Había pasado exactamente mes y medio cuando el campeonato de baile comenzó. Estaba en claro que todos mis sentidos estaban enfocados en los ensayos y, como el perfeccionista que soy, no podía dejar de practicar aun cuando el mismo profesor Myeong me pedía que parara. No podía. Y no era porque quería llevarme el trofeo a casa y celebrar junto a Taemin, no. Ciertamente, y sin contradicciones, mi único objetivo era poder demostrarle a Jungkook mis habilidades, dejarle en claro que su legado de copas y trofeos en el estante de los pasillos valían la pena.
Mis noches las pasaba en la academia de baile, mirándome frente al espejo y tratando de repasar cada paso en mi cabeza. Si cometía un minúsculo error, el más pequeño que fuere, comenzaba todo de nuevo. Volvía a darle play a la música, me posicionaba mirando el suelo y levantaba mis brazos por sobre mi cabeza, tratando de imaginar al público frente mío. Lograba ver a los jueces mirándome con el ceño fruncido mientras anotaban mis errores en un cuadernillo. Y entonces, aun con todo aquello en la cabeza, me desconcentraba.
Como ahora, en donde sé que mi celular está lleno de mensajes y llamadas perdidas, pero no les permito distraerme cuando sé que los jueces no dejan de escribir los errores en el cuadernillo imaginario. Todo está en mi cabeza, lo sé, pero pensar que puede ser así el día de la competencia...
Necesito perfeccionar todo de nuevo.
Taemin dejó el salón de práctica hace dos horas atrás. Puedo admitir que Taemin no le teme a los errores e incontables veces ha mencionado lo pulcro que soy al bailar, y que los errores en los que me veo reflejado, son cosas de mi mente. No sé si creerle. El profesor Myeong nunca objeta, y me hace pensar el doble. ¿En verdad estaré cometiendo errores?
Son un cuarto para las diez. El reloj azul en la sala de prácticas lo indica con las manecillas doradas. Quiero tomar un descanso, sentarme en el suelo y mirar mis pies descalzos con heridas en los talones por el esfuerzo y peso que ponía sobre mis pies. La coreografía era difícil, sobre todo porque debíamos complementamos con la música y actuar base a lo que sentimos al escucharla. Debíamos contar una historia.
Taemin era un adolescente con depresión y yo su amigo que iba en su ayuda. Mi atuendo ya estaba planchado y colgado en el armario desde ayer. Las pequeñas lentejuelas las había cocido mi madre y realmente me gustó cuando me lo probé a medianoche en mi pieza. Sólo faltaba el maquillaje y un poco de gel en mi rubio cabello.
Todo debía ser perfecto.
La música para de repente y aquello me saca de mis pensamientos. Por el reflejo puedo ver a Jungkook acercándose hacia mí. Bajo la cabeza algo avergonzado cuando lo veo enrollar sus brazos en mi cintura y como recarga su mentón en mi hombro izquierdo. Sus dedos acarician por sobre la tela, y aquello me hace sonreír inconscientemente.
Lleva una casaca jean negra junto a su capucha del mismo color. Sus jeans son de un rojo suave, y parece haberse cambiado para una reunión especial. Giro a verlo, y río cuando nuestras narices rozan de casualidad. Él sonríe mostrándome sus dientes delanteros y yo jalo su mejilla libre, haciéndolo retroceder de dolor.
— Pensé que ibas a la fiesta de Hoseok. —murmuro mientras camino hacia mi mochila colocada en el suelo.
—Pasé por ti...—destapo la botella de agua, sintiendo el líquido correr por mi garganta. —Tu madre me dijo que aún no volvías de clase. Estaba preocupada.
—Y decidiste pasar por aquí.
Jungkook se cruza de brazos. Puedo notar como sus músculos se marcan por debajo del jean. Yoongi me comentó que sus clases en Taekwondo las estaba tomando muy a pecho y que Namjoon le había ofrecido ser profesor en la pequeña academia por las habilidades que demostraba en el deporte. Cuando lo escuché no pude creerlo, pero luego me enteré que no sólo estaba demostrando su destreza en aquel deporte, sino que también practicaba boxeo los viernes por la noche.
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Diarium Magicae × KOOKMIN
Science FictionPark Jimin recibe un regalo anónimo la misma noche en la que descubre que Jeon Jungkook, su mejor amigo y el chico que le gusta, había conseguido una novia en su estadía en Japón. ○ Esta historia participó en el "Concurso Jikookmin" de Umpa_Writers...