"¡MAMÁ!" Grité por quinta vez desde mi cuarto.
Abrí la puerta de mi armario y comencé a buscar mis zapatillas negras. Estaba completamente irritada porque se estaba haciendo tarde para la cena con mi novio.
"¿Qué pasa?" Escuché la voz de mi madre.
"No puedo encontrar mis zapatillas y se está haciendo tarde y él estará aquí en cualquier momento." Dije.
Ella giró los ojos y comenzó a buscar debajo de mi cama.
"Toma," ella dijo después de levantarse del piso y dándome un caja.
La abrí y ahí estaban mis zapatillas negras. Me sentí tan estupida porque fui yo quien las puso debajo de mi cama cuando estaba limpiando mi cuarto la semana pasada.
"Gracias."
Ella sonrió y después me ayudó alistarme. Después que terminamos las dos bajamos las escaleras hacia la sala y por supuesto mi tonto hermano mayor estaba acostado en el sillón mirando televisión.
"¿No crees que ese vestido esta muy corto?" Él se levantó del sillón.
"Es perfecto," dije con una sonrisa para molestarlo.
Mi hermano es un año mayor que yo y piensa que tiene el derecho de decirme lo que tengo que hacer. Yo se que quiere protegerme pero aveces exagera hasta el punto donde no me deja respirar.
"Jungkook, deja a tu hermana en paz. Ella irá con su novio esta noche así que estará bien," mi mamá intervino.
"No se por que la dejas que vaya sola con él cuando sabes de todos los rumores que se dicen de él," él dijo.
Jungkook nunca le han caído muy bien mis ex novios pero él odia a mi novio actual más que a todos mis ex novios juntos.
"Jungkook, por favor. Ya hablamos sobre esto. Él es un buen chico," mi madre dijo.
"Solo trató de proteger a mi hermanita," él sonrió.
Giré mis ojos.
Yo se que él no trata de protegerme el problema es que no le cae bien mi novio.
"Tengo un novio así que no necesito que me protejas de nada."
El estaba listo para pelear pero fue interrumpido por el sonido de mi teléfono. Mire mi teléfono y era un mensaje de mi novio.
"Me tengo que ir," dije.
"Tienes que estar aquí a las diez, okay?" Jungkook dijo.
Él es tonto si piensa que lo voy a obedecer. Él es mi hermano no mi padre.
"Tu hermano tiene razón. La escuela empieza mañana así que tienes que estar aquí a las diez," mi mamá dijo.
Asentí con una sonrisa y después salí de la casa.
Cuando lo miré afuera de su carro con un ramo de rosas blancos y un gran oso de peluche no pude evitar sonreír.
"No tenías que traerme nada," dije.
"Es nuestro aniversario y tu te mereces todo," dijo y después me planto un beso en la frente.
Los dos nos subimos a su carro y él comenzó a conducir. Todo estaba en silencio hasta que paramos por la luz roja del semáforo. Estaba mirando por la ventana y algo me llamó la atención, era un Chevrolet Camaro negro de 1967. De inmediato golpe su hombro.