Hoy día jueves, era día de deportes. La sudadera gris del instituto se había ennegrecido por el cuello y bajo mis brazos, sitio llamado "axilas" (término del cuerpo que no me gusta). Estaba ardiendo y me sentía totalmente sedienta una vez que acabé lo que parecía suicidio en vez de ejercicio.
Hidch, un compañero del salón me comentó lo pálida que estaba. Lo que me llevó a mirarme en el espejo del camarín. Pero no encontré nada fuera de lugar.Dos segundos después, sentí que me taladraban la cabeza. Entonces Arion me regaló una pastilla para calmar el dolor que se había hecho más insoportable. Aunque esperaba pacientemente comer para poder ingerirla.
Estando en la cola, nos informan que para la mala suerte de todos los que quedaban de hambrientos, no podrían comer ya que el gobierno había reducido las cantidades alimenticias porque los jóvenes no iban a alimentarse (Pero la verdad es que ni siquiera valía la pena), finalmente dejándome sin un plato de comida.
Me senté sola en lo lindo del patio sintiéndome terrible por dentro.
Con unas ganas horribles de vomitar, pero intenté resistir unos minutos más.Pronto comencé a sudar frío. El cuerpo lo sentía tan débil e inútil, los pies me pesaban al dirigirme directo al baño a vomitar.
Eso me hizo sentir un poco mejor.
Aunque sólo por un momento.
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Sabor Extraño
ContoLas notas de cómo fue que caí colada por un chico oidor de música que describía el ensordecedor dolor naciente de su interior. Por un chico que parecía no poder reírse sin estar bajo la influencia de algo. Un chico que amaba odiarse y recordárselo...