Parte única

3.8K 456 283
                                    


Si había algo que odiara Mark Lee de su vida sería el hecho de ser el amante. El chico canadiense estaba harto de recibir las migajas de amor que le dejaba Chittaphon; el esposo de Johnny y el hombre con el que se acostaba, pero también amaba.

El dilema de Mark era que estaba enamorado del hombre desde el principio. John Seo le advirtió que su relación solo se basaría en sexo por conveniencia y, como era un joven estúpido aceptó recibir las sobras de Johnny. Pero como toda persona, él quería más, quería a Johnny solo para él. Odiaba a Chittaphon y no porque fuese una mala persona -muy bien sabía que el tipo era un ángel- era porque tenía el amor de Johnny.

Mark era el que sobraba.

Si alguien pudiese tener una vista de la vida del canadiense, jamás imaginarían que fuese un rompe hogares. Mark era un estudiante universitario en Seúl, un chico aplicado, amable y gracioso; era una persona jovial y se sentía bien estar a su lado. Una noche salió junto a un grupo de amigos para celebrar el fin de los parciales y fue la noche que conoció a John Seo.

A su mesa llegó un trago que lucía costoso y definitivamente sus amigos ni él habían pedido. El camarero le indicó que iba de parte del caballero de traje en la barra. Su mirada buscó al hombre y por agradecimiento le sonrió, solo trataba de ser amable. Los chicos y chicas lo habían molestado durante toda la velada porque: "Mark tiene un pretendiente y es un tipo mayor". Estaba avergonzado, pero también se sintió bien por recibir atención de un sujeto apuesto.

La velada finalizó y uno a uno los amigos de Mark fueron dejando el lugar, tan solo quedaban él y otro amigo con el que se iría a casa.

-Donghyuck, ¿tus padres ya vienen? Estoy mareado. -El chico se reía y el otro que no estaba mucho mejor que Mark le respondió.

-Sí, no te preocupes.

Estaban tan ocupados riendo y jugando que no se percataron de la atención que recibían del hombre que anteriormente le hubo invitado un trago a Mark. Pagó su cuenta y se acomodó la americana para acercarse al menor. Los universitarios vieron que el desconocido se acercaba y Mark entró en pánico.

-¿Puedo llevarte a casa? -Rápido, directo y casi demandante fueron las palabras del mayor.

-Lo siento, abuelo, él viene conmigo. -Intervino Donghyuck.

El hombre miró de Mark a su molesto amigo.

-Lo siento, hablaba con tu amigo, no contigo.

-¡Acepto!

En su borrachera, Mark solo pensaba en compartir un rato con el desconocido. Naturalmente no haría eso y menos con alguien que no conoce, pero gracias al alcohol hoy se sentía muy valiente y atrevido.

-Mark, calma. Mis padres ya están por llegar y-

-Creo que tu amigo prefiere venir conmigo. -Miró hacia el canadiense. -¿Cierto?

-Sí. Tranquilo, Hyuck, estaré bien.

El tipo tenía mucho dinero, ese auto era una belleza. Ahora se encontraba de copiloto junto al hombre de quien no sabía el nombre.

-Hm, soy Mark Lee por cierto. -El chico jugaba con el cinturón de seguridad, de pronto la borrachera había bajado un poco.

-John Seo, pero puedes decirme Johnny.

-Tu nombre no es coreano.

-No. Soy de América. El tuyo tampoco es coreano.

-Soy de Canadá.

-Cuéntame, Mark, ¿qué hace un chico como tú en un lugar como ese?

-Celebrábamos la finalización de los parciales.

El amante » JohnMark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora