IN MY BONES© | KOOKMIN |

1:Nuevo hogar

La camioneta de mamá se detiene frente a una casa que luce muy hogareña. El pequeño jardincito te da la bienvenida con flores de todos tipos y colores. El pasto bien recortado, pero un poco largo. El camino de piedras rojizas encamina hacia unos escalones de madera obscura. Llegando al porche que está enmarcado por dos columnas blancas y bien talladas. La banca que parce columpio, tiene cojines blancos, las mantas que cuelgan del mismo y tocando el piso parecen muy gruesas. Los ventanales son grandes y están cubiertos por, lo que parecen, ligeras cortinas blancas.

La casa es grande y de color azul petróleo. Con las estructuras blancas. Es bonita. Un frondoso árbol de flores rojas da una hermosa sombra en la esquina de la casa.

― ¿Estás segura de que es aquí?

―Oh JiMin, claro que sí. El Doctor Kim me dio los datos completos.

―Yo solo digo que se ve muy bien para ser una casa para... ― la cara de mi madre se deforma y me regala una mirada de advertencia ― ...chicos como yo.

―Estarás bien JiMin, este lugar es seguro ― ella duda un poco y mira por la ventanilla de mi lado ―confiemos que lo es. No por algo todo mundo quiere que el Doctor Kim le atienda ¿cierto?

Mamá se arregla un poco el cabello en el espejo retrovisor y decido no contestarle. Un suspiro quiere salir de mi pecho, pero me niego a darle alguna señal de que me siento cansado con todo esto.

Recargo mi barbilla en mi mano mirando por la ventana. Este lugar, mis padres, yo mismo... muerdo mi labio y trato de no pensar tan negativo acerca de todo, pero no puedo. Miro por la ventana y mis ojos se enfocan en un chico de pies descalzos que sale por un costado de la casa. Al parecer del patio trasero, una regadera cuelga de su mano y camina despacio, la sonrisa cuadrada que adorna su rostro por un momento decae cuando nota la camioneta, en solo milisegundos, ya está de vuelta y camina hacia nosotros.

Su andar es alegre y en cuanto llega a mi lado, toca la ventanilla. Diablos, yo quería no ver a ninguno de ellos por lo menos en veinticuatro horas, pero que se le va a hacer.

Bajo la ventanilla y no trato de ser amable. El en cambio es todo dulzura ― ¡Hola! Tú debes ser JiMin, te hemos estado esperando desde que Jin nos contó de ti. El Doctor NamJoon no está ahora, porque bueno, ya sabes, la clínica y todo eso. Qué bueno que has llegado para el almuerzo, la comida de Jin es la mejor. Aunque bueno, teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros se amarra el estómago, pues es una lástima tal desperdicio, pero igual cuenta los ánimos que se le ven al hacerla. Por cierto, ya te han agregado a la pizarra, será divertido los primeros días en lo que te adaptas, si tienes alguna duda no dudes en preguntarme, aunque no lo hagas con YoonGi, parce siempre estar de malas, pero es un buen tipo y...

― ¡Detente!... por favor, yo...sí, soy JiMin ― le corto el rollo ¿Qué pasa con este chico?

―Perdona mi mala educación, yo soy TaeHyung, pero dime Tae. Mi abuela es la única que me llamaba por mi nombre completo cuando estaba enojada, lo cual casi nunca sucedía. ¡Oh!, tienes un lindo cabello JiMin, supongo que antes debió de haber lucido mucho mejor, ya sabes, con la falta de nutrientes se empieza a caer y maltratar el cabello, lo cual es ilógico ya que nos comienza a salir más vellito en el cuerpo, pero quien soy yo, NamJoon es el doctor, aunque alguna vez me plantee querer ser veterinario, no es lo mismo claro, pero no es tan malo, ya sabes...

―Ya, ya entendimos hijo, podrías avisar que hemos llegado, por favor ― mi madre mantiene esa sonrisa forzada que le regala a casi todo el mundo de "No quiero estar aquí, ni hablar contigo, pero soy tan buena madre que lo hago"

―¡Claro! ― y con eso sale volando por el camino de piedras y sube de un salto los escalones, desde aquí se escuchan los gritos dentro de la casa.