Estas muerto para mí.

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El invierno comenzaba y eso dificultaba mi elección de vestido, casi todos los que tenía eran veraniegos y con este frío mis piernas y brazos estarían congeladas apenas saliera de casa.

Mi madre no tenía doble turno ni nada, se iba a quedar sola esta vez en la casa, pero ella sabía por nada del mundo me perdería la fiesta anual de la familia de Dave. Me había dado permiso para dormir en la casa de las afueras de los padres de Dave y se lo agradecía de todo corazón porque con tantos tragos encima no creo poder encontrar ni siquiera la cama, y créanmen, ya me ha pasado, este no es mi primer rodeo.

Había esperado dos semanas por esto ansiosa, y siendo humillada en el colegio el tiempo se pasa volando.

Solo un pensamiento tenía campo en mi cabeza: Hoy conoceré a Alex.

¿Saben? Al principio me daba pena admitir que había estado coqueteando con alguien por email, es que es raro ¿Cómo me puede gustar alguien que no conozco, pero aun así me hace sentir un leve vértigo como si estuviera a punto de saltar a ciegas? Él me gustó por la forma en que me escribe y me apoya, y el hecho de que se más de su vida que de la misma mía, y viceversa.

Claro que le daré un período de prueba, estoy consciente de que esto no es una historia de amor, es simplemente mi vida.

Solo espero con todas mis fuerzas que sea igual de cómo es por email, que mi fantasía siga en pie.

De acuerdo, será el vestido azul aguamarina, la verdad lo encontré en el closet de mi mamá, no sabía que tenía un vestido tan hermoso, es de manga larga y sencillo pegado al cuerpo haciendo que mis curvas resultarán más. Perfecto para la fiesta.

Me pusé unos tacones negros y tomé mi celular, ya estaba lista para irme.

Bajé por las escaleras e inmediatamente sentí el ruido del televisor. 

-Eres hermosa- dijo mi mamá apenas me vio.

Le sonreí y me abrazó. 

-No recordaba ese vestido, vaya recuerdos que me trae- dijo con la mirada distante.

-¿Está bien que me lo haya colocado?- le pregunté al ver que estaba como ensueño. 

-Sí, te queda mucho mejor que a mí- dijo saliendo de su trance.

Pues tenía razón, no es que mi mamá fuera fea ni nada, es más, para tener su edad aún le quedan sus curvas, pero este vestido es un poco juvenil para ella. 

-De acuerdo- asentí -Dave pasará por mí en unos minutos- le recordé, después de todo aunque aún fuese temprano para la fiesta, yo iba a asistir a la cena con Harriet, no quería arriesgar lo mucho que me quería la mamá de Dave no asistiendo. 

El claxon del carro de Dave sonó a fuera. 

-Suerte- me deseó mi mamá.

Y vaya que la iba a necesitar.

Alex. Alex. Alex.

Dios, debo de dejar de pensar en él.

Salí después de despedirme de mi madre y sus típicas recomendaciones, las cuales no tomaba muy hay al pie de la letra, pero donde se entere de todo lo que yo hago se preocuparía, así que le estoy evitando que se estrese ¿no? Que buena hija. Es mi forma de subir mi moral al ocultarle que la verdadera fiesta de los Hoult al final de la noche se convierte en una discoteca apta para mayores de edad. Prácticamente no estaba rompiendo ninguna ley, después de todo me faltaban apenas dos meses para cumplir los dieciocho.

Me dirigí al auto con una agilidad increíble en estos tacones, y eso es lo irónico en mí, soy torpe para los deportes pero no para manejar tacones de doce centímetros de alto en asfalto mojado.

Atrapada en tu red (Catfish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora