CAPITULO XIII

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Ese mediodía, Murillo Torres estaba especialmente molesto, y el calor lo irritaba mas, caminó hacia el lago y disfrutó con la idea del agua en su cuerpo, y esa idea lo llevó a otra, porqué no podía sacarse esa sensación abrumadora y cálida, como el agua del lago, cada vez que pensaba en Aurelia.

Esa chica le robó el corazón, nunca supo como ; una mañana solo se levantó pensando en ella, y con el paso del tiempo la idea se fue reforzando y hoy por hoy, ya se transformó en un cáncer que le carcomía las tripas.

No podía decir que le atraía, ni qué tenía de especial, solo parecía un capricho, pero no lo era.

Pensando asi parecía un loco, pero lo que Vitorio dijo...... no, no podía ser asi, Aurelia no parecia el tipo de chica que hace daño, era tan ....

No se dio cuenta y por el camino lo venía mirando Alma, con su rostro de chica buena, siempre atenta, tan perfecta.

"Murillo, adónde vas? " "El lago me espera Alma, y nada me hará cambiar de idea, y tu? "

"Nada volviendo a casa, es que los policías estan muy pesados, no me dejaron llegar a la casa de Aurelia, debía hablar con ella ....pero bueno, ya vere si la encuentro en el pueblo ".

"No creo, la busqué, en los lugares de siempre, pero no la hallé ...."

"Eres un romántico, pero artificial ".

"De que hablas, no veo cual es la broma, que es eso de 'artificial ', sabes, tu pareces muy maliciosa, en ocaciones ".

"Es que ..... como tu sabes, Aurelia es 'bruja ', pero, como un secreto, debo decirte que hace un tiempo atrás, cuando recién se había mudado a casa, ella realizó un conjuro de amor dirijido a ti, pero nunca lo deshizo, que gracioso, no? Pero solo es una anécdota, propia de la edad, ya que ambos se llevaban tan mal, era lógico que ella reaccionara con alguna tontería de esas, no crees? "

Diciendo esto se acercó, lo besó y se despidió.

La cabeza de Murillo daba vueltas, que acababa de decir? Acaso estaba perdiendo la cordura esa chica? No, no podía ser, cómo? esa ..... tontería?

Siguió camino al lago y se sento a la orilla, metió los pies y dejó la mirada perdida, en las aguas. Fue como hipnótico, las hondas volvían formando un círculo incompleto que lo hiba relajando, poco a poco se perdió en su reflejo, sus ojos se oscurecieron, se alargaban, pensó que el agua lo adormecia, pensó que Aurelia era ermosa, aunque fuera bruja, aunque lo tuviera atado.

Luego su rostro ya no era el mismo, estaba triste, asustado, atormentado, luego otro rostro, como el suyo, pero envejecido hasta los huesos, y luego otro, pero este estaba enfurecido, aterrador, no comprendia de donde salieron, pero tampoco quería levantarse, entonces, pudo ver que estos rostros iguales formaban un anillo en el agua, y en el centro, el rostro de un ser anormal, terrible, y luego, a su lado, ese chico del bar, aquel que acompaño a Aurelia, que probablemente se habría enamorado de ella, que seguramente había sido rechazado y solo quería terminar su sentimiento de frustración, matando al objeto de su desgracia.... todo esto, lo supo en el instante mismo en que su cabeza quedó sumergida en el agua, sintió tanto miedo que su corazón estalló en mil pedazos, dolorosos, en un suplicio, que sería eterno, solo miraba esos rostros malditos y el pavor lo consumió.

EL LAGO DE LAS ALMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora