Cuando le enseñé a mi madre las notas, dejó de lado la limpieza de la casa por unos minutos para felicitarme con alegría, pero apenas tardó en volver de nuevo a sus tareas. Está acostumbrada a que saque buenas notas, así que ya se imaginaba las notas que sacaría. Después de eso, remoloneé a su alrededor intentando convencerla de que me dejase ir a la discoteca esta noche, pero todos mis intentos fueron en vano. Si yo no te dejo, tu padre menos, me había dicho cuando le insistí en pedirle permiso a mi padre. Justo como yo había predicho.
Desde aquella conversación ya habían pasado dos horas, así que me encontraba en el cuarto de baño arreglándome para conocer al novio de mi hermana. Me había puesto unos jeans negros, un jersey gris con las mangas negras y mis vans moradas. No iba para nada arreglada porque supuse que no hacía falta arreglarse mucho solo para conocer al nuevo “rollete” de mi hermana. Sí, lo sé, nos lo iba a presentar como su novio formal, pero, conociéndola, estaba segura de que durarían como mucho dos o tres meses.
Termino de peinarme y dejo el cepillo de vuelta a su sitio. Al alzar la vista, veo a una pálida chica de pelo cobrizo oscuro. Sus enormes ojos marrones parecen estar atentos a todo lo que ocurre a su alrededor, aunque en realidad la propietaria de esos ojos es distraída. Tiene unas cuantas pecas en su nariz, demasiado larga para su ovalada cara. No es demasiado guapa, pero yo sé que a ella dejó de importarle su apariencia desde hace un tiempo, después de torturarse por sus imperfecciones durante años.
Dejo de mirar a la chica del espejo al escuchar el timbrazo que pega alguien, supongo que mi hermana. Salgo del baño resoplando, mientras observo a mi madre acercarse a la puerta con una sonrisa nerviosa y restregándose las manos. Mi padre está en el comedor, terminando de poner la mesa. Creo que se han arreglado demasiado para la ocasión, pero bueno.
-¡Hola, mamá!-dice la voz de mi hermana desde la puerta.
-¡Hola, cielo!
-Este es Danny, mi novio-se apresura a decir ella.
Mientras ellos se presentan cordialmente, yo les observo aburrida desde la otra punta del salón. No tengo ganas de saludar a mi hermana, y menos de conocer a su nuevo novio.
-¡Pasad! Os estaréis helando aquí fuera-les dice mi madre.
Ellos la obedecen, entran en casa cogidos de la mano mientras Danny mira la casa con curiosidad. Vaya, la verdad es que este chico es mucho más alto que los otros, no tengo ni idea de cómo no se ha dado un cabezazo cuando ha pasado por la puerta. Y, aparte de ser alto, es guapo. Muy guapo. Es rubio y la barba que lleva tan solo resalta su atractivo.
Cuando dejan sus abrigos en la percha de la entrada, entran al salón (todavía cogidos de la mano), así que me esfuerzo en sonreír.
-¡Sophie!-dice mi hermana acercándose a mí con el brazo que tiene libre extendido.
Me abraza y yo le correspondo el gesto sin mucha gana.
Brenda me presenta a su novio, que resulta ser algo serio, pero simpático. Tampoco puedo decir mucho sobre él, pues acabo de conocerlo.
El móvil me vibra dentro del bolsillo, seguido del silbido que ya estoy harta de escuchar. Lo cojo y miro quién me está hablando ahora. Oh, claro, no podía ser otra que Holly.
Holly: ¡Por favor! Escaquéate de la cena, ¡hazles chantaje con tus notas!
Pongo los ojos en blanco. Como si eso fuera tan fácil.
Yo: Lo he intentado. No importa, otro día será. Pasároslo bien.
-Sophie, venga, vamos a cenar-me dice mi padre asomándose por la puerta del comedor.
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¿Y si te como a besos?
Подростковая литератураSophie Harper, con sus recientes dieciséis años, tiene claro que jamás se enamorará de verdad. Sin embargo puede que sus planes cambien cuando comience a notar que su corazón late por un chico del que jamás pensó que se enamoraría. Registrada en Saf...