Mis ojos quieren abrirse pero parecen sellados por la pesadez que aún siento en mi cuerpo.
Quiero moverme más no puedo, mi respiración comienza a acelerarse y me encamino rápidamente al borde de un ataque de pánico, cuando logro abrir mis ojos completamente empiezo a recordar lo que pasó antes de que me desmayara, yo caminando por la carretera sola, la camioneta, los dos hombres que salieron de ella, yo cayendo al suelo por un puñetazo en el rostro, recordar ese golpe hace que mi cara haga una mueca de dolor porque siento mi pómulo derecho arder del dolor y después recuerdo todo desvaneciéndose a mí alrededor. Comienzo a analizar un poco menos aturdida dónde es que me encuentro, en frente de mi hay una puerta de metal color negro, todo alrededor de mi es pared, una pared de color gris con manchas de suciedad, también hay una silla de madera color café. Mi mirada sigue y trato de incorporarme pero no puedo, la ansiedad vuelve a tener posesión en mí y me doy cuenta que estoy acostada en un colchón sucio que huele a humedad y a orina.
Mi estómago se revuelve y las ganas de vomitar aumentan dentro de mí cuerpo trato de moverme de nuevo y es cuando me doy cuenta, estoy amarrada. Mis manos se encuentran a mis espaldas, trato de moverlas con todas mis fuerzas para zafarme pero me es imposible, un quejido de dolor se escapa de mis labios.
Las cuerdas están jodidamente apretadas a mis manos, tanto que pudiese apostar que se me está cortando la circulación ya que siento mis manos adormecidas. Mis piernas y pies también están amarrados, hay una cuerda que va desde mis rodillas hasta mis pies impidiendo que pudiese separarlos si quisiera caminar.
Has sido secuestradal grita una voz en mi cabeza, trato de reaccionar y ahuyento las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos, necesito tener la cabeza fría y pensar que debo hacer, estoy sola en ésta habitación y no quiero que el miedo se apodere de mí. Pero cuando creía que podía mantener mis pensamientos controlados.Cuando creí que ya me estaba tranquilizando comencé a gritar.
Ayudal Auxilio! ¡Por favor, que alguien me ayude!
Mi garganta estaba siendo terriblemente lastimada a causa de los gritos de desesperación y cuando me di cuenta mis mejillas estaban completamente mojadas por las lágrimas espesas que salían de mis ojos, mi boca dolía con cada grito, hice tanto esfuerzo que mis ganas de vomitar volvieron con más fuerza que nunca pero logré tragar el vómito que estaba a punto de abandonarme para seguir gritando con todas mis fuerzas.
Estaba presa del pánico, creía que iban a matarme. Porque por un momento atrás había pensado en mis posibilidades, estaba segura que mis padres no iban a ayudarme.
Que podían pasar días sin que ellos supieran que estaba en este lugar.
Mis esperanzas se desvanecieron y por eso colapsé del miedo.
Después de gritar sin parar por 20 minutos, alguien abrió la puerta bruscamente haciendo que ésta se azotara contra la pared gris que había a un lado, un hombre alto y con el rostro tapado se acercó a mí amenazadoramente y me tomó por el cabello violentamente mientras yo gritaba por el dolor.
Sentía que mi cabello e desprendía de mi cabeza por la fuerza del agarre de aquel sujeto.¡Es la única vez que te lo voy a decir maldita perra!-me gritó alzando mi rostro para que lo viese a los ojos, eran color azul, fue lo único que pude ver ya que su cara se cubría con un pasamontañas color negro- ¡Deja de gritar o voy a matarte antes de cobrar el dinero que me darán por ti!
Comencé a reírme como si estuviera loca, tal vez ya estaba al borde de la locura, pero las palabras de aquel hombre me habían hecho recordar lo que había pensado sobre mis padres.
Espero que tengas suerte porque ellos jamás contestan el celular-contesté de manera burlona y el hombre me soltó lanzándome bruscamente contra el colchón en el que me encontraba.
-¿A qué te refieres estúpida ? Traté de controlar mi respiración mientras pensaba en mi siguiente parlamento, pero mi mente se había quedado en blanco.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión (Ghost)
Fiksi PenggemarEl sindrome de Estocolmo es una reacción psicologica en la que la víctima de un secues- tro desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vinculo afectivo con quien le ha dañado física y/o psicológicamente A la vez, los propios secuestradores m...