POR SIEMPRE TE AMARE (Willyrex) # Segunda temporada de "Siempre junto a ti"

Capítulo 40. Por siempre te amaré.

                                                                          CAPITULO 40

                                                                                 Celeste

El único sonido que se repetía continuamente eran mis pasos, hacia ninguna parte, hacia un lugar lo suficientemente perdido para mí. No había girado mi vista desde que salí de la sala Magna. No me había girado en ningún momento para ver esos ojos grises que me atormentaban, como todos aquellos pares de ojos que me atormentaban en la noche.

El pasillo estaba despejado, con solo sus paredes sobrias y con algún cuadro conmemorativo. Torcía sin ton ni son por dichos pasillos, sin un destino en concreto. El sonido de mis zapatos hacia eco en toda la estructura. El mareo seguía interno en mí, pero no podía, por orgullo, ir a una enfermería y que Ojos Grises apareciera de nuevo en mi presencia como un ángel sanador.

De un momento a otro choqué mi hombro con algo, más bien, con alguien. Mi vista había estado en todo momento en el suelo, por tanto, no me había percatado en que dos figuras venían hacia mi dirección. Por suerte, si encontré un ángel esta vez.

- Perdona Isabel- dije mientras mi mirada subía hacia sus ojos.

Ella negó con la cabeza.

-Estás pálida- tocó mi frente e hizo una mueca- te acompañaré a tu habitación.

-Pero entrena...- el soldado que acompañaba a Isabel intentó interrumpirla, pero fue inútil.

-Soldado Connor, avise que llegaré tarde a la reunión- tomó mi brazo al ver como vacilaba- esto es más importante.

Este solo asintió y se fue, siendo esta vez sus pasos los que hacían eco en los pasillos de estas grandes instalaciones.

-Las habitaciones están bastantes lejos de aquí- susurré viendo como el soldado desaparecía de nuestra vista.

-Han cambiado tu habitación por un lugar más seguro- susurró mientras tiraba de mí, y sí, digo tiraba porque mi fuerza era nula- se cree que si estás en los barracones como un personal militar más podría haber... alguna complicación.

-No es la primera vez que intentan atentar contra mi vida Isabel- carraspeé para que mi voz, casi inaudible, fuera menos percatada para las cámaras que nos grababan.

Ascensor.

Isabel pasó su tarjeta.

- ¿Se me dará en algún momento mi tarjeta de reconocimiento o voy a tener que seguir siendo la perrita faldera de alguien? - pregunté sarcásticamente.

Ella se rio disimuladamente haciendo una gran improvisación de tos falsa.

-De momento... creo que prefieren la segunda opción- gruñí- será algo temporal, hasta que...- calló de repente.

-Hasta que demuestre que no soy un peligro ¿No? - sonreí disimuladamente, con la tristeza que todo aquello conllevaba.

-Solo quieren asegurarse de que no harás otra de tus prodigiosas actuaciones de rebeldía contra la autoridad o que te vayas a fugar- contestó.

-Esto es una estupidez- susurré.

-Estoy de acuerdo.

Salimos del ascensor, el cual había parado en el vestíbulo. Isabel seguía agarrando mi antebrazo.

- ¿Quieres que vayamos a la enfermería antes de...? – intentó preguntar.

-NO- Negué rotundamente- Por favor.