Aprender A Quererte · Nathmon

21. Tu existes, yo existo.

Maratón 4/10
Especial un año nathmon

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Sábado, 2 de febrero del 2018

Narra Simón

"Ese día comprendí que la vida nos había llevado por caminos completamente distintos, paralelos, destinados a no volver a tocarse nunca más, y ambos lo sabíamos pero ninguno quería aceptarlo, vengo a aceptarlo y despedirme, sería injusto que después de haberlo dedicado tanto, me fuera sin nada, gracias, pero no puedo corresponderte."

El recuerdo retumbaba en mi cabeza pero no me dejaría caer nuevamente, hace un año había terminado con Ángela y esa fue su despedida, un día simplemente el amor se esfumó junto con ella.

La vez pasada que regresé a Bogotá, no había parado de darle vueltas, el recuerdo había vuelto y junto con ella había llegado el miedo, temía no poder estar para Nathalia, yo vivía en constante movimiento y podía salir afectada por eso, esa era la verdadera razón por la cual hace casi dos meses había tomado la terrible decisión de intentar sacarla de mi vida, había tratado de alejarla de mis problemas, idas y vueltas.

Me había dado cuenta de lo mal que estaba, cuando te enseñan lo que es el amor, realmente no te enseñan a amar, no te hablan sobre el verdadero sentido de alteridad que implica, la voluntad que requiere y la clave, el secreto a todo, la confianza.

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Narra Nath

Domingo, 3 de febrero del 2018
Últimamente no dormía nada bien , sabía que no me hacía bien, estaba permitiendo que se me juntaran demasiadas cosas y eso me causaba decepción de mi misma.

Llegué a casa de mi madre, pues la vida me había enseñado una y otra vez, que él mejor refugio, siempre sería la familia.

Vi a mi mamá a lo lejos, sorprendida por mi repentina visita, corrí hacia ella ocultándome entre sus brazos, ella me rodeaba con los suyos reconfortándome.

—Volvió, mamá, Eduardo volvió, tengo miedo —dije entre sollozos.

—Pablo me dijo, estás bien y eso es lo importante, conmigo nada malo te pasará —dijo aún rodeándome entre sus brazos.

En ocasiones como aquellas era cuando te dabas cuenta que realmente nunca estás lo suficientemente grande para las caricias y muestras de afecto de tus padres, en cambio era todo un privilegio.

Ese día preferí quedarme en casa de mi madre, había una habitación vacía únicamente con dos camas que mi madre conservaba para cuando Pablo o yo nos quedáramos a dormir allí puesto que ya ambos vivíamos en otras partes.

Había hablado poco con Simón pero en realidad no era personal, así había estado en general, sin ganas de nada.

Las veces que había hablado con él, no se lo decía pero le agradecía que no tocara el tema, entendía que el me estaba dando mi tiempo y espacio.

Los días pasaban lentamente, no había salido de casa de mi madre, continuaba temiendo el regreso de Eduardo, Simón estaba ocupado arreglando papeles con la universidad, mi amigo Saak se estaba enfocando en su nuevo disco, y así, con cada quien en sus propios proyectos,me sentía aún más sola, pero los entendía y apoyaba.