Cruza las piernas, en un intento de llamar su atención, porque no puede hacer más que eso cuando su alumna sigue observando al otro lado, en dirección a una chica extraña que se encuentra cinco metros a su derecha, embobada por la belleza que la ha cautivado con tan sólo una mirada. Puede hacerse la idea de quién es y qué papel ocupa en su historia. Claro, esa perra es la que mantiene encerrada la cara mala de Midoriya.
Lo detesta.
Odia que esa chica sea tan cautivadora como para suprimir tus propios instintos carnales, tanto que incluso alguien tan testaruda como Midoiya voltee a verla y se quede embobada por ella, cuando ambas saben que ella tiene gustos un poco especiales, cosa contraria a la atracción que de la nada siente por la chica extra, pero ¿Quién le da derecho a voltear la cara cuando están en lo más cercano a una cita? Es totalmente incorrecto. Y sabe que es muy egoísta pensar en todas esas cosas sucias que podría hacerle ahí mismo, en frente de todos para que sepan que es únicamente de su propiedad, pero eso jamás le ha importado una mierda.
-Tengo que volver a casa —dice con sequedad.
-¿Mmm? —y la mocosa al fin le hace caso.
-Que es tarde, Deku —reitera— tengo que ir a casa, además ya es hora de que te vayas también.
-P-pero Kacchan, no hemos terminado con la lección —su ceño se frunce en estado de preocupación.
-Podemos terminarlo mañana —dice fastidiada, se levanta de su lugar intentando ordenar el área.
-Mañana es el examen —insiste.
-No me puedo quedar aquí —su expresión luce fastidiada mientras hace contacto visual con la menor.
-No podemos dejarlo como está, reprobaré —golpea las palmas en la mesa.
-¡Con mayor razón debiste haber estudiado!
-Prometiste ayudarme —hace un extraño puchero como si fuera una hija caprichosa.
-Ugh —vuelve a sentarse en su lugar. Esa es una de las razones por las que detesta adorar a esa chica con pecas.
Una llamada después y la completa aprobación de su progenitora para que pase la materia de lenguaje, se encuentran solas en la habitación de su casa, con una madre preocupada en el piso de abajo platicando por teléfono con otra señora. Frente a frente con una mesa entre las dos, sentadas en el piso.
Ambas mueren de aburrimiento, Midoriya puede notarlo en la manera arrastrada y pesada con la que habla su tutora y además de que está comenzando a pensar en otro tipo de cosas que no deberían incumbirle sobre la chica frente a ella. Hace calor en el ambiente, observa las manos de Bakugou ir de un lado a otro sobre la libreta, indicándole con un dedo lo que debería estar escuchando. Pero sólo puede imaginar cómo sería si, en vez de ir sobre las blancas hojas, fuera sobre sus muslos, o cómo se sentiría que le quitara el pulcro uniforme que caracteriza su aparente buen comportamiento y pureza.
-Deku, despierta, maldita sea, te está saliendo sangre de la nariz —oye cómo los lápices y lapiceros se mueven al lado contrario y después lleva su mano al miembro de su cara mencionado.
Efectivamente su nariz tiene sangre bajo ella. Siente un jalón en la mano derecha que la levanta bruscamente. De repente ha decidido que puede pasearse por donde le dé la gana y la lleva al baño cerrando la puerta tras de sí.
Las dulces manos de su profesora tocan su barbilla casi delicadamente, mientras que la otra mano se dedica a limpiar su nariz con un papel. Ella le pregunta un montón de cosas que no vale la pena responder, y más que nada está pensando en más cosas extrañas, se deja llevar por la corriente de sus hormonas, porque de todos modos no es como si fuera a hacer algo fuera de lo común, tan sólo quedarse ahí sin decir nada. Bakugo se queda parada frente a ella, que ha sido sentada sobre la tapa de la taza por órdenes de la mayor.
-Serás maldita —suspira cansada, la mirada perdida de la pecosa sigue sobre ella y no dirige su atención a otra cosa más que a sus labios, esos que han decidido curvarse en una sonrisa socarrona— Veo que esa chica en la escuela te tenía cautivada —murmura.
-Ah, sí, es una de mis compañeras favoritas, es muy inteligente, ¿Hay algún problema con que la vea? —la mira como si fuera más alta, porque Katsuki ha mantenido su barbilla hacia arriba todavía.
-No, para nada, sólo pienso que eres demasiado joven para intentar algo de ese tipo con alguien más, y es peor si es de tu mismo género, eso podría causar muchos conflictos —intenta actuar como personaje de autoridad para la chica y ser lo más madura posible respecto al tema, dos años que las separan pueden significar mucho.
No contesta porque sabe que no es necesario, ella hace lo que le pega la gana, eso es lo que ha aprendido de su "maestra" de tercer año, la cual le daba clases dos veces a la semana, suficiente tiempo para comenzar a sentir algo por ella y olvidarse de aquél que fue alguna vez su novio.
¿Cuántas veces ha deseado quitarse de la cabeza a la fémina de las explosiones? Bastantes, y eso sería poco decir, ha intentado olvidarla conociendo hombres y mujeres, pero ninguno le causa tantas sensaciones como una mujer especial que sólo necesita el sonido de sus zapatos sencillos echando chispas por dónde camina. Ahora no puede venir a decirle que simplemente no debe hacer otras cosas con alguien más, cuando aquél beso de hace menos de medio mes parece no haber significado mucho para ella.
Sube la mano hasta su cara y toca la mano de Bakugou, con delicadeza y suavidad, como si fuera la pequeña mano de un bebé frágil. La remueve de su lugar y baja la cabeza para hacer contacto visual con sus flamantes ojos carmesí. Cuánto quisiera ser aquella persona que roba las noches de su tutora, cómo quisiera probar sus labios una vez más.
Mientras tanto, la otra observa detenidamente sus movimientos y se tranquiliza sin saber por qué. Hay algo entre las dos que tiene necesidad de soltar, como un perro que quiere comer la carne que se encuentra al otro lado del charco. Es completamente confuso.
-Siempre he creído que eres un total desastre andante, Deku, pero aprendes rápido —sonríe con sorna, es lo más cercano a un cumplido que puede regalarle.
-Kacchan... —intenta decir algo, pero sabe que cualquier cosa que diga será incoherente.
-Eres una chica muy descuidada, no sabes nada sobre ésta materia aunque te lo haya explicado un millón de veces y todavía te atreves a preguntarme sobre el tema, eres inútil...
Midoriya siente impotencia porque siente que todo lo que dice es nada más que la verdad misma sobre su persona, hay tantos que tendrían mejores cosas que ella, tantos que merecen estar al nivel de Katsuki y que lo desean con toda su alma, pero en cambio, ella está ahí presente, quitándole el tiempo de calidad.
-Por eso me necesitas en tu vida, si yo no estuviera presente, serías un total fracaso —susurra mientras recarga su barbilla sobre el hombro de su pequeña alumna.
Es entonces cuando sabe que debe dar el siguiente paso. Separa a la rubia, con los rostros a pocos centímetros del otro, sonríe levemente y sus labios casi se juntan, un beso leve que parece haber sido fantasma, hasta que Kacchan sonríe de la misma manera y murmura algo que le provoca un buen sentimiento en el corazón a Izuku.
-Pequeña linda molestia —murmura Katsuki.
Y sus sueños se cumplen. La suavidad, agresividad e intensidad de su primer beso, vuelven justamente en ese momento. La vuelve loca pensar que eso puede convertirse de la nada en un sueño, porque Bakugou parece tener novio y aún con eso, está ahí, besándola y pasando sus manos por el cuello de la otra.
Su autoestima está por los suelos, contraria a Katsuki, que sólo con eso puede llegar a la mismísima galaxia sin esfuerzo. Ella no es la persona más bonita que pueda considerar, porque tiene pecas, porque no es tan delgada, porque sólo tiene una madre, porque tampoco tiene mucho dinero y sobre todas las cosas, porque mintió acerca de no saber sobre la materia para estar más tiempo junto a su rubia favorita.
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Es 2019 y me impresiona lo bonito que escribía en 2017, sí me ando casando conmigo misma jajaja pero pues ya qué, tendré que volver a practicar mi escritura -cries-
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Dirty, Dirty. [KatsuDekuFem]
RomancePuedo llorar por mi edad, mi vida y mi rostro, e intentaré desechar todos esos pensamientos sucios que tenía sobre ti. -Pequeña linda molestia -