¿Cómo es que alguien puede ser tan sexy?
La miraba desde mi asiento frente a la computadora; Alexandra, sentada en la cama de espaldas a mi y leyendo un libro apoyado sobre la almohada, se veía más hermosa de lo normal.
Intentaba concentrarme, realmente lo hacía, pero desde que había vuelto de bañarse, vestida solo con una camiseta de tirantes y una tanga -que enmarcaba su trasero perfectamente-, no podía pensar en otra cosa.
Volví la vista hacia la pantalla de la computadora otra vez; el programa de edición estaba frente a mis ojos, era una canción que ya estaba terminada, pero no me sentía conforme con ella, había algo que no quedaba bien. A pesar de ya haberla entregado y de que la empresa iba a registrarla al día siguiente a primera hora, estaba intentado descubrir cuál era su fallo para arreglarlo antes de que eso pasara.
-¿Te falta mucho, oppa? -, escuché su voz tranquila desde la cama. Alexandra seguía sentada en posición de indio y no se daba vuelta para hablar.
-Creo que sí -, suspiré de frustración mientras frotaba mis ojos con las palmas de las manos, después, rasqué mi barba incipiente.
«Me cago en mi idiotez»
Finalmente, me decidí a distraerme por un rato y continuar analizando la canción más tarde. Me saqué los audífonos y los tiré arriba del teclado sin cuidado alguno.
-¿Qué pasó? -preguntó rotando un poco su cabeza hacia mi dirección.
-Me cansé de romperme tanto la cabeza -, me acerqué desde atrás arrastrando los pies; luego de pasar tanto tiempo frente a la computadora, mi cabeza dolía de sobremanera.
-¿Estás bien? -, cerró su libro despacio, como quien no quiere dejar un dulce, y se sentó al borde lateral de la cama, mirándome atentamente.
-Sí, es solo que estoy preocupado. Cometí el error de mandar una canción que ni siquiera me convence y ahora tengo hasta mañana -, revisé el reloj de mi muñeca-, es decir, tres horas y quince minutos para editarla.
-Ven aquí -, palmeó el colchón mientras me regalaba una de sus hermosas sonrisas.
No pude evitar fijarme en su rostro delicado y pecoso, también en sus ojos de color verde claro y nariz respingada.
Caminé el pequeño tramo que faltaba para llegar a la cama y me senté con las piernas flojas y abiertas.
-¿Qué libro estás leyendo? -pregunté mientras miraba el piso, era tal mi agotamiento que estaba a punto de deslizarme de la cama y caerme al suelo.
-Magic Shop -contestó con naturalidad.
-¿Enserio? -, parpadeé sin creerlo, después, alcé la cabeza y miré por encima de Alexandra; mi libro favorito yacía sobre su almohada.
-Te lo robé ayer mientras estabas durmiendo -rió con fingida inocencia.
Miré hacia mi estantería repleta de libros y me encontré con que había un espacio vacío donde debería estar Magic Shop.
-¿Después de que te haya insistido que lo leas por meses, se te ocurre robarlo y leerlo a escondidas? -inquirí con un deje de incredulidad.
-¡No lo leí a escondidas! Recién estabas a dos metros de mí, me podías ver perfectamente.
-Estabas de espalda y tapabas el libro, además, ¿cómo es que no me di cuenta esta mañana si es que no lo escondías?
-Está bien, oppa... -, hizo un tierno puchero-. No quería que te ilusionaras porque no es mi estilo de libro y lo sabes -, dejó un beso sonoro en mi mejilla y reí por su forma de intentar persuadirme-, pero si esto te resulta reconfortante, hasta ahora me gusta el libro.
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a world without my love ~ knj oneshot +18
Fanfictiondonde kim namjoon está desesperado por un poco de inspiración.