Capítulo 29.

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"La vida es sueño; el despertar es lo que nos mata" -Virginia Woolf.

-No puedo creer que me hayas abandonado...

Me reprochaba la misma voz una y otra vez.

-Eres una traidora, nunca debí confiar en ti.

Y pasaran los días que pasaran, siempre era lo mismo.

-Te odio.

-¡Lo siento!, ¡no tuve elección! -grité a todo pulmón mientras las lágrimas se deslizaban una tras otra velozmente por mi rostro.

-¡TE ODIO! -bramó la misma voz, era increíble el odio que se podía escuchar en ella-. ¡Te odio!, ¡espero que sufras!, ¡ojalá te traicionen como me traicionaste!, ¡hipócrita! -era solo una voz, pero de pronto se escuchaba como sifueran 100 voces gritando al mismo tiempo, si prestaba atención en escuchar solo una lo único que comprendía era que decían insultos tras insultos.

-¡Ya basta!, ¡POR FAVOR! -rogué tratando de que se callaran las voces que amenazaban con hacerme perder la cordura.

-Despierta... amiga...

-¡Lissa, cariño, despierta!.

Solté una bocanada de aire.

Miré a mi alrededor, me encontraba en mi habitación, unas manos fuertes me sacudían los hombros levemente. Mi visión se enfocó rápidamente en Mark.

-Hey... ya, todo está bien -susurró tratando de tranquilizarme-. Aquí estoy, estás bien bebé.

-Siempre es la misma pesadilla, la misma desde hace 6 días -comenté en sollozos-. Sin embargo hoy, Mark... ¡fue tan tormentosa!.

Mark dejó un camino de besos en mis mejillas, a su vez secando mis lágrimas con las yemas de sus dedos.

-¿Por que no me lo habías dicho? -sus brillantes ojos verde exótico me mirarón con preocupación, hacía días que solamente bebía sangre animal, así que el color de sus ojos volvió a ser verde en lugar de carmesí- ¿mmm? -Mark insistió en mi respuesta, él era tan protector conmigo, eso me encantaba.

-Es... solo... ah, no quería preocuparte como lo estoy haciendo ahora -me incorporé de mi cama y caminé hasta el ventanal, me recibió una agradable brisa nocturna, inhalé el aire y capté el tenue dulzor del aroma de la sangre animal-. La pesadilla era sobre Diana.

Ah Diana, mi mejor amiga que yo misma había matado.

-De alguna forma mis sueños me hacen pagar lo que cometí contra ella en defensa propia.

Mark suspiró.

-No fue tu culpa, ella estaba descontrolada y su voluntad la controlaba Dark.

-De cualquier forma yo la estaqué...

Mi mente recordó automáticamente el momento en que pelee contra ella, y el momento en que terminé de nuevo con su vida.

-Tenemos que buscar la manera de traerla de vuelta -susurré en un suspiro

Miré de reojo a Mark, su rostro estaba contraido en una emoción que no logré identificar. Probablemente pensó que ya estaba más que loca.

-Lissa... -buscó las palabras adecuadas para evitar herir mis sentimientos-... no creo que eso pueda ser posible.

Me sentía tan frustrada, nunca me había molestado la compañía de Mark, pero ahora solo quería estar sola.

Me limpié las lágrimas que me quedaban en el rostro con la palma de la mano, con fuerza.

Atada a tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora