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La situación en sí era alocada, Hoseok se había dedicado fielmente por los últimos cinco años a ser un policía, completamente transparente, sin ser corrupto, sin aceptar regalías para dejar su brazo a torcer, era una persona que seguía sus estrictas y propias reglas, y claramente había cosas que quería evitar, y tenía una lista muy bien armada sobre aquello, un hombre con el completo control de su vida, peor a su vez, sintiéndose vacío, aún así, nunca pensó que una de esas cosas que debería haberse prohibido fuera enamorarse de lo muerto.

Jueves, día soleado, mas la humedad era completamente palpable, y sus cabellos impeinables lo demostraban. Una llamada de queja en un vecino en una serie de departamentos en la zona más "problemática" de la ciudad; un olor asqueroso salía de uno de los departamentos, el dueño; Min Yoongi, un chico joven, que, hasta donde se sabía, vivía solo, quien misteriosamente había desaparecido.

Una patrulla, manejada por Hoseok, se dirigió hasta el lugar, bajando del coche y caminando hasta el departamento del vecino que había realizado la llamada, quien les guío a donde se podía oler algo completamente desgradable.

Se vieron obligados a abrir la puerta de un departamento, y al hacerlo, Hoseok se encontró con la persona más bella que alguna vez en su vida había tenido el privilegio de observar.

Min Yoongi, 18 años, vivía solo, no tenía familia alguna, recordó.

Su cuerpo colgaba, de una forma grotesca, de aquella cuerda atada a una de las vigas descubiertas del techo, su piel pálida, demasiado pálida, y su cabello caído a mechas, aunque algunos permanecian sobre ese cráneo algo descompuesto, aunque aún se veía como un ángel.

Miró alrededor en busca de alguna foto del chico, quería ver si era tan bello como imaginaba.

Se llevaron el cuerpo con rapidez, no le extrañaba, pero si apenaba, cuando eran esos casos venían preparados.

Encontró unas cuantas fotos del chico en un cajón, en un mueble cerca de la entrada, guardó disimuladamente una foto pequeña dentro de su chaleco.

Esa noche, mirando la misma foto que había "tomado prestada" no pudo evitar pensar en que era un enfermo.

¿Cómo si quiera podía pensar de esa forma de alguien a quien no conocía? Alguien muerto, para peor.

Observó su uniforme con duda en sus ojos, un mohín en sus labios, marcado como un tatuaje.

¿Y si... ?

Se preguntó a sí mismo sin ser lo suficientemente valiente como para completar la frase.

Esa misma noche, la policía se encaminó a un nuevo departamento, siendo llamados por un vecino del edificio, "un gran estruendo", fue lo que dijo.

"¿El trabajo habrá sido demasiado para él? Ver asesinatos o suicidios todo el tiempo ha de ser horrible."

Hoseok había tomado esa loca decisión en busca de aquel chico que veía como un destello de luz, tal vez un poco inalcanzable, pero solo un poco.

Claramente era una lástima que el cielo no existiera y no pudiera encontrar a su ángel.

"String", 2019.
-Taengtears

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