradas de cortinas de color rojo sangre y habia lujo en cada lugar, pero carecía de luz, llegamos a un gran salon, con un gran rascacielos en el centro, y la luz de la luna iluminaba el rostro de una mujer en el fondo que estaba sentada en un trono con detalles de oro, de un intenso color rojo, a sus costados habian cortinas de un color violeta, con detalles en dorado, los vampiros que me sostenían me ataron las manos y me tiraron de rodillas al piso. A mi lado estaba Natsu también tenía las manos atadas y la cabeza baja, muchísimos vampiros nos rodeaban, todos con capas negras que tapaban la mayoría de sus rostros, en cambio la mujer delante de nosotros estaba vestida con un vestido rojo vino con un escote de corazón y en medio de este una especie de corte llegaba hasta arriba de su ombligo, unas tiras marrones iban de un lado a otro por el; un gran corte por arriba de su pierna derecha llegaba hasta el piso, y dejaba ver unas medias negras de red finas con el detalle de una rosa roja en la tira. Su cabello era violeta obscuro, era largo y brilloso, sus labios poseían un color rojo obscuro, sus ojos eran de un amarillo intenso que brillaba en aquella noche tan fría y obscura, su cuello tenía una gargantilla negra con una rosa roja en la esquina derecha, su voz hizo eco en el gran salón, al oírla mi piel se estremeció, parecía ser aterradora y a la vez atrayente :
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El canto de los ángeles
Fantasía¿Que harías si el mundo estuviera sumergido en una profunda tragedia sin darte cuenta?, mas allá de asesinatos, corrupción y demas tragedias, este mundo esta siendo desmembrado sin que puedas decir una palabra al respecto. ¿Pensarías que nosotros mi...