Diario de fantasías ©

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  Desperté como cada lunes al sonar de mi alarma, con ese chirrido especifico que hace que me irrite... y despierte. Entre la soledad de mi casa me alisté, peiné muy superficialmente mi oscuro cabello y con mi conjunto del día, partí hacia mi preciada Academia Mary Joe.

  Con solo asomar mi cabeza por la ventanilla del autobús me di cuenta de que seria otro aburrido  y melancólico día... Ya no tenia a mis viejas amigas y tenia que comenzar una nueva vida. 

  Como siempre, llegue tarde a mi primer clase del año, mi ultimo año en la cuidad probablemente, rápidamente golpeé la puerta de mi nueva clase, todos estabas sentados en silencio y a mi pesar, me miraron de reojo por el horario.

  -¿Acaso a la generación de hoy en día no le enseñaron modales? -se acercaba la nueva docente, una mujer que a simple vista se veía clásica, pero exigente y formada.

  -Lo siento, es que...-intenté decir cuando me interrumpió- ¿Acaso yo te permití dirigirme la palabra? ¡El tiempo que poseo no es para ser desperdiciado en una alumna que ni llegar puntual sabe!

  Una de las chicas, en un banco pegado a la pared de entrada alzó la mano, tratando de captar la atención de la profesora, ella le accedió la palabra.

  -Si me permite, yo podría ayudarla a adaptarse si se sienta a mi lado, dijeron que una nueva muchacha llegaría del extranjero, es ella. 

  La realidad es que no lo era, pero ella había logrado distraerla al menos para cortar esa intensa pero no menos incómoda charla, no, mas bien monólogo. Me enviaron a su lado y con una pequeña seña le agradecí, sus ojos delineados me lanzaban una sonrisa diciendo: <no hay de que>

  Pasaron las horas y la clase de literatura avanzó a paso lento, como de tortuga, mi compañera parecía prestar atención a cada palabra, creando apuntes en un anotador que encontraba entre sus holgadas prendas.

  Terminó la primer hora y tuve la oportunidad de presentarme con la chica que me había "salvado" entre otros términos.

  -hum... Hola, mi nombre es Leah, gracias por lo de hace rato...aunque no soy extranjera...- rió -tranquila, lo dije porque te veías en problemas, ademas yo soy la estudiante de intercambio, soy Febe.

  -Es un placer, Febe- dije con mi mano dispuesta a estrecharla con la suya.

 - Lo mismo digo, Leah. 

  Esa fue la historia de como conocí a quien seria mi mejor amiga durante los primeros meses de estudio, ella es quien soporta mis vagas historias con mis chicos. Porque para escapar de los problemas familiares la gente a veces lee o se centra en algún hobby, por mi parte, la diferencia es que amo idealizar una vida con mis doce pequeños... mis amados zodiacales.

  Solo era otra estudiante del ciclo superior, ignorada por muchos y atendida por otros, mis amigos, suelo juntarme con ellos en las afueras de los pasillos, donde comienza el parque de la academia y donde se encuentra con esfuerzo mi  rincón; el invernadero.

  Mis clases tenían todo lo necesario, humor con matemáticas, tragedia con literatura y aburrimiento con biología, y quien sabe que alumnos desquiciados se encontrarían dentro de mi aula...

  No me sorprendería toparme con un psicópata en medio de una exposición...

Continuará... (Pronto)