Fairytale. |Harry Styles|

Capítulo 12: Admitir lo inadmisible.

—Supongo que estarás haciendo tus maletas —dice, sentada en el sofá de nuestra planta departamental—. Solo vinimos por la presentación, es hora de regresar a casa.

—No exactamente, tengo planes ahora mismo —le digo a Gwen. Ella sonríe y se pasa las manos por el cabello rubio.

—¿Qué tipo de planes? —pregunta.

—Son importantes y ameritan que yo esté presente, así que no me iré de acá hasta que los concluya.

Ella reprime una mueca y se levanta, camina hacia su habitación sin responderme o resondrarme por haber tomado esa decisión. En cierto modo agradezco que no haya dicho más, no desearía explicarle con detalles el motivo por el cual me quedo y mucho menos empezarle a contar cosas de mi amistad con los chicos. Está bien de esta forma, sé que puedo manejarlo.

Decido ingresar a las redes sociales para averiguar cómo está yendo todo, normalmente son los managers los que se encargan de eso pero yo ingreso de vez en cuando para interactuar con los fans.

Mi plataforma favorita es Twitter, aunque no dejo de lado Facebook pero me siento más a gusto aquí. Noto que he estado activa estos días, aunque realmente no haya sido yo. Decido publicar algo, seguir a algunas personas y responder uno que otro DM.

Al instante me llegan muchos mensajes de Fans que se han enterado que estoy conectada. Es normal recibir esta atención pero a veces me incomoda, no puedo navegar tranquila y tampoco seguir a tantas personas a la vez. Gwen siempre dice que me mantenga alejada de las redes sociales o la web en general, hay demasiados detractores que me hacen la vida a cuadritos ahí, siempre publican cosas malas de mi persona y nunca algo bueno. Parece que me odiaran sin motivo alguno y aunque trate de ignorarlos, es imposible.

Abro uno que otro DM.

“Amo que estés con George, son perfectos juntos”

“No eres suficiente para Geo, te odio”

“Son tan hermosos, nunca terminen”

“Siempre fuiste una trepadora”

“Eres una roba fama, él no te quiere”

Decido cerrar los DM y enfocarme en seguir a personas, hay cierta contrariedad en los jóvenes. Algunos aman que esté con él mientras que otros lo odian y me ofenden. Se siente un poco terrible, hablo del hecho de que te insulten por cosas que ni siquiera conocen, y que se crean con el derecho para juzgarte.

Supongo que es así, todo tiene altos y bajos pero no se siente bien. Cierro twitter y decido ir hacia mi habitación.

Todo está ordenado y pulcro, seguramente el personal de limpieza se pasó por mi cuarto. No he hablado con mamá en un largo tiempo y tengo la necesidad de comunicarme con mi familia, para sentirme querida y no en el borde del abismo.

Cojo el celular entre mis manos y decido mandarle un mensaje de texto.

“¡Hey! Los extraño demasiado”

No tarda en responder y eso causa una gran alegría en mi corazón.

“¡Chloe! Nosotros también te extrañamos, Darla quiere que regreses, pregunta a diario por ti”

Sonrío, la extraño. No podría no hacerlo. Es la personita más especial en mi vida, mi hermana pequeña es parte de mi motivación cada día.

“Dile que la quiero, cuando me desocupe iré a verla”

Un golpe en la puerta hace que el celular se me resbale de entre los dedos. Es Gwen.

—Conscientemente creo que es una mala idea quedarse aquí, pero por otra parte no puedo entrometerme más de lo debido porque aunque sea tu agente, en realidad la que decide el tiempo y la hora eres tú.

—Gracias, Gwen. Quiero que confíes en mí, sé lo que hago.

—No creas que no me he dado cuenta, sé que te gusta ese chico. El de cabello ensortijado que se apareció ese día en los BRIT’S, pero estás en una relación. No puedes jugar a los dos bandos al mismo tiempo. Sé que te quedas por él y está bien, no voy a resondrarte o gritarte porque eres como mi hija y he pasado por esto. Ten cuidado, no eres a prueba de fuego, Chloe.

—No lo sé, él es lindo —murmuro, admitiendo lo inadmisible—. Hay algo en él, y sé perfectamente que estoy con George y que no puedo faltar al contrato, pero no puedo.

Ella asiente y camina hacia mí, sentándose a un lado de la cama.

—Acepto que puedo ser muy dictadora, pero él es muy diferente a ti.

—¿Qué tratas de decir? —pregunto.

—Primeramente, ¿sabes si le gustas? —inquiere.

—Sí, sé que le gusto. Lo puedo notar, Gwen. No soy ciega como para no darme cuenta —pronuncio, es extraño decirlo pero es así.

—¿Le gustas por lo que eres o por lo que tienes? y con ello me refiero a que si te quiere solo por la fama que cargas. Es muy común que personas se hagan pasar por timadores solo para conseguir algo a cambio.

—No lo sé, pero creo que él no es así —murmuro. Hay algo en mí que me dice que Harry no es como Gwen lo pinta.

 —¿Cómo estás tan segura? No lo conoces, solo lo has visto por tres días y déjame decirte que en ese tiempo no se llega a conocer a las personas. Es más, ni sé cómo ha llegado a gustarte. ¡Solo han transcurrido tres días! —exclama. Levanta las manos y se acomoda el chaleco negro que lleva puesto.

—Lo comprendo, aunque sé que George tampoco es para mí —respondo—. Mira, déjame resolver esto a mí, yo trataré de buscarle una salida ¿Vale?

Ella asiente y exhala una gran bocanada de aire, está preocupada por mí, es lo que puedo notar y si no fuera así, sé que lo notaré en un tiempo. Se levanta y camina hacia la puerta, deteniéndose un segundo.

—Sigo creyendo que ustedes dos, George y tú, son una increíble dupla —declara. Sonríe y sale de mi habitación, dejándome con una duda y el corazón palpitante.

Mi celular vibra y sé que es un mensaje. Mamá me ha respondido, pregunta por mí y mi relación; otra más que se suma a la lista de las personas preocupadas por cómo va el teatro impuesto por la disquera.

Ahora mismo me arrepiento, tengo ese mal sabor de boca al darme cuenta que firmé una farsa que no deseo. En realidad, no sé lo que quiero. Solo sé que necesito correr y correr hasta hallar una puerta de escape que me lleve a un lugar mejor donde los sentimientos no importen en lo absoluto.

Tengo que arreglar esto, tengo que saber qué es lo que deseo; y para eso necesito hablar con él. Harry es el único que puede ayudarme y descifrar ese enigma que ha surgido en mi interior y que sé que él también lo tiene.

Tal vez solo quiero negar ese sentimiento que ha empezado a emanar mi corazón, tal vez la amistad que él y yo tenemos sea la forma más recurrente a la hora de enamorarse o simplemente, solo es un capricho y un gusto pasajero que me ha abordado en uno de los momentos más insólitos que he tenido en mi vida.

Tengo entre mis dedos el teléfono celular, estoy insegura y un poco dubitativa de lo que voy a hacer. Tengo que darme valor y pensar muy bien en lo que voy a escribir.

Me decido por algo sencillo y que no esté muy elaborado.

“Necesito hablar contigo, ahora es muy tarde pero tal vez mañana. No sé si estarás libre”

Espero un momento, hasta que mi celular vibre indicando que me han dado una respuesta.

“Sí, claro que sí. Dime a qué hora y en dónde; yo estaré puntual ahí”

Le respondo, temblando internamente y mordiéndome le labio. Mañana es un día muy importante y necesito prepararme mentalmente para afrontar lo que venga.