Capítulo. 8

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Leví Ackerman ahora se dirige calmado de regreso al laboratorio.

- Perdón por salir así... - No termina de hablar al darse cuenta que la joven pelirroja no se encuentra en el lugar donde la había dejado hace apenas unos minutos.

" Después de todo se fue "

Un poco decepcionado y anhelando que aquella jovencita salga de alguna parte, él decide volverse a la habitación dónde se encuentra Mike Zacharius descansando.

Toca la puerta pero no escucha a nadie que le responda ni algo que le de señales de poder pasar, por lo que gira el picaporte un poco permitiéndole abrir la puerta sólo para encontrar al rubio en su cama realmente dormido.

En ese estado de pequeña molestía, prefiere irse a su casa en vez de seguir perdiendo el tiempo,así que comienza a caminar con destino al estacionamiento donde aparcó su automóvil.

Eso de cierta manera también le desespera, para él es cómo ser ignorando y por ambas personas, la mujer pelirroja y el hombre alegre cómo un niño.

" Ahora que lo pienso, esos dos parecen niños, ella por su curiosidad y él por su alegría "


Llegando a su casa, y antes de que su portón se abriera automáticamente para adentrarse con él vehículo, se da cuenta de la presencia de una persona parada justo a un costado de la gran puerta de acero, al parecer le esperaba, una joven de cabello color cereza.

Leví prosigue a estacionar su automóvil dentro de la propiedad y al descender de el, mira a la mujer que aún sigue esperando una invitación para pasar.

- Nifa, ¿Que haces aquí tan tarde? - Pregunta él, regresando a la acera.

- Sólo quería verte. - Un poco insegura decide entrar.

Detrás de ella va el azabache para dejar que el portón se cierre de la misma forma en que se abrió, automáticamente.

- Pasemos a la sala. - Propone el doctor, mientras se adelanta unos pasos y sacá unas llaves para introducirlas en la cerradura.

Ya una vez adentro de la casa y después de que Nifa tomara lugar en el gran sillón café hecho con madera y cubierto por un cómodo poliéster, el azabache va directamente a la cocina.

- ¿Te sirvo té o café? - Pregunta Leví desde la cocina.

- Un café estaría bien.

- Bien. - Terminando de decir esto inmediatamente el dueño de la casa pone manos a la obra.

Desde la sala Nifa puede escuchar los sonidos que las tazas de porcelana provocan al chocar entre si, también se escucha el ruido que la cafetera hace al estar en función.

Por alguna razón ella se encuentra nerviosa, pero aún así tiene la necesidad de ser sincera con Leví y decirle su sentir hacía él.

El silencio establecido entre ambos nunca le ha gustado pero de cierta forma se acostumbra, y en esta ocasión tampoco le ayuda.

- Aquí tienes. - De pronto se aparece el azabache frente a ella con una taza de café.

- Gracias. - Responde Nifa al mismo tiempo que toma la taza en manos.

Por su lado, Leví después de entregar el café y ver como su novia sorbe un poco, sin hacer ruido se sienta en el sillón que se encuentra a un costado de dónde está ella.

- ¿Y? ¿Dónde estuviste todo el día? - Pregunta de pronto Nifa, la verdad es que tiene la curiosidad de saber lo que hizo su novio en el día, ya que no tuvo ninguna noticia sobre él.

Enamorado De Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora