Reencuentro
Dos años y tres días. Ese fue el tiempo exacto que pasó hasta que se volvieron a reencontrar. Él se arrepentía, se arrepentía de que las últimas palabras que le dijo a la navegante fueran que no la quería. Evidentemente, no era verdad. ¿Cómo podía saber él que ese iba a ser el último momento que tendrían a solas antes de que ese maldito oso los separara a todos?
Zoro se preocupó lo suficiente como para llegar lo antes posible a Sabaody. Sabía que ella llegaría pronto, y necesitaba verla. No podía aguantarlo más. En cuanto puso un pie en la isla, se dirigió al bar de Shakky, si la navegante estaba en algún sitio, debía ser allí. Pero no tuvo suerte. "Eres el primero en llegar" le dijo la morena una vez lo vio entrar en el bar. Le sirvió una jarra de cerveza y le explicó la situación de la ciudad. "Quizás no es muy conveniente que permanezcas esperando en el bar o en el Sunny, me encargaré de informar a todos los miembros de vuestra tripulación de quien va llegando. Puedes pasarte por el bar dentro de tres días a ver si hay alguna novedad" Y dicho esto, Zoro partió a dar una vuelta y a ver donde podía quedarse durante esos tres días.
Pronto encontró un bar en el que le acogieron debido a la cantidad de dinero que gastó consumiendo alcohol. Los tres días pasaron, y Zoro se puso en marcha al bar de Shakky de nuevo. "Parece ser que ya quedáis menos por llegar. Justo ayer llegó Franky, y hace diez minutos que Nami salía del bar para ir a revisar el barco." Al fin. Pensó Zoro. Salió corriendo de la taberna y se encaminó hacia el Sunny.
Cuando ya se acercaba a su objetivo, pudo ver una larga cabellera naranja ondear con el viento. ¿Cómo se acercaría? ¿Qué le diría? Poco a poco se iba aproximando más hacia donde estaba la muchacha. Ella escuchó los pasos del chico acercarse. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando se giró y vio al espadachín, mucho más alto, mucho más maduro, con ese cuerpo mucho mas marcado, y aquella nueva cicatriz en el ojo. Una sonrisa se dibujó en su cara, y corrió hacia él. Saltó a sus brazos y le abrazó todo lo fuerte que pudo. Zoro se sorprendió. Lo cierto era que el peliverde esperaba cualquier tipo de reacción por parte de la chica menos esa.
El abrazó no duró demasiado. "¿Cómo estás? Ya me ha dicho Shakky que has sido el primero en llegar. No me lo podía creer hasta que te he visto. ¿Has conseguido ver a Franky? Por lo que sé, llegó ayer" Un bombardeo de preguntas empezaron a salir por la boca de la chica, pero ninguna de las que esperaba el espadachín. ¿Dónde estaba su enfado? ¿Dónde estaban los reproches? Era imposible que después de lo que le dijo la última noche que se vieron, ella estuviera tan feliz.
"Oye Nami, lo siento" confesó él. "Olvídalo Zoro, quisimos jugar y me quemé. Afortunadamente ya está olvidado. Sigamos nuestra aventura y no volvamos a confundirnos. Estos dos años me han servido para aclarar muchas cosas y para conocer mis objetivos. Haré que Luffy recorra todo el mar y conseguiré dibujar un mapa de todo lo que vea. No puedo permitirme más distracciones"
En aquel momento Zoro lo tuvo claro. Nami le había olvidado y no tenía ninguna intención de volver a estar con él. "Nami te quiero, y perdón por haberte mentido aquella última noche" Aquello sorprendió a la chica, quien siempre creyó que Zoro no la quería, y por eso se propuso borrarlo de su cabeza. "¿Mentido? ¿Por qué lo hiciste?" Logró preguntar, dolida. "Tenía miedo" Contestó "Está bien, si hubieras sido sincero aquella noche, quizás hoy te hubiera recibido con un beso, pero hay que ser consecuente con lo que uno dice. Mis sentimientos por ti han desaparecido, me ha costado mucho, pero he conseguido olvidarte, lo mejor será que no volvamos a involucrar nuestros sentimientos durante este viaje."
Aquellas palabras dolieron más al espadachín que cualquier tipo de pelea, y acabó la conversación con un "Me alegro que seas feliz de nuevo". Y se dio media vuelta y se fue.
Una semana más tarde, todos los mugiwaras ya se encontraban en Sabaody. Nami recibió a todos sus nakamas de la misma forma que lo hizo con el espadachín. Allí Zoro se dio cuenta de que ya no era especial para la chica. Todos ya habían embarcado en el Sunny, estaban esperando a Nami quien había ido a comprar unas últimas cosas antes de partir a la isla gyojin. Todos estaban en cubierta esperándola, y de pronto, su silueta se divisó entre los árboles cargada de bolsas en forma de globo.
"¿Quién va con ella?" Preguntó Usopp. Aquella pregunta llamó la atención del peliverde. Ella iba acompañada por un chico que la agarraba de la mano y con la otra llevaba muchas más bolsas. Todos los mugiwaras se quedaron anonadados. "Mi Nami-swan está con otro hombre que no soy yo!" Gritó Sanji entre llantos.
Cuando se encontraron justo en frente del Sunny, el misterioso chico lanzó las bolsas al interior del barco. "Espero volver a verte algún día" Dijo justo antes de plantarle un beso en frente de todos sus nakamas. "No puedo prometértelo" Le dijo ella antes de sacarle la lengua. Y acto seguido, saltó dentro del barco y saludó al chico, que empezó a volar para dirigirse a la nube donde se encontraban todos los ancianos de la isla de Weatheria.
"¡Nami!" Gritaron todos sus nakamas, a excepción de Zoro, quien no era capaz de mirar aquella escena. "En marcha!" Dijo ella ignorando a sus compañeros. "¡Rumbo a la isla gyojin!" Ordenó finalmente el capitán, ilusionado con volver de nuevo a su aventura.
"¿No tienes nada que contarme?" Le dijo Robin a su amiga. "Por donde empiezo..." Empezó a relatar ella...
Zoro me dijo que no me quería y se fue de la habitación sin decir ninguna otra palabra. ¿Cómo iba a pensar yo que aquello no era verdad? En aquel momento le odié, jamás me habían hecho tanto daño sentimentalmente hablando. Deseé no verle nunca más. Me había esforzado tanto por conseguir que aquel idiota consiguiera mostrar de una vez por todas sus sentimientos... Lo que no esperaba yo era que no nos volveríamos a ver hasta dentro de dos años. Cualquiera diría que mi deseo de aquel entonces se hizo realidad. Y la verdad es que me han ido bien estos dos años en la isla del cielo. Me he vuelto más fuerte, he crecido y he aprendido. Te mentiría si te digo que he olvidado del todo a Zoro, no puedo negar que algo se me remueve en el interior cuando estoy cerca de él. Pero ya no le veo como algo más. El chico que has visto antes me ayudó a entrenar, junto a Haredas que me enseñó toda la ciencia del clima. Ha sido bueno conmigo, y me ha ayudado mucho. A decir verdad, era la única persona con la que podía hablar de algo un poco más entretenido, y ya sabes... Una cosa llevó a la otra... No! Por supuesto que no estoy enamorada de él! Ha sido mi compañía durante estos dos años. Sí, claro que tuvimos algún que otro encuentro, pero nada importante. Nos hacíamos compañía y nos apoyábamos mutuamente, pero sin implicación sentimental. Él sabe toda mi historia con Zoro, y he tenido que convencerle para que no viniera a darle una paliza durante el tiempo que hemos estado en Sabaody. De hecho, si lo hacía, Zoro lo hubiera matado. Allí donde he estado, saben lo justo y necesario para pelear. Unos monstruos como los que tenemos en nuestra tripulación los destruirían de un solo ataque. ¡Incluso yo podría hacerlo! El problema ha venido cuando me he encontrado con Zoro y me ha confesado que me quería. ¡Después de lo que me ha constado olvidarle! ¿Cómo se puede ser tan egoísta? Ya se lo he dejado claro a él. No quiero volver a tener ningún tipo de encuentro ni sexual, ni sentimental, ni de ningún tipo con él durante lo que nos queda de viaje. Y pienso cumplirlo. Ya basta de tomaduras de pelo, y de los "ahora sí, ahora no". Mi objetivo está claro, y ni Zoro ni nadie se va a interponer en él. Me lancé a la mar para divertirme, para aprender, y para ayudar a Luffy. Lo que pase después ya me lo encontraré.
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De la pasión al amor
FanfictionPequeña historia de Zoro y Nami, y de como su relación pasó de ser únicamente sexual, a algo mucho más profundo y sentimental.