¥ Trente sept ¥

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¿Por qué todo siempre tiene que salirme mal? Yo no entiendo, hago todo para tratar de ser una buena persona, pero siempre algo está en mi contra.

-Abue, ¿con quién está hablando ese chico?- escuché al lado mío. Oh, demonios.

Cerré mis ojos en señal de frustración y la señora con la que se encontraba la pequeña de la pregunta me sonrió, entendiendo que no era mi intención hablar en voz alta.

Suspiré y seguí caminando, prefería no pensar más y así evitar otra situación como ésta.

A veces odiaba cosas mías como estas, tal vez Ashton también las notó... hum, sí, debe ser eso.

Minutos después llegué al apartamento aún con un mal genio.

Pero, bueno, tal vez todo sea mejor después. Solo fue hoy, como dijo Mali. Únicamente hoy.

-¡Pero Ashton!- escuché la voz de Mali, siguiendole una risa.

Asomé un poco más mi cabeza y los pude ver en la cocina. Específicamente, Mali estaba agarrándole las mejillas a Ashton -mi Ashton, mi novio- mientras los dos reían.

«Joder, ¿mi hermana también?»

Carraspeé un poco mi garganta porque los celos estaban por consumirse. No puede ser verdad. No, no, no.

Se voltearon al mismo tiempo y los dos me sonrieron. Mali se levantó y fue a darme un abrazo.

-¡Cal!, ¡ya volviste!

-Sí- le respondí, no tan animadamente como ella esperaba según su expresión-. Pero parece que ustedes estaban bien aquí sin mí, ¿no es así?- solté un poco brusco.

«¿Por que no puedo aprender a quedarme callado?»

-¿De qué estás hablando?- preguntó y pude mirar de reojo que Ashton hacía una mueca. Él sabía qué estaba pasando.

-Cariño, pasó nada, ¿okay? Todo está bien- habló.

-Tú no te metas. Sabes lo que provocas- le grité.

-Eh... Yo no estoy entendiendo nada- soltó Mali, agarrando mi mano al verla tan tensa-. Pero, Cal, cualquier cosa que hayas pensado, te prometo que no pasó- dijo con suavidad, tal vez entendiendo un poco más la situación.

Los miré a ambos detenidamente, y de pronto me dieron unas ganas infinitas de llorar, saliéndome así unas cuantas lágrimas.

-Lo siento tanto- susurré apenas y segundos después corrí a la habitación que Ashton y yo compartíamos.

Escuché que me siguieron así que cerré la puerta con llave, lanzándome al pie de la cama y permitiéndole llorar finalmente.

-Perdón, perdón, perdón- repetía una y otra vez mientras movía mi cabeza negando-. Yo no quería esto, perdón.

Graffiti et Livres ||Cashton||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora