Aaron Taylor Johnson I

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Narra Baby

Corrí y corrí por las calles de la ciudad, sabiendo que no estaría a salvo hasta que llegara al garaje.

Oía los gritos de mi perseguidor mientras que yo intentaba mantener la calma y el ritmo de mi carrera. Un calambre o un mal flujo de aire y acabaría alcanzándome.

Doblé la esquina de la avenida. Estaba sólo a una manzana de distancia pero mis piernas me pesaban, mis pulmones me ardían y la sangre ya no daba más de sí dentro de mis venas.

En contra de mi lógica, eché un rápido vistazo hacia atrás para averiguar a qué distancia estaba de ese asqueroso, soltando un grito de furia y miedo al verlo tan cerca, a menos de diez metros.

Lágrimas empezaron a salir por mis ojos, bañandome la cara al mismo tiempo que el frío viento me la abofeteaba sin piedad, lastrándome por primera vez en toda la persecución.

Iba a alcanzarme. Iba a alcanzarme.

Va a alcanzarme.

Ese pensamiento rugió poderoso dentro de mi cabeza, lo que me llevó a tomar una gran bocanada de aire para luego vociferar:

—¡¡AARON!! —lloré antes de que una mano me aferrara del hombro y me impulsara hacia delante, haciéndome caer de frente estrepitosamente.

Apoyé las palmas, haciéndome cortes en ellas con la gravilla de la calzada. Gemí de dolor cuando el resto de mi cuerpo, incluida la cabeza, impactó contra el duro asfalto.

Me mordí la lengua tan fuerte que empecé a sangrar de inmediato. Pero no me importaba el golpe sino el chico que estaba mirándome desde arriba, casi axfisiado por la dura carrera pero con suficientes fuerzas como para arrodillarse e intentar aferrarme por las muñecas.

—¡¡No!! —chillé, forcejeando con él, revolviéndome debajo de su peso hasta que sacó una navaja, la cual dirigió hacia mi cuello.

—¡Estate quieta, joder! —me amenazó, clavándome apenas el filo del arma blanca.

Yo me quedé paralizada, sin poder creerme que Newt, un compañero de clase de toda la vida estuviera amenazándome ahora con degollarme a la luz de la luna.

Tragué saliva con aspereza, intentando calmarme a mí y a él por mi propio bien. La navaja no apretaba pero en cualquier momento podría rebanarme el gaznate si no permanecía quieta, cosa difícil dadas las circunstancias.

—Newt, por favor, por favor... —comencé a decir hasta que él me abofeteó.

—¡Cállate! —gritó como un horrible basilisco, asustándome tanto que estuve al borde de perder los estribos.

Pero entonces unas duras manos agarraron a Newt por los hombros, tirando con fuerza de él hacia atrás, haciéndolo caer de espaldas lejos de mí.

No tardé ni medio segundo en identificar aquellos ojos azules como el cielo. Estaban llenos de rabia pero también preocupación y angustia.

De inmediato levanté mis brazos hacia él, quien me envolvió con férrea suavidad, ayudándome a ponerme en pie para luego dejarme descansar en los brazos de Ronald, su mejor amigo.

—Aaron... —lo llamé en un susurro que él no escuchó.

Se volvió hacia Newt como un cyborg, los ojos en llamas y los músculos de su cuerpo tensados.

Se volvió hacia Newt como un cyborg, los ojos en llamas y los músculos de su cuerpo tensados

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—Cabrón hijo de puta —Aaron insultó a Newt, quien mantenía la navaja alta entre ambos—. Puto cobarde, atrévete —comenzó a hacer envites sin llegar a golpear al otro—. ¡Atrévete joder! —aulló para luego, en un movimiento rápido como el rayo, bloquear la mano con la que Newt estaba sujetando el arma blanca.

Newt gritó de dolor y soltó la navaja, que repiqueteó en la calzada con un metálico tintineo.

Yo mantuve la respiración pero luego me horroricé cuando Aaron empezó a pelearse con él. Newt era mucho más débil y bajito que Aaron. No había competencia ninguna.

Mi perseguidor empezó a intentar zafarse, huir de su plan que se había tornado en un error fatal. Sin embargo, mi chico no le dejó recorrer ni medio metro. Lo agarró con increíble fuerza y lo lanzó contra el suelo, posicionándose encima de él después para comenzar a asestarle puñetazos en la cara sin parar.

Newt intentaba cubrirse pero Aaron parecía un autómata, pegando con ritmo y violencia, tanta que de un golpe se oyó un desagradable crujir. Le había partido la nariz y quien sabe si algún diente.

Solté un jadeo.

—¡Aaron basta, basta! —chillé como una histérica—. ¡Ron, lo va a matar! —le grité a mi amigo, quien entonces me traspasó a los brazos de Tango para poder intervenir en la ya no pelea sino en el linchamiento.

—¡Tío, déjalo ya, está jodido! —tiró de él, consiguiendo apartarlo del ensangrentado muchacho.

—¡Vuelve a intentarlo y te mato! —Aaron lo asesinaba con la mirada—. ¡Atrévete siquiera a mirarla y te juro que te dejo sin cara a hostias, hijo de puta! —añadió antes de volverse hacia mí y empujar a Tango hacia atrás para poder hacerse conmigo.

Newt tosió sangre y se movió hacia un lado, al borde del desmayo.

—Baby, Baby mírame —Aaron acunó mi rostro entre sus palmas, cerciorándose de que sólo había sufrido un susto de muerte y unos arañazos por la gravilla contra la que me había chicado—. ¿Estás bien? ¿Te ha tocado?

Yo negué a todas sus preguntas con lágrimas desbordándose desde mis ojos

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Yo negué a todas sus preguntas con lágrimas desbordándose desde mis ojos. Aaron me las limpió con sus pulgares y me arrulló con suaves siseos, besándome las mejillas con ternura cada cinco segundos.

—Tranquila, Baby, estás conmigo —me susurró, no prestando atención a cómo sus colegas instigaban a Newt para volver por donde había venido.

El chico no podía ni sostenerse así que lo arrastraron calle abajo, empujándolo al final contra el muro de ladrillo, lejos de la luz de las farolas para que nadie pudiera verlo a simple vista.

Aaron me apretó contra su pecho, privándome así de cualquier tipo de visión. Sin embargo, era lo que yo necesitaba. Al pasar unos segundos empecé a sollozar otra vez mientras que él me acariciaba el cabello.

—Lo siento —murmuró contra mi coronilla—. Tenía que haber estado contigo... perdóname— añadió, meciéndome con cuidado.

—No es culpa tuya —gemí alto para que me escuchara, abrazándolo con fuerza, no queriendo que me soltara nunca—. Te quiero —añadí.

—Yo también te quiero, Baby —me alzó la barbilla con una de sus manos, buscó mis labios y me besó con dulzura, transfiriéndome el calor que tanto necesitaba—. Vamos a casa —dijo contra mis labios a lo que yo asentí.

Así, los tres chicos y yo nos fuimos a casa, dejando a Newt atrás.

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Hola a mis lectores!

Me encanta Aaron Taylor Johnson, sobre todo en la película "Nowhere boy", donde hace de John Lenon y está impecable.

Espero que os haya gustado el shot!

Un achuchón ^^

One shots 《Actores》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora