13. Isobel.

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Los fantasmas te persiguen, no importa cuanto huyas o corras, siempre vuelven a ti, atormentándote y recordándote que hasta tú tienes asuntos pendientes. Mi fantasma había llegado con autoridad y prepotencia, exigiendo verme sin oportunidad de la negación y bajo amenazas, pero yo no cedería, no después de desaparecer por años. Mi madre podía irse por donde vino, porque yo no hablaría con ella.

—Damon—mi padre habló y yo miré al nombrado que acababa de entrar—. Gracias por venir.

—Perdón por el retraso, el perro se comió mi...—trató de bromear. Bufó al ver nuestros rostros—. Olvidenlo.

El vampiro miró a su hermano menor que estaba recargado en el escritorio, a Elena en la silla de enfrente y después a mi, que estaba al fondo del salón de mi padre, recargada en la ventana tratando de ordenar mis pensamientos.

—¿Por qué estamos molestos?—preguntó.

—Vi a Isobel anoche—mi padre le informó.

—¿En Mystic Falls?—le preguntó y él asintió—¿Aquí?

Sus ojos azules se posaron en mi y yo solo desvié la mirada, el recuerdo de anoche amenazaba con llegar a mi y aumentar la tormenta emocional que se creaba dentro de mi.

—¿Le preguntaste sobre John? ¿Trabajan juntos?—él continuo preguntando.

—No—mi padre dijo.

—¿No trabajan?

—No le pregunté.

—¿Y lo del invento?—comenzó a pasearse por el aula.

—No sé.

—¿Sabe de los vampiros de la tumba?

—No lo sé—mi padre repitió.

—¿Te quedaste sin palabras?—gruñó y se acercó a mi padre.

—Lo siento, me distrajo ver a mi esposa vampiro y por eso no le hice preguntas—se defendió.

—¿Qué quería?.

Elena me miró y yo solo volví a desviar la mirada, estaba molesta.

—Quiere vernos, Damon—Elena le dijo y nos mir—. A ambas.

—Alaric va a hacer la cita muy pronto—Stefan le dijo y esa era mi molestia—. No sabemos que es lo que quiere.

Me reí sin gracia.

—Yo sé lo que quiero, y verla no lo es, mucho menos bajo sus condiciones—me acerqué molesta y miré a Elena—. Ella no quiso que la encontraramos ¿Y ahora viene solo porque el instinto maternal le nació?.

—No tienes que hacerlo si no quieres—Damon me dijo—. Ninguna de las dos.

—Creo que no tenemos opción—Elena contestó.

—Amenazó con hacer una matanza—mi padre le dijo, pero me miraba a mi.

—Ah—Damon dijo—. Entiendo que eso no les gustaría.

—Quiero hacerlo—miré a Elena como si tuviera dos cabezas, ella me miró con suplica—. Quiero conocerla.

—No lo hagas Lena, por favor—me agaché para verla a los ojos—. Yo no quiero.

—Ciara si no lo hago, sé que me arrepentiré.

—No puedes pedirme eso Elena—me paré molesta—. Ella nos abandonó y si piensa que amenazando va a conseguir algo conmigo, está muy equivocada, yo no voy a cumplir los caprichos de una perra como ella.

—Ella es tu mamá, creciste con ella—se paró y me tomó de los hombros—. Al menos ve para saber lo que eres.

—Mi madre murió hace 4 años—escupí molesta—. Soy tu hermana Elena, no puedes hacerme esto.

Oscuridad [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora