one shots Spencer Reid

11. Una cita peculiar

La unidad solía tener casos nuevos todos los días, en este trabajo los periodos de calma son muy escasos pero la semana había sido uno de esos lapsos tranquilos. Ese día todos se preparaban para irse a casa a pasar un buen fin de semana tranquilo o lo mas tranquilo que la lluvias les pudieran permitir y es que en aquella semana las lluvias y el viento fresco estaban en su apogeo.

En el interior de las instalaciones de el FBI un pensativo Spencer Reíd se colocaba su viejo bolso de piel sin saber muy bien como llegaría casa sin terminar totalmente empapado －Spence, García a estado buscándote por todos lados deberías ir a verla antes de que te valla－ le aconsejo su rubia amiga JJ y el con su acostumbrado paso lento se encamino a la oficina de Gracia y es que quien sabe tal vez ella se ofrecería a llevarlo a casa y así podría evitar mojarse y pillar algún virus , cuando le faltaban algunos metros para llegar a donde su amiga, esta apareció frente a el con un vestido verde y zapatillas azul turquesa con las debería ser una tortura caminar.
－Spencer que alivio te busque por todos lados necesito que me hagas un favor, le prometí a mi amiga Megan que liria con ella a tomar un café con ella pero también le prometí a alguien que saldría con el hoy, pero el ya esta abajo esperándome, te prometo que intente cancelar a alguno de los dos pero durante el día no pude contactar a ninguno y si no me presento seré una persona horrible por dejarles plantados－ explico García tratando de resumir lo que pasaba. Spencer aun sin entender lo que pasaba fruncido el ceño como solía hacerlo cuando pensaba o no entendía algo －no entiendo que puedo hacer para ayudarte es claro que no puedes estar en dos lugares a la vez y si lo que necesitas es que alguien te recuerde algunos de tus compromisos puedo hacerlo pero es mejor que consigas una agenda, pues me parece una intromisión a tu privacidad  poder saber tus horarios－ y entonces paso lo que pasa siempre que habré la boca, su amiga lo observo como si tuviera un tercer ojo.
－eso ya lo se ya menos que puedas clonarme en este mismo instante para que pueda acompañarlos a los dos necesito que vallas a beber un café con mi amiga－ ahora que su extravagante amiga le pedía aquel favor, no le parecía tan mala la idea de ir a su escritorio e intentar inventar algún artefacto para clonarla y antes de que se pudiera negar su amiga se fue agradeciendo por haber aceptado aun cuando el no lo había hecho －te debo una pequeño argel del bien por salvarme de esta, es el café que esta cerca de la casa de JJ debes estar ahí en una hora, será fácil que la encuentres siempre que llueve lleva puesta unas botas rojas－ y así se marcho dejándolo totalmente perdido y asustado, loas citas no eran su especialidad.
Deicidio levarse una de las camionetas de la agencia, tal vez en cuanto lo viera la chica querría que la llevase a su casa o algo. Cuando estuvo enfrente de la cafetería intento verse un poco mas presentable pero era imposible su cabello comenzaba a crecer de nuevo y se veía extraño , no era ni corta ni larga solo una pequeña maraña de risos desarreglados, se acomodo el suéter y volvió a ponerse su viejo bolso.
La cafetería era bonita parecía ser un lugar tranquilo, la clase de lugar a donde van a leer un libro y esa noche la cafetería era la estampa perfecta. Entro totalmente nervioso por tener que socializar con mas personas además de sus compañeros de trabajo, el interior olía a café y vainilla, los muebles eran de un estilo muy clásicos y los pisos cafés. Dentro de la cafetería había muy pocas personas, cinco para ser exactos y las botas rojas llamaron su atención de inmediato y ahí estaba ella sentada frente a un juego de ajedrez y una taza de café y aun mas impresionante era el hecho de que en su regazo hubiera un libro que aprecia antiguo y de pastas gastadas como si hubiese sido leído miles de veces y es que parecía que era un libro que había acompañado a Megan a lo largo de su vida y valla que debían ser muchos años de experiencia o al menos era lo que expresaban las canas y las líneas  de su rostro.

Después de presentarse y hablar un poco se llevaron increíblemente bien, ambos eran listos e interesantes, cualquiera que hubiera visto la escena a través del cristal podría a ver jurado que eran una madre y un hijo compartiendo una noche lluviosa. Al finalizar sus charlas y un divertido juego de ajedrez ella le prometió una revancha, después de esa noche salían cada que era posible para la mujer Spencer se convirtió en el hijo que jamás logro concebir.