25-Octubre-2071 7:30am
Me encontraba camino a la Universidad como siempre, con mis audífonos en mis oídos y mi mente divagando en mis pensamientos. Era común en mi estar perdida en mis pensamientos o pensando en el infinito a esas horas, ya que no había nadie que me molestará y estaba tranquila, sin preocuparme de nada.
A lo lejos lograba distinguir las luces de la universidad, o más que nada del edificio de mi carrera o como todos le decimos, de la “Facultad”, eran pocos los salones iluminados ya que la mayoría de los profesores llegaban a tarde o no llegaban incluso y a veces era malo si eso pasaba, ya que si tocaba en semanas de exámenes nos perjudican mucho; llegué a la entrada del edificio y subí a mi salón en el 5to piso, me encontré a mis amigos de la infancia, Hansel y Amelia, nosotros crecimos en la misma zona residencial, nuestros padres se conocían desde la preparatoria y desde pequeños ya éramos inseparables.
Una vez que entramos a nuestro salón nos fuimos a nuestros lugares favoritos, yo en la última banca en la fila que está pegada a las ventanas, Amelia delante mío y Hans a mi lado derecho, era un buen lugar para comer, dormir y algunas veces ver series en Netflix cuando las clases estaban aburridas. Platicamos acerca de nuestras vacaciones que nos dieron gracias a que el director se había casado y como buena persona nos regalo 3 semanas de descanso para que disfrutara a su mujer y a su bebé que venía a en camino, Amelia se había ido a los Cabos con sus padres, Hans a Rusia a ver un partido de fútbol con sus primos y yo...pues yo me quedé en mi recámara, leyendo libros como ratón de biblioteca mientras bebía café y escuchaba música francesa. Eso era lo mejor que podía hacer en mi tiempo libre, a parte de estudiar en investigar más sobre los lobos ya que es mi animal favorito, disfrutaba más leer. Una vez que escuchamos que el profesor había ingresado al aula, nos acomodamos en nuestros lugares y la clase comenzó como siempre, estábamos atrasados en la mayoría de las materias por el bendito puente inesperado pero también me ayudó a poder relajarme y estudiar más sobre los próximos temas que veríamos en estos días.Amelia me pasó una nota por debajo de su banca y yo rápidamente la tomé como si fuera un ratoncito robándose un trozo de queso, abrí el papelito y leí lo que decía, quedándome pensativa por aquella pregunta que me había hecho, haciendo que mi mente se fuera de ahora y analizará a profundidad aquellas palabras. Hans al parecer se dio cuenta de mi situaciones y me cuidaba de que el profesor no me regañára o me preguntara de cosas de las cuales no estaba poniendo nada de atención.
Regresé la mirada al papelito y miré fijamente una palabra que algunas veces me provocan un dolor fuerte en mi pecho, un temor infernal y un escalofrío tormentoso cuando la escuchaba o leía.-Morte...
Susurré levemente mientras sentía esas tres cosas al mismo tiempo, haciendo que me dobles un poco por el dolor, cerrando fuertemente mis ojos evitando gritar. Amelia lo notó y me acarició la cabeza comenzando a tranquilizarme, poco a poco disminuyó cada sensación hasta que volví a mirar la nota y desvíe la mirada a la ventana, viendo como el cielo se tornaba gris, el alegre azul del cielo que representa vida se había tornado en un gris triste, depresivo y angustiante; algunas veces no me gustaba ese cambio climático repentinamente ya que para mí solo significaba una cosa..Muerte.
Regresé la mirada a la clase y comencé a tomar apuntes rápidamente ya que iban muy adelantados en el tema, mi mente regreso al presente y me fue más fácil entender lo que estaba viendo y escuchando.Una vez que terminaron las 4 primeras clases fuimos a la cafetería, como siempre había mucha gente que incluso la fila de la caja se salía de la misma, nos formamos y Amelia me jalaba mis mejillas como si fuera una niña pequeña, mientras que Hans leía una de sus novelas favoritas “El Quijote de la Mancha” de Cervantes, ese libro ya se lo sabía de minería ya que desde que yo tengo memoria lo ha leído toda su vida. Mientras cada quien hacia sus cosas yo miraba el cielo, sintiendo una brisa fría que recorría cada parte de mi cuerpo y provocaba leves escalofríos, haciendo que mi piel se pusiera chinita, obviamente para mí no era normal he me pusiera así ya que en la temporada de invierno selo andar en short, falda o vestido, me encanta el frío y creo que mi existencia lo las altas temperaturas frías viene de familia, ya que mi hermano es igual que yo en ese aspecto. Amelia se dio cuenta y se puso en frente mío viéndome a los ojos con seriedad y preocupación.
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Los 7 Infiernos de Eveline
FanfictionEveline, una chica de 20 años amante de los libros, las tazas de café en días lluviosos y de los lobos, tendrá un cambio brutal en su vida al saber que 7 voces o más bien personas muy familiares para ella tratarán de destruirle su vida quitándole a...