Marzo: Equinoccio (BnHA - TodoMomo )

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El hielo y el fuego convivían en su cuerpo como antagonistas de una historia. Durante años pelearon por el dominio de su poder, hasta que se obligó a sellar el calor encerrándolo en la mitad de su cuerpo. Su lado derecho, aquel que dominaba el frío, le resultaba más cómodo y fácil de manejar. En cambio el izquierdo, de fuego, solía ser incontenible y traía una violencia difícil de controlar. Así, a muy joven edad, Shoto se recluyó en una montaña alejado de todos, donde pretendía mejorar su control sobre su poder helado.

El frío inundaba el interior del palacio que él mismo había fabricado con su hielo. La temperatura allí dentro era incluso más cruda que aquella que abrazaba el exterior del edificio. Prefería vivir así, rodeado por el elemento que lo acompañó toda su vida, el mismo que lo condenaba a una soledad inquebrantable al negarse a sí mismo al reconfortante calor que también era parte de su esencia.

El Mago de Hielo, como lo llamaban en tierras más cálidas, tenía una despiadada reputación. Los pueblerinos invocaban su nombre cuando las desgracias referidas al frío sacudían sus realidades. Él no se molestaba en limpiar su nombre de tales calumnias, en cierto punto le resultaba beneficioso que le adjudicaran la crueldad del Invierno, así nadie se acercaba a su fortaleza. Nadie se atrevía a molestarlo. El miedo los mantenía lejos y él no quería que nadie se le acercara.

La duración de sus días era escasa, pues las noches tendían a cortar demasiado pronto la luz del sol. Algunas veces, pasaba sus horas despierto entrenando su Magia, el despliegue de su creación de hielo producía pequeños y continuos copos de nieve que volaban por el interior de su castillo, alfombrando el suelo. Otras, prefería solo esculpir figuras utilizando sus poderes, permitiéndose salir de su fortaleza, integrarse a la naturaleza y copiar las siluetas de animales que se aventuraban a acercarse a él.

Una de esas tardes, en las que el joven se sentía particularmente en sintonía con la naturaleza que lo rodeaba, escuchó un crujido extraño que venía desde el bosque que cercaba su castillo. El tiempo que llevaba viviendo en soledad lo hacía especialmente consciente de los sonidos habituales del bosque... ese ruido no era algo que produjera ninguno de los animales que él tenía por vecinos...

De su mano comenzó a irradiar un vapor helado que lo preparaba para un ataque repentino, mientras el joven se adentraba en el bosque nevado. Cadenas de hielo colgaban de los árboles, haciendo de cortina que mantenía la fortaleza alejada de los curiosos, las apartó delicadamente, adentrándose aún más. La luz del sol, que ya teñía de anaranjado el firmamento, se filtraba entre los árboles provocando que la nieve se contagiara de ese color cálido. A Shoto no le agradaba la sensación de abrigo que transmitía ese ambiente...

Cerró los ojos, concentrándose en un sonido nuevo que se replicaba en la quietud del bosque y lo siguió, caminando sigilosamente, cuidando que sus pies no quebraran ninguna rama caída. Sentía la mirada curiosa de sus vecinos que seguían sus movimientos con cautelosa distancia, pero no se distrajo del sonido que pronto reconoció como una respiración laboriosa, pesada, de alguien que estaba luchando por hacer algo tan simple como inhalar y exhalar. Bajó la guardia, entendiendo que no era él quien estaba amenazado...

Su oído lo llevó hasta un claro donde la luz del sol bañaba la nieve dando una tonalidad arenosa a la superficie, los árboles en esa zona estaban menos cubiertos de nieve y se podía distinguir sus tonos marrones y verdes entre las motas blancas de hielo. Shoto observó curioso, nunca había llegado a esa parte del bosque, pero lo que más llamó su atención fue la figura de una mujer recostada contra el tronco de un árbol. Vestía una armadura ligera, que dejaba su vientre descubierto, así como sus brazos y parte de sus piernas, ciertamente no era como las protecciones que él conocía por haber visto ilustraciones en algunos libros, su cabello largo negro amarrado en una coleta desordenada, contrastaba con la blancura de su piel expuesta.

12 Meses de Fanfiction (2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora